Capítulo 40

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Ethan estaba frente a mí, esperando una respuesta

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Ethan estaba frente a mí, esperando una respuesta. Su ceño fruncido y sus labios finos en una línea recta, dejaban claro que quería que su curiosidad fuera saciada de forma adecuada.

Mi corazón dio un salto anormal en sus latidos, y sentí el familiar sudor frío que acompaña al nerviosismo.

Mi madre miró a mi novio y luego me miró a mí.

—Bueno, yo los dejó para que hablen con más tranquilidad.—dijo, caminando hacia la salida. Formuló una disculpa cuando pasó por detrás de Ethan y desapareció por el pasillo que daba a la sala.

Traicionada por la mujer que me dió la vida.

—Entonces, ¿Tendré que persuadir a mi pequeña novia para qué me cuente?—Ethan dio unos pasos hasta mí.

Vale, esta era la oportunidad perfecta para hablarle sobre la decisión que mi madre había tomado. Una decisión que nos afectaba a nosotros directamente.
Quizá habría mejor, más fácil... Menos doloroso haberle hablado a mi novio con la verdad en esos momentos. Pero decidí eludir lo que sabía que en algún momento sería inevitable.

—Tengo el permiso para pasar parte del verano con Mike.—Solte, dando un salto hasta que quedé sentada al borde de la pequeña que isla de la cocina.

Una enorme sonrisa dividió el rostro de Ethan, y sus ojos brillaron un poco más de lo normal.

Dios. Cada día descubría más detalles sobre él que me enamoraban y fascinaban en igual medida.

—¡Eso es estupendo, amor!—Se acercó lo suficiente para quedar posicionado en medio de mis piernas. Sus manos acunaron mi rostro.—Sabes que iré contigo, ¿no? Serán nuestras primeras vacaciones juntos.—Besó la punta de mi nariz.—Daré lo mejor de mí para hacerte feliz.

Sí el plan de Ethan Thonner era volverme gelatina en sus manos, o provocarme un para cardíaco; estaba muy muy cerca de lograrlo.

El resto de la pequeña reunión pasó sin mayores eventos, y pude descubrir que el nombre del novio de Tara era Steven.

Esa noche Ethan durmió en mi habitación, y mientras me quedaba dormida escuché su voz susurrando sobre nuestras próximas vacaciones. Mi último pensamiento antes de caer en los brazos de Morfeo fue  el deseo de aferrarme a Ethan para siempre.

—¿Cuándo les dije que quería que me acompañaran?—Mike frunció sus cejas.—Voy a visitar a Wendy y sé que ese no es el mejor de los planes para ustedes.—Robó otra papa frita de mi plato, y la masticó con alevosía.—Además, solo voy a hablar un par de cosas con ella; no pienso quedarme todo el verano allá.

—Pues, no nos importa.—Replicó Emma, tomando también papas de mi plato: como si no tuviera una jodida hamburguesa frente a ella.—Melissa ya esta arreglando todo para irnos; su tío nos llevará.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora