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Como se les había comentado a los semidioses, Ares y Amelie se reunieron el miércoles en la enfermería y ahí estaban las cabañas de Apolo y Ares reunidas.

-Buenos días hijos -dijo Amelie en cuanto apareció en la enfermería.

-Madre -dijo Kian sonriendo.

-Hola mi amor -sonrió Amelie mientras lo abrazaba.

-Hijos míos -dijo Ares mirando a sus hijos -Hoy es un buen día para vernos.

-Cómo sabrán -comenzó Amelie- Las cosas han estado un poco tensas digamos y todos sabemos por que.

-Por lo cual, Amelie y yo nos hemos unido -dijo Ares- Para poder tener la guerra y la venganza juntos de la mano.

-Esta alianza, no solo puede ser de dioses, si así lo desean, también pueden unir las cabañas -la diosa comenzó a caminar por la enfermería.

-Sabemos que no están acostumbrados a estar juntos, pero quiero que lo intenten -el dios miro a sus hijos- Debemos estar todos juntos para poder salir adelante. 

-Podemos entender que no tenían un afecto hacia la diosa -Amelie miro a los hijos de Ares- Pero sabían que ella estaba ahí o bueno eso queremos creer todos -sonrío, provocando que sonrieran.

-Pero por respeto a Amelie y a sus hijos -Ares se acerco a la diosa y puso una mano en su espalda- Nos uniremos a ellos, siendo una sola cabaña -el dios sonrío un poco- Bueno ustedes me entienden.

Pasados los minutos que Ares compartió con sus hijos, decidió que lo mejor sería dejar a Amelie con sus hijos, así que el dios llevo a sus hijos al campo de entrenamiento. La diosa miro a sus hijos, una vez que Ares se fue junto con sus hijos.

-Sentémonos -la diosa les sonrío- ¿Cómo están? 

-Pensé que papá no te haría eso -dijo Jack.

-Tampoco yo -Amelie sonrío- Habíamos quedado que no importara que fuera semidiós, iba a importar cuando fuera dios y bueno -trago saliva- Ya hay un dios. Pero lo que importa son ustedes, cuéntenme sus inquietudes.

-¿Se van a separar? -dijo Jack II, un pequeño de siete años. Amelie se quedo callada.

-Seguiremos juntos -sonrío- No se preocupes.

Cada semidiós estaba preguntando, todos y cada uno de ellos miraban a la diosa esperando que llorara, pero ella no mostró dolor en ningún momento, todo estaba normal, ella se miraba bien, ella se miraba tranquila, pero era todo lo contrarío, Amelie no estaba bien, Amelie no estaba tranquila, simplemente es fuerte por sus hijos. 

Los niños más pequeños se fueron a hacer sus actividades al igual que todos los demás. Pero Will y Kian llevaron a la diosa al lago.

-¿Están bien en verdad? -pregunto Kian.

-No -respondió Amelie- Hace meses que no lo veo, la ultima vez que lo vi fue cuando trajo a Erionte junto a Afrodita y de ahí ya no lo he visto, me a mandado mensajes iris pero siento que las cosas no irán bien y no quiero decirles a los más pequeños, porque para ellos nosotros somos sus padres, soy su única figura materna y no quiero quitarle eso.

-Lo que nosotros queremos es que tú estés bien -dijo Will- Mamá tu nos importas, y queremos que estés bien y que no sufras por alguien como afrodita.

-Ella es perfecta -dijo Amelie y llegaron Jason, Percy y Nico.

-Tu tienes su bendición -dijo Nico- No deberías sentirte así sabiendo que ella te dio ese poder, eres hermosa y bella y siempre has logrado todo lo que te propones sin ella.

-Pero no es mi maldita culpa que él siempre tenga que hacer todas las cosas, que sea Apolo el que siempre arruina las cosas, cuando yo trato de darlo todo.

-¿Eso piensas de mi? -dijo Apolo llegando, Jason se paro a un lado de Amelie, mientras que Will y Kian frente a su padre.

-No lo pienso, lo haces -Amelie se acerco a Apolo- Es suficiente de que estés jugando con los sentimientos de los demás, soy tu esposa carajo -exclamo tan alto que se le desgarro la voz.

-Sé que eres mi esposa lo sé...

-No lo parece Apolo -dijo la diosa acercándose mas. Jason tomo de los brazos a Will y Kian, Amelie estaba desprendiendo niebla a su alrededor. 

-Escucha, lo que hice fue un error -comenzó Apolo.

-Un hijo nunca es un error Apolo!! 

-No estoy hablando de Erionte -dijo Apolo oscureciendo su mirada- Hablo de todo lo que nos ha hecho pasar afrodita, todo, desde el inicio de nuestro matrimonio, ella siempre nos a querido ver destruidos -Apolo levanto la mirada encontrándose con un Ares que venia alzando su lanza -Aléjate y protégete -Amelie lo miro extrañada- Ares viene hacia aquí.

Amelie se alejo en cuanto Ares lanzo el arma al pecho de Apolo, pero este coloco su escudo antes del impacto, la diosa se acerco a los semidioses y llevo a cada uno a su cabaña, le aviso a Dionisio y él mando a todos a su cabaña, una vez que aseguraron las puertas de cada casa, el dios del vino y Amelie se pusieron en su forma de Dios junto a Quiron, cuando llegaron al lago de nuevo, Zeus, Poseidon y Hades ya se encontraban ahí, tratando de evitar que Ares matara a Apolo.

-Déjenlos -dijo Amelie, esto extraño a los tres grandes- Dejen que se maten el uno al otro 

-¿Pero que dices? -pregunto Zeus.

-¿Estas mal de la cabeza? -pregunto esta vez Hades.

-No, pero alguien debe hacerlo -respondió la diosa- Tengo suficiente con ellos dos discutiendo sin hacerse algo, así que este es el momento -miro a los dioses que la rodeaban- Debían sacar el coraje si no quieren que el mundo explote y termine con toda tu creación -miro a Zeus- Incluso la tuya -miro a Poseidon, el cual se encentraba muy callado. Los semidioses descubrieron la manera de abrir sus cabañas y todos se dirigieron al lago, donde hace unos momentos estaban en familia los hijos de Apolo.

-Solo protejan a los semidioses -dijo Poseidon- Si Amelie quiere que ellos saquen todo, nuestros hijos deben estar a salvo -miro a la diosa- Confiamos en ti Amelie, no nos falles.

La diosa se metió entre ambos dioses, Ares tenia el labio reventado y la nariz rota, mientras que Apolo tenia un corte en el brazo que desprendía sangre dorada. Amelie les quito las armas con un movimiento de manos y acerco a ambos dioses a su cara. -Dejen de hacerse el heroe.

-Solo te estoy protegiendo -dijo Ares.

-Y yo venia a hablar contigo -dijo Apolo- Eres mi esposa...

-¿Ahora si lo es? -pregunto Ares.

-¿Quieres ver? -dijo Apolo.

-Ambos me tienen cansada, aprendan a comportarse cada vez que se vean -miro a Ares- Eres mi hermano y agradezco todo lo que has hecho, pero yo puedo sola, soy una mujer fuerte e independiente -ahora a Apolo- Tu eres mi esposo y no te he perdonado y no planeo hacerlo por le momento, yo no eres un adolescente Apolo, eres un adulto y debes comportarte como tal -soltó a ambos dioses -miro al dios de la guerra- Gracias Ares.

-Cuando quieras Amelie -el dios se hinco ante ella y bajo la cabeza -Tienes mi respeto y soy tu sumiso -tras esto desapareció.

-Soy tu esposa, si, pero ya no quiero seguir siéndolo, necesito tiempo para mi -se quito los anillos.

-Amelie yo...

-No, necesito mi espacio Apolo, crecer por mi misma -sonrió y también desapareció.

Apolo se quedo en medio del lago mirando los anillos, pero ya no pudo con tanta presión en su pecho y cayo de rodillas, llorando. Todos regresaron a sus cabañas y a sus puestos de trabajo.

Al día siguiente el sol no salió, la oscuridad abundaba en el mundo, todo se puede perdonar, pero una traición no.



Eros... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora