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Los oscuros se fueron hasta el inframundo, donde se habían reunido en el palacio de Hades y se sentaron al rededor de la chimenea.

-¿Qué opinan? -pregunto Hades.

-No nos conviene cambiarnos -dijo Thanatos.

-¿Porque no? -pregunto Amelie.

-Porque nuestros hijos están en el maldito campamento que va a hacer atacado por el maldito dios del tiempo y nos iremos todos al infierno -dijo Deimos.

-Estamos en el maldito infierno -dijo Fobo.

-Cuidadito que es donde viven -dijo Hades- Soy bastante generoso con tenerlos aquí de estorbo.

-No estorbamos -dijo Amelie con voz de pequeña- Te ayudamos con el olor a muerto.

-Es verdad -dijo Hades- Olvidenlo. En fin, no seria bueno cambiarnos, nos afecta a todos y nos quitara comodidades.

-Concuerdo con eso -dijo Amelie- A parte mi marido esta en el Olimpo, no puedo darle la espalda.

-¿Quien eres y que le has hecho a la perra de la venganza? -dijo Deimos.

-Acabo de tener una conversación con él, no planeo dejarlo -dijo Amelie.

-Acaban de tener un hijo weee -dijo Thanatos- Es eso o Apolo la folla muy bien

-Mi actividad sexual no es tu problema -dijo la diosa- Ahora si no les importa, hablemos de lo primordial que es tener claro nuestro bando, Némesis se paso al lado de Cronos y tenerla ahí no es bueno, nos puede destruir en segundos.

-Tu también eres la diosa de la venganza -dijo Deimos.

-Si, pero ella llego primero y sabe más cosas -dijo Amelie- Yo solo soy la compañera de Ares en las guerras.

-Si y una de las diosas más fuertes que puede haber -dijo Hades- Has pasado por demasiadas cosas, así que me atreveré a decir que eres mas fuerte que Némesis.

-No nos vamos a cambiar -dijo Fobo- Nuestra lealtad esta con los dioses, regresemos al Olimpo.

Se miraron entre todos y regresaron al Olimpo, donde los dioses griegos los esperaban mientras se comían las uñas, ninguno de los cinco hablo, solo se sentaron y miraron a Zeus.

-Bien, ya que estamos todos de vuelta hablemos de las defensas para el campamento -dijo el padre dioses.

-Podemos poner parte de nuestros poderes -dijo Hades- Somos los dioses del inframundo, tenemos ventajas y una de ellas seria depositar poder es las limitaciones del campamento.

-Concuerdo con Hades -dijo Poseidon- Tenemos que luchar con nuestros hijos, apoyarlos, hacerles saber que si los dioses estamos todo podría ser mejor.

-Si hermano -dijo Zeus- Pero es guerra de ellos.

-Entonces para que quieres proteger el campamento, no porque Jason se haya regresado al campamento júpiter, signifique que olvides a los demás -dijo Amelie llamando la atención de los dioses- Todos los que estamos aquí reunidos tenemos más de un hijo en ese campamento -se levanto- Dionisio tiene a los gemelos -comenzó a caminar por los tronos- Atenea a sus hijos, que sigo sin entender como es un nacimiento cerebral pero lo descubriré algún día -la señalo- Artemisa tiene a sus cazadoras ahí, llegaron hoy -se paro al lado de su cuñada poniéndole la mano en el hombro- Ares, Afrodita, Hades, Thanatos, Apolo... todos tienen hijos ahí.

-Ya que estas a la defensiva de todos los hijos -dijo Zeus levantándose y acercándose a la diosa- Porque no vas y te quedas ahí.

-Porque no puedo dejar el inframundo querido Zeus -le respondió la diosa. Hades y Poseidon se levantaron para acercarse a los dos.

-Están causando que los demás dioses se sientan incómodos -dijo Poseidon hablando bajo.

-Porque se pondrían incómodos si saben como es -dijo Amelie mirando a Zeus.

-Tenme respeto mocosa -dijo Zeus.

-¿Respeto? Respeto te pedí yo cuando me mandaste al inframundo -dijo Amelie con las manos en la cintura.

-Cierto, yo estaba sólito en el inframundo y llegaron intrusos -dijo Hades- Mejor dicho dioses olimpicos.

-Por cierto, ¿Porque la mandaste al inframundo? -pregunto Poseidon.

-La reunión termino -dijo Zeus en voz alta y después desapareció, al igual que Dionisio. Hades y Poseidon miraron a Amelie.

-Supuestamente porque yo podía quitarle el lugar de padre de los dioses, por haber sido la única semidiosa que acepto ser un dios, era una profecía que se venia trayendo desde hace años, lo que sucede es que no decía hijo de quien -explico Amelie.

-Ay pero que delicado -dijo Poseidon poniendo las manos en su cintura. 

-Verdad que si -concordó Amelie.

-La reunión no a terminado -se levanto Hera, Hades, Poseidon y Amelie regresaron a sus lugares- Lo que dijo Amy es primordial, nuestros hijos están ahí -movió la mano y Hefesto apareció en uno de los tronos, miro a todos extrañado- Debemos estar unidos, por un mismo motivo.

-Concuerdo -dijo Artemisa, rara vez estaba en su forma de diosa- Yo no tengo hijos, pero mi hermano si y mi cuñada igual -miro a los nombrados- A parte mis cazadoras se encuentran ahí y lo daría todo por ellas.

De la nada, los ojos de Amelie comenzaron a cambiar, se pusieron verdes y la neblina a su alrededor igual, la diosa miro a Apolo, el cual ya se estaba acercando a ella, pero la neblina la envolvió y desapareció, dejando al Dios del sol abrazando a la nada.

-¿Ok? ¿Qué sucedió? -dijo Hera.

-Una profecía -dijo Apolo tomando asiento en el ligar de Amelie.

-¿Porque se fue ella en tu lugar? -pregunto Artemisa captando la mirada de Apolo.

-Eso mismo quiero saber -respondió él, dejando a los dioses fríos.

Amelie apareció en el ático de la casa grande, frente a ella estaba la momia del oráculo, la cual despertó al sentirle.

- La guerra se acerca, las diosas vencerán, los dioses no sabrán, el sol en peligro estará y la guerra cobrara la vida de una diosa -Amelie sintió un tirón en el estomago cuando dijo el sol.

La diosa cayo de rodillas al suelo,  en un golpe seco, el cual tumbo un florero haciendo que se quebrara al estrellarse contra el suelo, la diosa sintió una presencia a sus espaldas pero no se movió.

-Te encargo los floreros -dijo Dionisio- ¿Profecía? 

-Si -susurro la diosa.

-¿Porque tu y no tu marido? -dijo Dionisio recargándose en la pared.

-Porque la profecía lo involucra -Amelie estaba mirando al suelo.

-¿No va a morir cierto? -esto capto la atención de Amelie, la cual lo miro con los ojos llorosos- Mierda, el mundo los odia -se sentó en el suelo con ella- Bien, quedémonos aquí, a esperar un milagro.

Amelie no hablo, Dionisio tampoco, ambos dioses se encontraban sentados en el suelo del ático, esperando que el otro hablara, pero ninguno tenia la intención de hacerlo, el dios del vino miraba a la diosa, ella seguía mirando el suelo y sus ojos cambiaban constantemente de color, negro, rojo, azul, rosa... Si pudieran entrar en su mente, sabrían que todo es un caos dentro de ella.

Eros... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora