Capítulo 19

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Sus labios eran feroces, convirtiendo su beso en una caricia exigente y dura

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Sus labios eran feroces, convirtiendo su beso en una caricia exigente y dura.
No sé cuánto tiempo pasó antes de que mi sentido común se abriera pasado entre la nube de emociones intensas y dolorosas que invadian mi mente y pecho.
Pero cuando volví a pensar con lucidez, lo empujé lejos de mí.

Ethan me miró con sus ojos velados por la oscuridad y emoción, sus labios estaban rojos, y su respiración errática hacía que su tórax subiera y bajará rápidamente.

—No.—dije con voz ahogada.—No vuelvas a besarme.

No sabía muy bien como poner en palabras todos los sentimientos que se aglomeraban y luchaban por salir. Pero necesitaba parar justo ahí, o terminaría hundiéndome en el vacío otra vez. Ese vacío que Ethan Thornner había creado para mí.

—Estoy con Liam.—Mi voz fue casi  balbuceos inconexos.—Y no soy una puta, aunque tú creas lo contrario.

—Yo no...—

—Estaba enamorada de ti, Ethan.—Solté, Mientiendo en el hecho de hablar sobre mi amor en un contexto pasado.—Y tampoco podía hablar de la inclinación de mi amiga. Pero que te haya mentido no te da derecho a pisotearme.—Mi voz tembló.—No te da derecho a besarme como si sintieras algo por mí.

Era la primera vez que me atrevía a confesarlo, e ignoraba por completo si tendría o no repercusiones. Pero se sentía malditamente genial dejar salir ese frustrante golpeteo que daba mi corazón cada vez que pensaba en el chico frente a mí.

Él dio un paso atrás y su mandíbula se estiró un poco. Vi la sombra herida que cubrió sus ojos.
Esas palabras me lastimaron más de lo que estaba dispuesta a asimilar en esos momento.

—Tienes razón.—Su tono era ronco y bajo, la niebla de su mirada se disipó—Lo mejor será que no volvamos a hablarnos.—Se acercó de nuevo, y su mano se cerró en torno a la manija de la puerta detrás de mí.—No te vuelvas a cruzar en mi camino, Candace.

Me hizo a un lado, y salió.

En ese instante fue como si toda la energía fuera drenada de mi cuerpo. Mis piernas flaquearon, y me dejé caer al suelo;  recostando mi espalda en la pared.

No pude contener el llanto, y no sabía muy bien por qué lloraba. Es decir, había un montón de motivos por lo que podía estar haciéndolo; pero ignoraba cuál de todos ellos elegí para comenzar.

¿Les ha pasado qué  después de  discutir
con alguien es que recuerdan un montón de cosas que pudieron decirle durante la pelea?

Bueno, eso me estaba sucediendo  a mí en ese preciso momento. Pero comprendía bien que, sin importar que lo hubiese dicho; el final sería el mismo. Tenía que dejar que él saliera de mi vida.

El camino  iba a ser difícil: seguramente nunca me olvidaría de Ethan y de los caóticos sentimientos que todavía despertaba. Pero iba dar todo de mí para superarlo.

Ni Te Quería TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora