Capítulo 17

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Llegué  hasta la mesa justo cuando Liam recibía la sudadera

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Llegué  hasta la mesa justo cuando Liam recibía la sudadera. Estaba tan blanco como una tiza, pero mis ojos fueron directo a la chica morena junto a él.
Candace  parecía a punto de llorar, incluso me pareció ver su labio inferior temblar.

La irá hirvio  dentro de mí.

—¿Liam?—La escuche decir en un susurro quebrado e inseguro.

—¿Por qué  mierda Danna tiene eso?—Espetó  el pelirrosa  junto a Emma,  quien parecía que iba a saltar sobre Liam en cualquier momento.

Me tomó  un segundo tomar la decisión.

Me paré  junto a Danna, y pasé  un brazo  sobre su hombro, atrayéndola hacia mi costado y contesté  primero.

—Anoche Liam y yo pasamos a su casa luego de dejarlas, chicas.—Traté de sonar casual, y apreté  el hombro de Danna. Mientras hablaba, mis ojos no dejaron a Emma, sentía que si veía a Candace  la rabias se haría con la vitoria y esto terminaría muy mal.—Tememos un trabajo en grupo y como ella no vino ayer, decidimos pasar nosotros a su casa.—Alterné  mis ojos a Liam,  quien se veía igual de pálido  pero ahora su mandíbula estaba fuertemente apretada.—¿Qué  tal la quemadura?—dejé  salir una risa tan tensa que casi hizo rechinar mis dientes.—Anoche ese café estaba bastante caliente. No sé  como te lo tiraste encima.

Danna  puso su mano sobre la mía,  y fue cuando me di cuenta que apretaba demasiado fuerte su hombro.

—¿Estaban juntos?—Masculló  Emma, mirando ferozmente  a Liam,  quien asintió  lentamente  sin apartar la vista de mí.

—Oh, lo estábamos.—dije y miré  a Danna,  sintiendo los músculos de mi rostro se iban a romper si seguía sonriendo.—¿Verda, muñeca?

La rubia levantó sus ojos hacia mí, y guardo silencio por algunos segundo. Su mirada azul pálida tenía un brillo de diversión, y yo sentí  mi cuerpo tensarse aún  más cuando volvió su vista a los de las mesa.

Asintió.

—Claro.—dijo por fin  en un tomo cantarín y Señaló  la prenda oscura con un gesto despectivo.—La lave para quitarle la mancha de ese  café que les di  y el horrible perfume barato de mujer al que olía.—Le guiñó  un ojo a Liam.—Le puse un poco del mío.  En fin, ya nos veremos por ahí.

Se soltó  de mi  agarre, y se alejó  hasta su mesa.  Varios chicos la siguieron con la mirada, y otros tantos estaban atentos aún  a lo que nosotros decíamos.

Me atreví  a mirar a Candace, y ese fue un grave error.

Ella tenía su frente  fruncida, mientras observaba la sudadera, su  mano inerte descansaba sobre la mesa, y Liam puso suya sobre ella y la agarró.

El hijo de puta  me dio un asentimiento de cabeza, y yo le respondí  con una mirada cargada de todo lo que pensaba de él  y me alejé

Cuando llegué  a mi asiento junto al de Danna, ella enmarcó  una de sus cejas.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora