—¿Podrían soltarse, por favor?—La voz de mi madre taladra entre la bruma que Ethan provocó. De un empujón me aparto; sintiendo mi cara arder.Teresa nos observa con seriedad, con las manos en su cintura, y su sombrero de ala ancha cubriéndole casi la mitad del rostro. Ethan dio un instintivo paso atrás, y yo lo imité, donde gracias a Dios por el hecho de que mi madre no llevará chanclas en esos momentos.
—¿Alguno de ustedes quiere empezar a hablar o comienzo yo con las preguntas?—Cambio la posición de sus brazos, cruzandolos ahora sobre su pecho.
Santa virgen, podía escucharla preguntando sobre condones, pastillas y esas cosas. Lo mejor era aclararle cualquier cosa antes de que ella hablara.
—Somos amigos.
—Estamos enamorados.
Ethan y yo hablamos al unísono. Mi madre arqueó una ceja, y yo golpeé mi frente con la palma de mi mano, el idiota a mi lado me miró con el ceño fruncido.
—¿Amigos con... beneficios?—Preguntó Teresa. Sus ojos color humo adquirían un brillo de molestia cada vez mayor.
Ya estaba, hasta aquí había llegado Candace Jones. Era mi fin.
—¡No, mamá!—chillé.—Sabes que no haría algo así, somos solo amigos.
—Pero yo quiero a Candace como más que una amiga, Teresa.—Ethan imitó la postura de mi madre. ¿Es qué este chico era idiota?—Estoy enamorado de ella, y ella también lo esta de mí; solo que no se decide a...—Mis manos fueron a su boca.
—Cállate, por favor. —Le di una mala mirada.
—Ethan, ayuda a los demás recoger las cosas.—Sentenció mi mamá.—Hablaré contigo luego. La mirada que le dio, que fácilmente podía congelar hasta el mismo infierno, no dejó espacio para réplicas.
Ethan se alejó a regañadientes, y cuando volví a mirar a mi madre, el nudo en mi estómago se apretó aún más.
—No es lo que parece, ma.—Apretujé mis manos con nerviosismo.
Teresa me observó unos segundos, antes de inclinarse y sentarse sobre la arena. Su gesto estaba serio, pero ya no me parecía tan enojada.
Me senté a su lado.
—Sabes qué lo que dije sobre querer un nieto era broma, ¿verdad? Es decir, no ahora; no hay prisa.
Mi vergüenza fue en aumento.
—Mami, no tenemos ese tipo de relación.—Suspiré.—Solo fue un beso.
Teresa se quedó en silencio por algunos segundos, estudiando detalladamente mi rostro
—Pensé que estabas con ese otro chico... ¿cómo se llamaba? ¿Tiam?
Fruncí el ceño.
ESTÁS LEYENDO
Ni Te Quería Tanto
Roman pour AdolescentsEN CORRECCIÓN. El chico que me gusta me ha confesado que esta enamorado de mi mejor amiga.... Esto va a estar jodido. •~•~• Mientras él me hablaba de lo profundamente enamorado que estaba de Emma, un agudo dolor atravesó mi pecho. En ese momento no...