CAPÍTULO 34 ( ¿Qué es lo que tienen tus ojos? )

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JiMin les había contado lo justo y necesario.

Ante la gran sala de juntas y con JungKook asintiendo y negando cada vez que decía algo, en forma de ayuda, JiMin terminó de hablar. La noche anterior, JungKook le había dicho que no podía hablarles a la junta directiva con tal confianza ni mucho menos con poco respeto o poca educación. Él, obviamente, se había quejado diciendo que en Italia todo era diferente y que estaba acostumbrado a hablar con todos como si fuesen una familia. JungKook lo había reprendido y causando una reacción totalmente opuesta a la que JiMin estaba acostumbrado, asintió y tomó el consejo de su hyung.

Les habló de forma protocolar.

Con el máximo respeto pero incitando a la confianza y con aquel toque de seguridad que JiMin tenía y que provocaba que cualquiera cayera a sus pies, habló sobre las situaciones que tuvo que pasar su padre y sobre la empresa en Italia. MinJi, quien miraba la escena al principio totalmente arrebatado por la envidia pero luego fue suavizando su rostro para escuchar atentamente el casi discurso de su hermano y sobretodo, para ver la reacción que los ejecutivos estaban teniendo.

Sonrió victorioso.

Conocía a la perfección las expresiones de los hombres que le habían hecho la vida imposible al principio y que aún no aceptaban su puesto. Claramente JiMin tenía una forma diferente de expresarse y eso lo puso furioso, sobretodo porque el tipo de palabras que estaba usando eran las adecuadas, sabía sin dudar que seguramente JungKook lo había ayudado. Aún así, calmó sus propias reacciones y mantuvo la calma para seguir escuchando lo que JiMin tenía que decir, aunque claramente, era en vano.

—Y es por eso señores, que no sólo vengo a imponer mis ideas, si no a tratar de cambiar junto a ustedes esta empresa y salir del grave problema que hoy se nos ha presentado —finalizó sonriente a pesar de tener un nudo en la garganta.

JiMin se sentía autosuficiente.

Había abierto sus pensamientos y su entusiasmo, incluso sus muy reservados sentimientos con respecto a su padre. Había hablado fuerte, con seguridad, oscilando en la humildad y dejando de lado aquella manera tan peculiar de hacer las cosas que tenía. Tan diferente a la empresa en Italia. Estaba totalmente seguro que los había convencido, que había entrado a ellos como lo hacía con todas las personas.

Pero estaba equivocado.

Todo cayó cuando los miembros de la junta se miraron entre sí, rieron de lado y se pararon para irse inmediatamente. JiMin se quedó helado cuando vio a todos salir sin siquiera dirigirle la palabra. Trató de caminar un paso hacia ellos, pero se detuvo al no poder hacer mas. Volteó hacia la mesa donde antes todos estaban reunidos y sólo vio a JungKook mirándolo con pena.

Su corazón y orgullo dolió.

Cuando volteó a ver a su hermano, este lo miraba con una sonrisa de lado, como si estuviese disfrutando de lo que estaba viendo, como si fuera un ganador, aunque ciertamente él le había advertido que tenía todas las de perder ante el consejo.

—Te lo dije, pero eres tan obstinado que ni siquiera me escuchaste —le dijo MinJi sintiendo la satisfacción de ver a JiMin hacer el ridículo.

—MinJi... —susurró JungKook mirándolo directamente en señal de advertencia.

—Pero no estoy mintiendo, le advertí a mi pequeño hermanito lo que pasaría, pero no me hizo caso —respondió despreocupadamente—, ve a casa, nada tienes que hacer ya aquí.

—¡Park MinJi! —gritó JungKook parándose y provocando que MinJi se exaltara.

—¡Es la verdad! Él piensa que con una sonrisita y un coqueteo puede hacer caer a todos a sus pies, pero está equivocado. ¡Sabes bien cómo es esta gente JungKook! ¿Ya no recuerdas lo que tuvimos que pasar?

ʟᴀʙɪᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora