🌟Especial 3k Lecturas🌟

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Lo había  jodido todo,  eso lo comprendía muy bien

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Lo había  jodido todo,  eso lo comprendía muy bien. Pero no podía desistir, quería arreglar las cosas con Melissa.

Desde el primer momento, cuando coincidimos en el chat  de PUBG mientras cazabamos  a nuestros contrincantes, sentí  afinidad con su forma de escribir en mayúsculas eufórica y signos de exclamación.
Ella irradiaba vitalidad, vida en todo los aspectos.
Eventualmente  estuvimos en el mismo grupo, y tuvo que pasar un mes entero antes de que nos decidieramos  a pasar a otros medios para hablar. Después vinieron las largas conversaciones nocturnas, las llamadas de voz, donde en un parpadeo podían pasar 4 horas y yo querría seguir hablando con ella.
La primera vez que la vi, por una videollamada,  supe que no había vuelta  atrás;  estaba enamorada de la chica que tenía los ojos más  azules que jamás hubiese visto.
Dios. Era  condenadamente hermosa en todas sus maneras, y por primera vez en mi vida tuve que hacerle frente a mis verdaderos sentimientos; a mi verdadero yo.

Fui la primera en confesarme, y recuerdo el largo silencio que vino después de eso.  Pensé  que sería  todo, que no volvería a saber de ella.

Entonces, dijo.

—Creí que tendría que sacarte esas palabras a la fuerza. Me gustas también, Emma.

Tuvo que pasar algún tiempo antes de dar el paso de conocernos, pero el día que la vi atravesar la puerta de esa cafetería, entendí  que mi lugar en ese momento era junto a ella. No quería nada más.
Besar y ser besada, decir que le quería y que me respondiera de la misma forma. Todo con ella se sentía correcto.

Pero lo había jodido  todo, porque soy una cobarde; porque me aterra mostrar quien soy. ¡Cómo si eso fuera un problema!

Nunca me había sentido tan miserable como esa noche cuando la negué frente a Ethan,  cuando fingí  que no había nada.
Comprendí que no puedo seguir así, que prefiero la desaprobación de muchos que el dolor de estar sin una sola persona. Prefiero ser señala a estar sin Melissa.

Por eso le había escrito, por  eso le pedí  que viniera a mi casa. Estaba dispuesta a hacer todo, porque me cansé negarme a mí  misma.

Ahora,  mientras estábamos sentadas en las pequeñas escalinatas  que daban a la puerta de mi casa, estaba intentado reunir el valor suficiente para cruzar la puerta y enfrentar a mis padres. Quería que vieran por primera vez a la verdadera yo, pero me  aterrada el enfrentamiento.

—Emma.—Dijo Melissa, haciendo que la mirara. Su corto cabello caía  a un lado de su rostro y sus ojos azul índigo  tenían un brillo de comprensión.—Yo pasé  mucho tiempo de mi vida escondiéndome.—Tenía las manos apretadas mientras descansaba los brazos sobre sus rodillas, alguno tatuajes de asomaban por las mangas tres cuartos de su camisa.—No pienso volver a la oscuridad por nadie más. Me tomó  mucho aceptarme y demostrar que me amo al igual que el resto del mundo, ¿entiendes?

Entendía perfectamente: Ella no se iba a esconder, y si yo no podía brindarle libertad prefería  dejarme.

Asentí.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora