Las flores nocturnas impregnaban el aire con un aroma a chocolate y era maravilloso.Tomé la mano que Ethan extendía hacia mí, sin comprender muy bien aún qué estaba pasando, él me envolvió con su brazo, hasta que nuestros pechos quedaron juntos, y depositó un suave beso en mi frente.
Dios. Amaba los besos en la frente.
—Estas preciosa, amor. —Susurró con sus labios ahora en mi mejilla.—Son para ti.—Me entregó un ramo de rosas rojas y rosas.
¿Estaba soñando?
—Gracias. —Mi voz salió en un susurro ronco.
Sentía como si mi pecho estuviera en un puño, al tiempo que las mariposas que alguna vez habían sido mutiladas por los filosos rechazos de Ethan, ahora renacían con alas de metal libiano, y revolotean alegres en mi estómago.
—Estan muy lindas. —Volví a decir cuando la intensa mirada se Ethan no se iba de mi rostro. Me alejé un poco para poder mirar todo lo que había.
La mesa con velas, las bombillas como luciérnagas, la pequeña fuente a un lado de nosotros, las innumerables flores de distintos colores, el cartel e Ethan: todo era un hermoso conjunto, y cuando mis ojos conectaron con los del chico frente a mí; supe que no habría forma de escapar ahora.
Había caído de nuevo; completa e irrevocablemente enamorada de Ethan Thornner.
¿De cuántas maneras esta permitido amar a alguien?
—Candace. —Ethan se acercó, acunando mi rostro, como si ya no fuera suficiente con tener mi corazón a sus pies.—¿Qué dices? —Agarró mi mano libre y la puso sobre su pecho. Fue como si su corazón latiera justo en mis dedos: rápido, asustado, emocionado: Enamorado.—¿Quieres ser mi novia?
Sus, generalmente de un verde salvaje, parecían oscuros y brillantes. Las alas de mis mariposas se volvieron de diamantes.
Asentí, porque estaba segura de que si hablaba; iba a largarme a llorar de felicidad ahí mismo.
—Ay, amor. —dijo con la voz ronca, quitándome el ramo para lanzarlo con suavidad sobre la mesa.—Te quiero.—Agarró mi nuca, y su aliento chocó contra mis labios. Sus ojos eran oscuros y brillantes a la vez.—Te quiero tanto, Candace.
El beso fue el sello de nuestro pacto: firme, cálido y lleno de muchas otras promesas.
Su lengua se encontró con la mía, provocando que toda mi piel se erizara, podía sentir los dedos de una de sus manos enredandose en mi cabello, mientras posicionaba la otra en mi espalda baja, atrayendome más cerca de su cuerpo. El calor de su piel traspasaba la tela de su traje, y yo no perdí la oportunidad para pasar mis dedos por el suave cabello cerca a su nuca.
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Ni Te Quería Tanto
Teen FictionEN CORRECCIÓN. El chico que me gusta me ha confesado que esta enamorado de mi mejor amiga.... Esto va a estar jodido. •~•~• Mientras él me hablaba de lo profundamente enamorado que estaba de Emma, un agudo dolor atravesó mi pecho. En ese momento no...