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-Hay cosas que no entiendo -dijo Annabeth.

-Que cosas -dijo Amelie.

-¿Como son hermanos? -miro a Amelie y a Jason.

-Ya lo explique -dijo Amelie con los ojos cerrados 

-No logro entenderlo.

-Digamos que detuvieron el tiempo para la madre de Jason.

-Nuestra madre -dijo Jason.

-Nunca me cuido -ataco Tn.

-Porque la congelaron, no la culpes por algo que tu padre decidió.

Percy veía como discutía el hijo de júpiter y la diosa de la venganza, cada vez mas temía por la vida de Jason. Amelie se levanto y con ella Jason y Percy se puso entre los dos.

-No le haré nada Percy -Amelie sonrió- Es mi hermano a pesar de todo.

-¿Porque me dices eso? -pregunto Percy.

-Porque veo cómo me miras -respondió Amelie- ¿Dónde esta Nico? 

-No cambies de tema -dijo Jason molesto.

-Se fue con lili -respondió Annabeth y Jason miro a su hermana.

-¿Pero sigue en el campamento? -pregunto- Recuerden que es muy arriesgado que salgan de aquí los dioses quieren asesinarlos, no solo los Olímpicos, sino también los del inframundo.

-¿Porque? -pregunto Annabeth

-Zeus nos prohibió a nosotros los oscuros, regresar a la tierra, porque estábamos causando conflictos con los humanos, aunque es bastante obvio que Zeus no sabe lo que pasa en realidad -dijo esto ultimo mirando al cielo, provocando que un rayo cayera a un lado de ella- Estoy al otro lado.

-¿Porque siempre que pelean entre dioses, nos afecta a nosotros? -pregunto Piper.

-Porque ustedes son la creación, dañandolos a ustedes se daña a Zeus.

-No entiendo -dijo Annabeth y todos los presentes la miraron- ¿Qué? Soy humano.

-Semidios -dijo Jason.

-Comenzare el relato -Amelie reunió a las estrellas del universo y comenzó- En ese mundo de sólo divinidades inmortales, los dioses desearon crear seres para poblar la tierra. Una vez decidida tal idea, Zeus encargó a los hijos del titán Jápeto, que dotaran de gracias y fuerzas a las criaturas terrenales. Fue Epimeteo, quien rogó a su hermano Prometeo, que le permitiera repartir los dones entre los seres terrenales. Epimeteo dio a cada animal un don, la belleza a uno, a otro la potencia, a otro la velocidad, a otro la corpulencia, a otro la sagacidad, etc., según su criterio de conveniencia. Careciendo de la sabiduría de su hermano Prometeo dio todos los dones a los animales dejando al hombre para lo último, quedando de esta forma el ser humano desnudo, indefenso y desarmado. Fue entonces cuando Prometeo, el amigo del hombre, viendo la injusticia que se había cometido, tratando de corregir el error y robándole la sabiduría a la diosa Atenea, concedió al hombre la lógica.

-¿Porque siempre le roban a mi madre? -pregunto Annabeth disgustada.

-Porque ella lo tenia todo -Amelie la miro y siguió-  Prometeo tomó al género humano bajo su protección y robó el fuego a Hefesto regalándoselo al hombre para que se calentara y pudiera vivir mejor, y le enseñó todo lo que sabía. Pero Zeus, al enterarse de los dones otorgados al hombre que le permitían parecerse a los dioses, lleno de ira, arrojó rayos y relámpagos y castigó a Prometeo duramente encadenándolo en el monte Cáucaso, en los límites del Universo. -todos miraban atentos a lo que Tn les decía.

-¿Así nacimos? -pregunto Percy.

-Mitologicamente si, pero esto no es todo, Hefesto, dios del fuego, modeló en su taller a la primera mujer, que fue inicialmente una estatua de metal. Como era muy bella, Zeus resolvió darle vida y uno de los dioses le agradeció con los dones de la belleza, la gracia, la inteligencia, la habilidad y el poder de persuasión. Pero también Hermes la dotó de astucia y falsedad y Hera de curiosidad, inquietud que no le daría paz a la mujer un solo instante. Zeus le envió a Epimeteo a Pandora como regalo, quien hechizado por su belleza decidió unirse a ella de inmediato. Como regalo le ofreció a ambos una bellísima caja adornada con piedras preciosas y oro. La caja estaba cerrada, pero al darle Zeus la llave a Pandora le advirtió que si querían vivir felices no la abrieran nunca. Pero un día, la curiosidad pudo más y Hera abrió la caja y fue así como surgieron las desdichas y los males de este mundo, como las enfermedades, las amarguras, los dolores y otras desgracias. La esperanza fue lo último en salir en forma de un pequeño pájaro y como símbolo del consuelo para la humanidad.

-¿Y eso que el hombre nació con  cuatro brazos y cuatro piernas, donde quedo? -dijo Jason con un tono de extrañeza.

-Eso es otro cuento, pero también puede ser real, ningún dios a parte de Zeus sabe la realidad, pero lo que mi hermanito dice es que a los primeros humanos que habitaban en la tierra tenían cuatro brazos y cuatro piernas, para los humanos era un gran poder o eso se cuenta -movió las estrellas para que siguieran su relato- Los humanos atacaron el Olimpo exigiendo más y Zeus enojado, arrojo rayos separandólos y regresandolos a la tierra, donde deberían vagar para encontrar a su otra mitad, también conocida como alma gemela. Fin -sonrío y regreso las estrellas a su lugar.

-Ahora veo porque siempre somos nosotros los que morimos -dijo Piper.

-Porque ustedes para los olímpicos no son nada -dijo Amelie.

-¿Entonces porque se acostaron con Mundanos? -dijo Percy.

-Para saciar el deseo -dijo la diosa- Eso no evita que sus padres divinos se hayan enamorado de sus padres terrenales. Aunque seamos dioses, nos enamoramos -miro a los presentes- También sufrimos y tanto Ares, Atenea y yo también declaramos guerra, hay muertes y van al abismo o a los elíseos, pero somos como ustedes.

-Solo que inmortales -concluyo Jason.

-Así es hermanito -sonrío- Cada dios ama a sus hijos, porque son la cosa mas preciada para ellos, si, tenemos peleas y la mayor parte del tiempo ustedes sufren por nuestra causa, pero todo fue culpa de Zeus -de nuevo cayo un rayo- Si Zeus no nos lo hubiera prohibido, los dioses vieran a sus hijos sin importar el que o el donde, por ese motivo Atenea no pudo cuidarte y Zeus no pudo cuidar a Thalia cuando las atacaron -dijo Amelie seria- Tampoco pudo cuidarte Poseidon cuando sucedió lo del museo -miro a Percy y después a Piper- Afrodita no pudo interferir cuando caíste de esa montaña -por ultimo miro a su hermano- Júpiter, no movió ni un dedo cuando te atacaron las serpientes.

-Pero cuando nos atacaron a Thalia y a mi, algo nos salvo -dijo Annabeth.

-A mi una luz me ayudo con la furia en el museo -dijo Percy.

-A mi me salvaron de seguir rodando -dijo Piper.

-Yo fui sacado de con las serpientes -concluyo Jason.

-¿No se han preguntado por la marca que tienen en su muñeca? ¿Ni porque todos la tienen? -dijo Amelie.

-No -respondieron ellos.

-Significa que un dios salvo a los cuatro por igual y ese dios fui yo.

Todos miraron a Amelie como si estuvieran viendo a un fantasma, estaban pálidos y no supieron que decir, la diosa solo los miro y dijo.

-Vayan a cenar -sonrió- Yo debo irme -se acerco y abrazo a Jason, para después despedirse de los demás con un beso en la frente.

Los cuatro fueron al pabellón de comida, sin decir una palabra, pero al quemar su comida, los cuatro la ofrecieron a la diosa de la venganza.







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