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Olimpo.

- ¡Destruyeron Solangelo! -chillo Afrodita enojada.

-A mí no me importa quién termine a quién, solamente me importa mi hijo -dijo Amelie.

-Osea que te vale madre mi hijo! -exclamo Hades.

-Tu hijo me empezó a valer madre desde que me acosté con él. -respondió Amelie.

-¿Qué? -Preguntaron Apolo y Eros.

-No te quiero ver de nuevo en mi palacio -dijo Hades.

-Tranquilo Sombritas mi palacio es mejor que el tuyo -respondió Amelie con una sonrisa cínica.

-¿Quieres guerra? ¡Guerra tendrás! -exploto Hades.

-¡Silencio! -llego Zeus junto con los demás Olímpicos -Nadie le declarar la guerra a nadie.

-¡Oh vamos! -grito Ares- Le apostaría a Amelie.

-Dije nadie -Grito él padre de dioses.

Apolo miró a su esposa de una forma extraña, dándole a entender a ésta que hablarían después.

Campamento Mestizo.

El cielo se tornó gris/negro, comenzó a hacer frío y la niebla se levantó.

Todos los campistas miraban la barrera, ya que ésta se estaba tornando negra; unos lo miraban con miedo y los nuevos con admiración y sorpresa.

Los rayos comenzaron a hacerce presente junto con las olas del lago, el viento corria con una fuerza brutal y la tierra comenzó a temblar.

-¡Campistas pónganse armaduras, estamos en medio de una guerra de Olímpicos! -exclamo Quirón.

Todos los campistas corrieron a hacer lo que dijo el Centauro, Jason miraba el cielo y sus manos. Percy miraba las olas y Nico miraba la niebla.

Los hijos de Apolo se sentían débiles, mientras que los de Ares fuertes, los de Athenea se miraban intentando descubrir que sucedía, las demás cabañas estaban tranquilas.

Los Olímpicos aparecieron en el campamento, miraron a sus hijos y se acercaron a ellos.

Apolo miró a sus hijos y mes dió fuerza,  se reunieron y se abrazaron.

Hades apareció también e intento acercarse a Will, pero Amelie salió del suelo justo enfrente de su hijo.

-¡No lo tocaras!.

-Yo sabré que hacer, total solo eres un grano en el culo -respondió Hades.

-No me quieres tener como enemiga Hades -hablo Amelie con tranquilidad- Piensa bien las cosas que harás.

-Todo esto es culpa de tu hijo -expuso Hades.

-No es culpa de nadie -los olímpicos los miraban como si estuvieran en un juego de Pin Pong.

Hades no respondió, solo abrió una grieta en el suelo la cual se llevó a Will directo al Tártaro.

Amelie calló al suelo justo donde la grieta se cerró, miró a Hades con furia; se acercó a él y tomándolo de la túnica dijo.

-Felicidades imbécil, me tienes cómo enemiga, juro por el estigio que te haré pagar por esto -y como cereza en la copa del pastel, Amelie le dió un puñetazo a Hades mandándole al suelo -Si alguien más se mete con uno de mis hijos, la pagarán -y desapareció.

-Hermano ¿Qué has hecho? -pregunto Poseidón.

-Tienes una enemiga a la cual no podrás vencer -dijo ahora Ares.

-Apolo es su ancla, ella lo olvidará. -dijo hades.

-No te confundas, puedo ser el ancla de Amelie, pero cuando​ está así nadie la calmará -dijo Apolo nervioso.

-Ella es como una bomba, cuando menos lo esperes va a detonar y se llevará vidas inocentes -aseguro Eros.

-Eros tiene razón, Amelie es poderosa y con ese odio lo es más, nada en el mundo podrá hacerla cambiar -dijo Athenea.

-Si William regresa....

-El odio seguirá aunque Will este aquí y no descansará hasta obtener su venganza -dijo Apolo de nuevo.

-Miren, me voy a humillar -preparo Ares- A esa pequeña, le tengo miedo, respeto, admiración y sobretodo un gran cariño, pero eso no le quita que puede crear una guerra con solo una mirada.

-Lo dice el dios de la guerra -dijo Deméter.

-Así es, Amelie es una bomba y no podrán detenerla.

Los campistas tenían miedo, Nico estaba nervioso, los hijos de Apolo miraban a su padre y todos los dioses esperaban lo peor.

Inframundo"Palacio de Amelie" .

La diosa caminaba de un lado a otro, mirando la entrada del Tártaro, tenía un plan, sacaría a su hijo de ahí y lo mantendría en el palacio unos días para poder curar sus heridas y cualquier cosa que tuviera, el único que sabría de esto probablemente sería Apolo, ella aún estaba trabajando en ello.

Las puertas se abrieron de par en par, soldados esqueletos entraron en filas y miraron a la diosa.

-Quiero que vayan a la entrada del Tártaro y custodien quién entra y quién sale, necesito saber si mi hijo está bien; no les diré que se metan porque los pongo en muchos riesgos, primero estudiemos el terreno y después atacaremos ¡Vayan! -dio este pequeño discurso y los soldados salieron del palacio.

Si Amelie tuvo un corazón de color rojo, podría jurar que si se lo sacas, en estos momentos sería negro mate.

La diosa sería más  despiadada de lo normal, hara pagar a todo aquel que le dijo que no podía. Nadie se mete con los hijos de la venganza, ¡Nadie!

Eros... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora