Capítulo 12

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Moví a Ethan hasta que pude salir de su agarre

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Moví a Ethan hasta que pude salir de su agarre. Él se removió, dejando su cara pegada en mi almohada.

Dormido se veía incluso más atractivo: los labios entreabiertos, húmedos y rosas; el cabello oscuro y suave como la ceda; las cejas tupidas y bien delineadas; las pestañas largas, espesas; y... Dios. Tenía que dejar de bebear o nos ahogaría a ambos en los fluidos.

Solté una bocana de aire, agarrando otra almohada y una sábana. Bajé hasta la sala y me acomodé en el sofá. Desde donde estaba escuchaba el sonido que hacía mi madre con el teclado mientras trabajaba en su pequeña oficina. Decidí que era mejor decirle en ese momento que Ethan se quedaría en casa para que le avisará a su madre y no me matará a la mañana siguiente cuando lo encontrara en mi cama.

Con paso perezoso, fui hasta la cocina y serví una enorme taza de café negro de la cafetera aún encendida, y fui hasta la oficina de mi madre. Golpeé los nudillos de mi mano libre contra la puerta, y abrí cuando escuché la suave aceptación de madre.

Estaba acurrucada en el sofá individual ubicado en una esquina del modesto estudio, el portátil descansaba sobre sus piernas, y cuando me miró por sobre las gafas de montura gruesa; vi las pronunciadas manchas oscuras debajo de sus ojos color humo. Sonrió, estirando los brazos para que la abrazara. Fui hasta ella, dejando la taza de café sobre la mesa que tenía al lado y le Di un beso en la coronilla.

-Deberías estar durmiendo; tienes clases temprano y no quiero que me llamen porque te retrasaste.-Dijo, con un suave tono de autoridad, al tiempo que me alejaba a mí tomar la taza y darle un sorbo a la bebida.

Di unos pasos hacia el lado, apoyando mi trasero en los bordes del escritorio de madera oscura.

-Sí, lo sé.-Tomé una bocanada de aire para amarme de valor y dejé salir tan rápido como pude.-Pero Ethan esta durmiendo en mi cuarto.

Mi madre levantó la cabeza abruptamente, y dejó la taza de nuevo en la mesa.

-¿Por qué esta él ahí a esta hora?-Levantó una mano para hacerme callar.-No me digas qué ustedes dos...

- ¡Claro que no! Cuando llegué ya estaba dormido-Intenté gesticular con mis manos.-Supongo que se quedó esperando pero no resistió.-Mentí.

Ella empezó a asentir lentamente, pero sus ojos estaban entornados en sospecha.

-Vale.-Dijo.-Pero sabes que puedes, Umm, contarme de estas cosas.-Hizo una señal negativa con su dedo índice. -No es que este diciendo que es bueno que las hagas ahora, porque eres joven.

-Mamá, ya.-

-Pero podrías decirme si lo haces y yo te asesoraría. -

-Para, por favor.-

-El sexo es un proceso natural, y yo no soy anticuada. Además, sé que se disfruta mucho. Cuando yo era joven solía...

-¡Mamá!-

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora