🌟ESPECIAL 300K LECTURAS🌟

3.2K 175 73
                                    


Este capítulo retoma el hilo oficial de la historia. Es decir, continúa con ella.

POV: Ethan.

Faltaban tres días aniversario con Candace, y aún no tenía ni la menor de qué regalarle. Eso me había mantenido de mal humor toda semana: quería que fuera especial, ¡Maldición, iba a cumplir un año de noviazgo con la chica qué amaba, no podía dejarlo pasar como sí nada!
Había hecho un montón de planes en mi cabeza, pero terminé desechandolos uno tras otro. Ni siquiera podría besarla ese día, ¿Qué se suponía entonces que debía hacer?

Sentía que cualquier cosa era ddmasiado impersonal debido a la que no podría verla frente a frente.

Odiaba admitirlo, pero estaba enojado porque ella no estaba aquí; porque extrañaba tocarla, verla de verdad. Había estado con ella una vez, ¡Una maldita vez! Eso no era jodidamente suficiente: yo quería, entre muchas otras cosas, hacerle el amor a esa pequeña morena todo los malditos días de mi vida.

—¿Por qué no le envías una caja llena de gomitas?—Sugirió Mike, mientras miraba su teléfono.—Aquí dice que salió al mercado una edición limitada con formas de animales marino. Ella amaría eso.

—Ya he encargo un pedido, tendría que llegarle mañana; llevo enviándole pequeños obsequios  que debió recibir a lo largo de la semana.—Enterré la cabeza en mis manos.—Pero siento que no es suficiente, quiero hacer algo realmente especial.

—¿Por qué no hacen un videochat hoy?—La voz del chico sonó entusiasmada.—Podrías hacer pooldance mientras ella observa, ¿Te imaginas? Un espectáculo privado, luego...

—Cállate, por favor.—Intervinó Liam antes que yo lo hiciera.—Lo último que  quiero es tener una imagen de Ethan bailando en un tubo justo cuando estoy almorzando.

—Al menos yo estoy dando ideas, y no solo trago como morsa.—Se defendió, agarrando una papa frita de mi bandeja.—Además, yo creo que Candace apreciaría mucho eso.—Me miró.—Avisamé sí te decides, tengo una prima que puede enseñarte y prestarte un tubo.

Me puse de pie.

—Voy a llamar a Candace, ya debe estar por acostarse.

—Saluda de mi parte.—Pidió Liam, dándole un mordisco a sandwich.

Asentí, y me alejé, con la intención de salir de la atiborrada cafetería. Pero a medio camino, una rubia que parecía del tamaño de un pitufo se atravesó.
Ya la había visto antes, era amiga de Danna.

—Hola, Ethan.—dijo en un tono casi meloso, apartando un mechón de cabello que le caía en rostro y pasándolo por detrás de su oreja.

—Hey.—Respondí, tratando de pasar por un lado, pero su mano fue rápidamente a mi brazo. Por lo que me detuve.

¿Cómo se llamaba? Sabía que habíamos compartido el mismo grupo de amigos, incluso la vi el la fiesta por la victoria que obtuvo el equipo el mes pasado.

¿María? ¿Katerine?

—¿Tienes un momento?—Preguntó, dándome una mirada demasiado obvia para mi gusto.

—Lo cierto es que no.—respondí, mirando mi teléfono.—Tengo que llamar a mi novia justo ahora.

Hizo un gesto ridículo con los labios.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora