Capítulo 22

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Emma se puso frente al espejo

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Emma se puso frente al espejo.
Su cabello rojizo caía en cascadas ondulantes hasta el principio de su pequeña cintura, el vestido color marfil que llevaba se ceñía hasta mitad de su torso, y luego caia en un suave y ligero baile de tela hasta mitad de sus muslos, el escote en forma de corazón hacía que la curva de su pecho se viera delicada; estaba preciosa, y completaba el atuendo con unos zapatos a juego.

Estábamos casi listas para su fiesta de cumpleaños.

—¿Crees qué es demasiado?—Preguntó mi amiga, girando su rostro hacia mí para que inspeccionara el labial rosa en sus labios. No era en absoluto 'demasiado' Emma parecía una princesa,realmente una, con esa piel inmaculada y los rasgos tan delicados.

—Esta perfecto.—dije, viendo que el producto estaba en la cantidad exacta.—Estas preciosa, Melissa no querrá que te apartes de ella en toda la noche.—Subí el cierre de mi de top.

Un suave rubor se extendió por sus mejillas mientras sonreía.

—Pienso invitarla a cenar a mi casa la próxima semana.—Volvió al espejo,y empezó a aplicar rimel.—Quería saber si tú puedes venir también. No quiero que hagamos esto solas.

Una sensación de calidez nació en mi pecho.

—Voy a estar ahí para ustedes.—

—Gracias.—Su reflejo me sonrió.—Mike también vendrá. No sé como pueda reaccionar mi madre,pero no me importa.

En esos momentos, como si lo fuésemos invocado, escuchamos la voz de Mike al otro lado de la puerta.

—¿Qué les toma tanto tiempo?—espetó  desde  el otro lado de la puerta.—No pueden hacer milagro. Abranme, estúpidas.

Emma y yo giramos los ojos al cielo, y esta última fue hasta la puerta y la abrió.

—Bueno. Voy a admitir que ustedes dos me calientan más que sol de verano.—dijo una vez que inspeccionó nuestros aspectos. Sonrió con dulzura.—Están preciosas, chicas.

Escuchamos el barullo que provenía del piso de abajo. Varios amigos de Liam habían llegado un rato antes para ayudarnos a correr algunos muebles y así hacer un poco más de espacio en la sala. Mi novio estaba con ellos, y cuando decidí bajar a supervisar que no estuvieran rompiendo nada por lo que me tuviera que ir del país antes de que mi madre llegar, un chico junto a Liam lo codeó para que él mirase en dirección a la que yo venía.

Tengo que decir que aún no me acostumbraba a esa forma en la que sus ojos parecían iluminarse cuando me veían. Una sonrisa enorme surco sus facciones y caminó hacia mí, recibiendome antes de que llegará al último eslabón de la escalera y me levantó, pegándome a su cuerpo.
Su sabor a menta picó mis sentidos,y cuando terminó de besarme, dejó su frente apoyada en la mía.

—Eres la chica más hermosa que he visto.—dijo,y yo le pasé las manos alrededor de su cuello.

—Estas guapísimo,amor.—Le respondí.—Ahora bajame.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora