CAPÍTULO 27 ( Promise )

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Pisar el país donde había vivido los últimos años le dio tranquilidad.

JiMin había llegado a Italia tras .. horas de vuelo. Ver el lugar donde había crecido le llenó el corazón de buenos recuerdos, preguntándose mil y un veces el por qué lo dejó hace unas semanas. Lo tenía todo, amigos, una vida estable y aunque el dolor de perder a su padre era reciente, había aprendido a superarlo. Tenía exactamente todo lo que cualquiera necesitaba para ser feliz, pero aún así, dejó ese futuro construido, todo por regresar a Busán y encontrarse con sus recuerdos de la infancia.

Y no fue lo único que encontró.

Encontró a su madre que era incapaz de volverlo a amar, a su hermano quién al parecer lo detestaba y a él... a él y a sus labios compartidos. Estaba totalmente seguro de que se había arrepentido de su decisión, pero no había marcha atrás, si ya había regresado tenía que quedarse y afrontar su nueva vida, incluso si eso significaba dejar por segunda vez lo conocido. Cuando él regresó a Busán tras doce largos años, nunca imaginó encontrar a su hermano siendo novio de JungKook, nunca imaginó encontrar todo tan cambiado. Sería mentira decir que uno de sus mayores anhelos había sido encontrar a JungKook, a su primer amor y abrazarlo tan fuerte que durase hasta la eternidad, pero al encontrarlo anunciando un noviazgo y con su hermano, había sido un golpe muy duro, un golpe que nunca creyó que le dolería tanto.

Y estaba totalmente mal.

Debía quitarse ese estúpido sentimiento, esos anhelos y suspiros que tenía por el pelinegro, porque estaba seguro que haría daño a medio mundo si lo seguía sintiendo. Se había dado cuenta desde el primer momento que aquella nostalgia que sentía al ver a JungKook no era ni más ni menos que puro amor. ¿Cómo es que seguía amando a una persona que no veía desde los diez años? ¿Cómo un sentimiento asi había durado tantos años? Él no sabía como lucía JungKook, él no sabía cómo era hoy en día, no sabía nada de la persona que tanto quería, pero cuando lo vio el primer día que llegó, sintió como si nunca lo hubiese dejado, como si hubiera vivido con él los últimos diez años, como si lo conociera totalmente. Se había preguntado si tal vez era sólo melancolía, nostalgia o una simple emoción al verlo tras tantos años, pero ninguno definía exactamente lo que sentía. La última palabra que quería pronunciar era lo que sentía y con aquel beso de la última noche, lo comprendió totalmente.

Amor.

Tras casi arrancarse las almas en eso beso que era como un pecado dulce y atrayente, se dio cuenta que lo amaba y lloró. Lloró porque no quería amarlo, porque no quería sentir nada por él, porque se sintió un sucio y asqueroso traicionero y su padre estaría muy disgustado con él si lo supiera. Su padre, su padre quién engañó alguna vez a su madre se había arrepentido sus últimos años diciéndole que jamás cometa ese error, que jamás engañe a la persona que lo ama y a quien ama, que nunca pierda lo más valioso que tenga, que no sea como él fue algún día y que le costó su familia.

Pero JiMin había omitido todos esos consejos cuando aceptó el beso de JungKook.

Por eso hoy sentía culpable, culpable de sentir un amor compartido y era compartido en todos los sentidos. Y aunque tal vez había sido cobarde el huir tras ese beso, era lo mejor. Había pasado los últimos días con JungKook, se había olvidado de su obejtivo principal al perderse en la voz del hombre que le estaba enseñando y ayudando a conseguir lo que se había propuesto, se había perdido en Jeon JungKook. Pero ahora necesitaba volver a centrarse, volver a recuperar su confianza, su seguridad y los sentimientos que sintió los últimos doce años, esos sentimientos que lo hicieron sentir bien por tanto tiempo.

Y sólo una persona era capaz de eso.

Llegó al departamento en el que había pasado prácticamente la mitad de su vida. Escuchó la música a todo volumen desde afuera y sonrió al recordar aquellos tiempos en los que se ponían a escuchar esa clase de música a todo volumen mientras cocinaban o hacían mil y un locuras. JiMin no había dado cuenta lo mucho que extrañaba esos días. Abriendo el bolso negro de mano, buscó en el bolsillo pequeño la llave que abría aquella puerta. Desde hace mucho tiempo él tenía una copia por si necesitaba entrar, tenía una copia como si fuese su propiedad. Sigilosamente abrió la puerta y divisó el lugar, todo estaba exactamente como lo dejó y volvió a sonreir por ello.

ʟᴀʙɪᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora