ʟᴀʙɪᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]

CAPÍTULO 40 ( Promesa de amor )

Aquella mañana, cuando JiMin trató de despertarse, no lo logró

Su cuerpecito quemaba mucho y sobretodo, dolía demasiado. Cuando se sentó a medias, un mareo lo hizo caerse para atrás nuevamente. Pensó en llamar a su madre, pero no la quería molestar. Tal vez si llamaba a MinJi este le podría ayudar, pero tampoco deseaba incomodarlo. El reloj marcaba las ocho menos veinte, seguramente su hermano aún dormía.

Tenía que pararse.

Sobretodo porque quería ir al baño y ya no aguantaba más. Con sus piernesitas adoloridas, bajó de la cama y trató de caminar. Cayó de cuclillas. El dolor de sus piernesitas era real. Sus lagrimitas salieron, pero él no sollozó. Se paró y aguantando el dolorsito que lo embriagaba, entró al baño. Al regresar a cama, siguió llorando en silencio porque no podía hacer más.

Solo quedarse dormido.

Y cuando sintió que apenas había cerrado los ojos, el ruido al rededor suyo lo volvió a despertar. Su cuerpesito dolía aún, no había dormido nada. O eso era lo que creía, pues cuando levantó la mirada vio el techo blanco pasar y a señores de celeste al rededor suyo. Trató de levantarse creyendo que estaba en un sueño, pero las voces lo despertaron por completo.

—¿Puede oírme? ¿JiMin, puede oírme?

—Mami... —llamo debilmente el pequeño.

—Aquí estoy mi amor, acá está mamá.

JiMin suspiró aliviado.

Sus ojitos quisieron volver a cerrarse. Tenía muchísimo sueño, pero no pudo hacer inmediatamente porque los señores doctores de celeste le hacían muchísimas preguntas. Lo único que le reconfortaba era la tierna caricia que su madre le daba en el cabello y la otra mano encima de la suya, tan pequeña, protegiéndolo.

Tras un par de preguntas más, los doctores lo dejaron descansar.

En menos de un minuto, sus ojitos volvieron a cerrarse y no sintió nada más. Pero en la sala contigua, donde los Jeon y los Park esperaban, el médico le daba una noticia sobre aquel pequeño que dormía plácidamente, una noticia que implantaría en ellos una preocupación para siempre.

—Queremos hacerle un estudio un poco más elaborado.

—¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué le pasa a mi hijo? —preguntó desesperado el padre de JiMin.

—Él está bien, ya le bajó la fiebre, pero me preocupa otra cosa.

—¿Qué es doctor? —preguntó Ye Na.

—Me contaron que el pequeño ha tenido algunos problemas de salud últimamente y cuano revisé los latidos de su corazoncito, algo me preocupó —dijo seriamente.

—No es nada malo ¿verdad? Es solo un estudio ¿cierto? —habló desesperadamente la mujer que se sentía preocupada por su hijo–. ¡Dígame que mi hijo no tiene nada malo!

—Tranquila señora Park, es solo un estudio de revisión. No es común que un pequeño tenga una complicación cardíaca, así que por favor déjenme hacerle unos estudios.