Capítulo 1: "Antipático."

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-Date prisa, Mía.-me da prisa mi madre desde el comedor.-

-Ya va, pesada.-digo cojiendo la ultima caja.

Subimos al coche y me duermo cuatro horas, queda una hora y unos minutos todabía para llegar a ese pueblo tan inombrable, empiezo a pensar. ¿Y si me pasa como allí? ¿Y si no hago amigos? ¿Y si me hundo más que allí? Todos mis pensamientos me confunden sobre la mudanza.

-Mía, los que nos vendieron la casa se hicieron amigos nuestros, tienen dos hijos un año mayor que tú y los conocerás en la cena.-me dice mirandome por el retrovisor.

-Puede venir Gemma? Hace un año que no la veo... porfa mamá.-digo haciendole un puchero.

-Está bien.-dice rodando los ojos.

Trás una interminable y larga hora llegamos a la casa, una gran casa de dos plantas con muebles lujosos y habitaciones preciosas. Dejo una caja con algunas cosas que quería conservar y las guardo debajo de la cama y después guardo la ropa. Todo se me alarga a una hora, poco más.

Cojo el móvil y me pongo a Whatsapp, tengo guardado a un chico con el que hablaba por md en Twitter, es todo lo contrario a un chico en la vida real, es muy atento y nada egocréntico. Se llama Daniel Oviedo. Mi apellido, Stewart, viene de una parte inglesa familia de mi padre. Comienzo a hablar con él ya que es raro que estemos más de siete horas sin hablar.

+Hola Mía!

-Hola Danii. Siento no haberte hablado, es que me he mudado...

+No pasa nada princesita.

-Me gustaría tanto conocerte... eres todo lo contrario a los chicos del mundo.

+Grácias por decirme raro jajaja.

-¡No te diigo raro, tonto! Es que los que conozco son muy egocrénticos, solo piensan en ellos.

+Encima me dices tonto.

-Joo, no te digo tonto:(.

+Una cosa, ¿donde te has mudado?

-A un pueblecito de Sevilla, es inombrable.

+¿Puede que séa Mairena del Aljarafe?

-Mmm, ¡si! Que listo erés.

+Nos verémos pronto entonces.

-Si vives en Sevilla si jajaja, bueno adiós Daniel.

-Adiós fea, te quiero.

¿Te quiero? No he sentido nunca esta sensación de mariposillas, tendré hambre. Bajo al comedor y allí estan mis padres, mi hermano está en su habitación, como siempre.

-Mamá, ¿cuándo vienen tus amigos y sus hijos?-pregunto para avisar a Gemma.

-Pues sobre las 20:45 o 21:00.

-Vale, grácias mamá.

Vuelvo a mi cuarto y whatseo con Gemma para que venga a mi casa, le doy las indicaciones y en pocos minutos esta aquí. Al abrir la puerta salto sobre ella, hacía ya tanto tiempo que no la veía, abrazaba, olía... La echaba tanto de menos que ni se puede describir.

-Pero que guapa que estás.-me dice dandome una vuelta.

-Si, voy para modelo.-digo sarcástica.

-Eres la alegría de la huerta.-dice riendo.

-Tú si que estás guapa.

Hacemos tiempo antes de que lleguen los invitados poniendonos al día. Me cuenta todo lo que le ha passdo aquí, ha hecho amigas y amigos. Todo le ha ido perfecto. Le cuento lo mío, la 'rutina' de cada día. Llaman a la puerta y voy a abrir. Me asomo a la mirilla y trás la puerta se encuentran un matrimonio acompañado de dos niños, los cuales van discutiendo. Y si mi vista no me engaña son tontalmente idénticos. Abro la puerta y paran de discutir, saludo a el matrimonio y despues a los dos hermanos, primero al de la derecha el cual me da la mano y me besa esta cual princesa, seguido de dos besos en la mejilla. El de la izquierda ni saluda, pasa directamente dentro de la casa. Decido pasar de el, si no se esfuerza en ser amable ¿para que yo si? paso de empezar peleando con un antipático. Me acerco al comedor donde se encuentra la mesa puesta y las dos familias conversando, Gemma está esperandome en la puerta y los dos hermanos en un sofá apartado charlando, más bien discutiendo como la vez anterior.

-Son monos, ¿verdad?-dice Gemma de manera que solo pueda escucharla yo.

-De aspecto si. La pesonalidad, son como tu y yo, uno es "miss antipático" y el otro simpático. O algo así.-digo con cara de enfado.

-Mal empezamos...-suspira.

Entramos al comedor o salón, yo me siento en una de las sillas y empiezo a hablar con Daniel por Whatsapp. Ese chico es tan diferente, llega a el punto de "no insoportable" para mí.

Miro de reojo a los dos hermanos, uno esta hablandole y el otro pasando de este con el teléfono.

Hablar con Daniel me hace sentir bien.

+Hey Mía, ¿cómo te va?

-Bien... para que mentir, mal, muy mal.

+Ya vamos más o menos igual...

-Tu maldición cual a sido?

+Salir obligado de casa.¿Y la tuya?

-Conocer al chico más antipático del mundo.

+Para tí todos son antipáticos, jajaja.

-Pero este se pasa... Bueno, después hablamos que tengo que poner la mesa, adiós feo.

+Adiós tonta.

Dejo el movil a Gemma, ella esta jugando con el suyo, parece que a ella tampoco le han caido muy bien los gemelos. Voy hacia la cocina y espero a que mi madre me de los platos, antes de esto se gira y me mira.

-Que guapa vas hoy, Mía.

Hoy llevo algo especial ya que es una cena, llevo un top con una falda negra, unos zapatos con un poco de cuña y voy pintada.

Mientras cojo algunos platos viene alguien por detrás y coje algunos platos refunfuñando. Parece no ser muy servicial este chico, es el antipático de antes. Dejo los platos y me siento, entre los dos hemos acabado pronto. Mi madre me ha sentado al lado de uno de los gemelos y de Gemma, los dos hermanos se sientan juntos.

-Mía, que tal los estudios?-me pregunta Eva, la madre de los dos hermanos.

-De notables.-digo sin alzar la cabeza.

-Que bien.-dice siguiendo la conversación con los mayores.

Al acabar voy a limpiar mis platos a la cocina, pero por el camino me tropiezo con uno de los gemelos y sin querer nos chocamos.

-Lo siento.-digo evitando el mayor contacto posible.

-Podrías llevar más cuidado.-dice sacudiendose la camisa.

-Tranquilo, la próxima vez intentare mancharte entero.-digo al notar que era el antipático.

-Muy amable.-dice sarcástico y saliendo de la cocína.

Enjuago mis platos, el del postre y comida, cubiertos y también el vaso, y los meto al lavabajillas. Entro al salón y evito el mayor contacto posible con él, cosa que no se puede evitar, el único sítio que quedaba libre era a su lado.

Unas horas más tarde, después de soportar a el antipático y a su manera de actuar se van, en la puerta me despido del matrimonio. Para despedírme de uno de los gemelos me da dos besos y me susurra "Soy Jesús, encantado Mía" y del otro paso pero nos obligan a despedirnos, le digo adiós y cierro la puerta. Raíz de esta acción me apollo en la puerta y me deslizo hasta el suelo, sentandome en este último.

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora