Capítulo 43

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Algunos estarán de acuerdo con que la distancia no significa nada cuando un sentimiento es fuerte

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Algunos estarán de acuerdo con que la distancia no significa nada cuando un sentimiento es fuerte.

Yo no pienso así.

Cada vez que tocaba a Ethan, sentía que no podía soltarlo nunca; la mera idea de necesitar de él, de saberlo lejos cuando  lo queria me consumía por completo.

Era demasiado ambiciosa; con él  siempre codiciaba más.

—Quiero terminar—solté, recostando  mi espalda contra la puerta de la habitación que apenas unas horas atrás, Ethan  yo habíamos compartido de la manera más  íntima.

Sus ojos verde jade parecieron perder intensidad, y su piel descendió  por lo menos un tono. Abrió su boca, y la cerró de nuevo; como si no pudiera hablar.

Traté  de que mis ojos solo  se enfocaran  en el chico frente  a mí, traté  de ignorar el desastre que era la cama, o nuestras prendas de ropa que estaban tiradas por todas partes; incluso quise fingir que no veía los envoltorios rotos de los preservativos que usamos. Pero cada detalle se incrustada en mi cabeza como una daga; como si mi cerebro necesitará guardar un cuadro perfecto de aquel lugar para relacionarlo para siempre con todos los sentimientos que experimenté en él.

Mí garganta se sentía seca, apretada y dolorida; como si un nudo  celta fuera apoderándose  de ella.

Ethan  comenzó  a negar con la cabeza, poco a poco; como si apenas estuviera asimilando mis palabras.

—N-no entiendo.—su voz fue un susurro confundido, dio dos larga zancadas hasta llegar a mí.—¿Qué quieres terminar? No puedes referirme a nosotros. No hablas de que terminemos, ¿verdad?

Sentí  que mi respiración se volvía más  pesada, como si cada inhalación  estuviera cargada de hierro que entraba a mis pulmones y llenaba mi pecho de una emoción pesada y dolorosa.

—Hablo de nosotros.—Quería apartar los ojos de los suyos, me dolía demasiado mirarlo en ese momento. Pero Ethan merecía que lo mirará; él lo merecía todo. Un par de gruesas lágrimas resbalaron  por mi mejilla; y su imagen frente a mí se hizo un poco más  borrosa. Odiaba lo que estaba haciendo, odiaba terminarle, lo odiaba a él  por hacer que lo amara  tanto; me odiaba a mí misma por ser tan débil, por no tener la valentía de aceptar que podíamos estar bien; aunque no nos viéramos.

Ethan acunó  mis mejillas, y sus dedos fríos frenaron el recorrido de nuevas lágrimas.

—¿Es por qué No te dije que Danna  vendría?—Empezó a secar mis mejillas, la punta de su lengua recorrió sus labios resecos.—Le diré que se vaya ahora mismo. No vamos a terminar por esto, amor.

Dios; mi pecho se oprimia cada vez más. La sofocante idea de lastimar al chico que amaba  estaba desintegrando  mi corazón.

Llevé  mis manos hasta las suyas y las aparté  de mi rostro.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora