31

686 36 1
                                    

Narra Jason.

Estábamos afuera de la enfermería ya que dijo Apolo que no podíamos entrar.

Se podían escuchar los murmullos de Grecia y Apolo, también como se escuchaba el instrumental que estaba utilizando el dios.

Los cinco estábamos nerviosos, no lo voy a negar. Apolo les prohibió la entrada a sus hijos, ya que todos de avisaron que su hermano estaba a nada de nacer.

Escuchamos unos galopes y mucha luz a nuestras espaldas, Quirón viene y todos los dioses están aquí.

-¿Qué pasa? ¿Por que nos llamaron? -dijo Thanatos.

-¿Qué hacen afuera de la enfermería? -dijo esta vez Quirón.

-Apolo le está haciendo una cesárea a Grecia, por eso los llamamos y esa es la razón de que estemos afuera -respondió Will.

-Mi nieto ya va a nacer -dijo un Eros ilusionado.

-Algo anda mal -dijo Hades- Siento muerte.

-¿Hades de que estás hablando? -pregunto Poseidón.

-¡No nos asustes Hades! -levanto la voz Zeus.

-Apolo necesita ayuda, ¿Por que todos sus hijos están afuera y no adentro? -cuestiono Artemisa.

-No nos quiere con el -respondió Abraham.

Narra la escritora.

El cielo se puso gris y Ares se puso cariñoso, todos tomamos esto como señal de que el bebe ya estaba afuera, Apolo salió de la habitación con el bebé en brazos y se lo entrego a Eros, el lo miro con ilusión y el dios que salió hace un momento, entro corriendo a la enfermería y levanto un campo protector, nadie lo podía cruzar, ni siquiera Zeus que era el adre de los dioses.

Al interior de la enfermería Apolo hacia todo lo posible para que su amada esposa se mantuviera con vida, la sangre dorada salía a chorros y el no podía contener la hemorragia, el cuerpo de Grecia no soportaría el parto y el lo supo demasiado tarde.

Grecia levanto su mano y tomo la mejilla de Apolo.

-No puedo hacerlo Grecia -dijo Apolo, verla tan vulnerable lo hacia sentir mal, ella ya no tenia el brillo en esos ojos azules y él se sentía culpable.

-No es tu culpa, no sabíamos que mi cuerpo no resistiría tanto -hablo lento- Voy a desaparecer, iré a los elíseos y regresare como nueva -sonrió- No te desharás de mi tan fácilmente solecito.

-No quiero perderte, mi promesa fue protegerte de todas las adversidades que pasáramos juntos, al parecer falle mi promesa -comenzó a llorar.

-No lo has fallado, el destino lo dice de esta manera, tengo que ir a los elíseos y regresar con mi familia, tengo que ver a las musas y hacer que mi poder se extienda por toda la tierra -lo miro de arriba hacia abajo- Estas lleno de sangre Apolo.

-No importa -suspiro y uso una parte de su poder en ella, por lo menos detener un poco la hemorragia- llamare a todos.

Jason y Eros entraron primero, este ultimo traía al pequeño y se lo mostro a su hija, ella sonrió y todos los demás entraron, las deidades se acercaron a la camilla, Eros tuvo que entregar a su nieto en brazos de Jason.

Los dioses se comenzaron a despedir, ellos sabían lo que pasaría a continuación, pero aunque lo sabían, lo hacían con lagrimas en los ojos. El primero fue Zeus.

-Mocosa, tu me enseñaste a tenerle cariño a las demás personas, debo admitir que me caíste mal desde que llegaste al Olimpo -rieron- pero aun así, te tome cariño, no se como pero te tome cariño.

- Yo te quiero tanto Grecia -respondió esta vez Ares y la abrazó.

-Eso es raro -dijo Hades- Admito que te odie la mayor parte de tu vida humana y también de diosa, pero poco a poco fui perdiendo ese odio, aunque aún existe.

Todos y cada uno de los dioses fueron despidiéndose de Grecia haciendo que Eros quedará al último para que pudiera tener más tiempo.

-Eres mi pequeña y te amo, sé que no fui el padre que quisiste, sé que nunca estuve cuando lo necesitaste, sé que falle pero te amo como jamás eh amado a alguien en mi vida; tú me enseñaste a ser responsable y a saber cómo lidiar con un bebé aunque tuviera otras obligaciones, tengo un alma y tengo un corazón; creía que tendrá que empezar siendo falso pero sé que no te olvide, bese diferentes dormías todas y cada una de las noches, te ame desde que naciste, mucho antes de que supieras lo que es amar, siempre pensé que mis brazos estarían hechos para una diosa y así fue, eres una gran diosa y eres una gran hija, me arrepiento de todas las veces que te deje con Zeus, lamento no haber estado a tu lado cuando eras un bebé que me necesitó.
Te amo hija. -termino y abrazo a Grecia.

-Te amo Padre -sonrió- Mi tiempo a llegado, iré a los Eliseos...pero volveré, tal vez no hoy tal vez no mañana; pero lo haré -tomo la mano de Apolo -Te amo.

-Tambien yo, aunque me dejes hoy -recito.

Él dios se acercó a besarla y en medio del beso Grecia fue desapareciendo, uno vez que nada tocó los labios de Apolo, este se dejó caer haciendo que sus rodillas chocarán con el piso.
Estaba destrozado y no podía ocultarlo, él dios juro que sería su vida, su amor, su razón de ser y que ella sería su corazón y su respiración; él le susurró todo esto en su boda y lo terminaron hoy.

Ares regreso a la normalidad y se acerco a Jason, tomo al pequeño en sus brazos y se acerco al Dios que yacía en el piso.

-¡Aquí tienes a tu hijo! Sabemos que ella regresará -le entregó al pequeño y Apolo lo miro con orgullo y admiración.

Los hijos de los tres grandes se encontraban llorando, pero el hijo de Júpiter era un diluvio.

Mientras que los de la cabaña de Apolo se encontraban abrazados.

El Dios se levantó del piso con su hijo en brazos.

-Te protegeré hasta el día de mi muerte y esta vez no fallaré.

Apolo desapareció, Grecia desapareció.

Todo termino.

Eros... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora