Capítulo 29

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Liam nos observó  en silencio por algunos segundos, a la vez que sentía como el agarre de Ethan se hacía más  fuerte

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Liam nos observó  en silencio por algunos segundos, a la vez que sentía como el agarre de Ethan se hacía más  fuerte.

—Entonces.—Comenzó  a decir el chico de ojos castaños.—¿Podemos hablar un momento?

—Ahora no puede.—Espetó  Ethan.

Levanté  mi cabeza para mirarlo, mientras fruncía  el ceño, ¿quién  era él  para decidir eso?

—No te pregunté  a ti.—Farfulló  Liam.

Ay, no. Esto era completamente ridículo.

—No importa, no quiere hablar contigo.

—Eso no lo decides tú.

—No sean idiotas.—Mascullé, soltandome, y mirándolos a ambos.—Sí quiero hablar con él  lo haré.—Mis ojos contactaron  con los de Ethan.—Será  solo  un momento. —Agarré  mi bebida.—Debes ocho dolares.

Le hice un movimiento de cabeza a Liam para que me siguiera, y giré  con la intención de alejarme, pero una mano en mi brazo me detuvo.

—¿Te vas a ir con ese imbécil?—Sus ojos verdes lanzaban cuchillas y un músculo  en su mandíbula estaba saltando.

Me solté.

—Solo  vamos a hablar.

—Déjala, no tardaremos nada.—Fui lo suficientemente  rápida como para girar y ver un sonrisa fugaz que Liam le estaba dando al chico frente a mí.

Mis ojos se entornaron, y él  bajó  la cabeza.

Ethan  soltó  su agarré y negó  con su cabeza, dejando el pago sobre la barra   y alejándose a paso brío.

Le di un sorbo a mi bebida y suspiré. ¿Ahora por qué  estaba enojado?

—Gracias por querer hablar conmigo.—Liam trajo de nuevo mi atención. Parecía apenado, y su mirada aunque  estaba en mi rostro no daba con mis ojos.

—Lo hago porque quier que dejemos esto claro de una vez.—Caminé  y él  me siguió.—No quiero malentendidos, Liam.

Me dolía pensar en su traición, pero ya no podía hacer nada. Tenía que aceptarla y seguir.

Cuando depositas tu confianza en alguien, y esa persona te traiciona; o hay forma de reconstruir todo lo que le entregaste. Puedes perdonar, pero el recuerdo, la herida seguirá ahí; lista para abrirse con cualquier mínimo roce de dudas.
Yo le había confiado mis sentimientos a él, tratando  de olvidarme de alguien más  me puse en sus manos,  y me dejó  caer.
No le guardaba rencor o lo odiaba, principalmente porque ambos sabíamos que yo no lo quería de la misma forma en que él  decía quererme a mí.  Pero la traición seguía doliendo aún  cuando el interés no era tan profundo.

—Yo también quiero aclarar todo.—Dejó  salir una bocanada de aire, y miró  hacia el frente.—He estado pensando en muchas cosas desde la última vez que hablamos en tu casa.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora