Conduje con Emma sumida en un silencio sepulcral. Estaba pálida y con los ojos llorosos, mientras enviaba mensajes frenéticamente.
—¿Esta todo bien?—Me aventuré a preguntar, haciendo el alto en la luz roja.
Ella se quedó en silencio por algunos segundos, mirando su celular, mientras recostaba su cabeza contra la ventana.—Nada esta bien.—dijo, masajeando su frente.—Soy una idiota.
Puse en auto en marcha.
—¿Por qué?—
—Por aceptar esta ridícula salida.—Masculló, apretando los dientes.—No volverá a pasar. No hay que me guste de ti, y no voy a hacer esto otra vez aunque amenaces con tirarte de alguna azotea.
Mi mandíbula se tensó. No estaba acostumbrado a rechazos tan directos, mucho menos de las chicas por la que intentaba esforzarme.
—¿Qué dices si amenazo con lanzarme a las vías del tren?—Solté en un intento por aligerar el ambiente mordaz.
Emma resopló.
—No hay un tren en esta ciudad.—Me miró y comenzó a negar con la cabeza.—En serio que tú no entiendes nada. Pero digo esto de verdad: tienes que parar. Yo nunca me fijaría en ti.—Mi boca se abrió, pero ella hizo un ademán para hacerme callar.—Ya estoy enamorada de alguien, y tú estás complicando todo. No voy a salir contigo ni porque te le tires a un tren imaginario ni porque Candace me lo pida.
La mención de la pequeña morena de ojos almendrados me hizo fruncir el ceño.
—¿Qué tiene que ver Candace?—Pregunté, alternando mi mirada de la carrera a Emma.
—Nada. Por favor llévame a su casa.—Hizo un adorable mohín.—Necesito de mi mejor amiga ahora.
¿Qué estaba sucediendo?
Lo que más me sorprendió del rechazo tan rotundo que Emma me dio, fue el hecho de no sentir herido de la forma en la que pensé que estaría. Tocó mi ego, pero mi corazón se sentía más en la incertidumbre que el dolor que supone ser rechazado por la persona que quieres.
Tenía que admitirlo, aunque me jodiese: había imaginado e idealizado tantas veces en el último año que ahora que podía verla de cerca me sentía algo decepcionado.
Solté un largo suspiro.
Lo mejor sería sonsacar a Candace para que me dijera algo sobre Emma y ese chico que le gustaba. Quizá si entendía qué tipo de sujetos le gustaban, podía decidir que hacer para no quedar en desventaja aún mayor.
—¡Woo!—exclamó Emma bajando el vidrio cuando aparcamos frente a la casa de Candace. —Dime que estoy soñando—Sacó casi medio cuerpo por la ventana para mirar mejor.
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Ni Te Quería Tanto
Teen FictionEN CORRECCIÓN. El chico que me gusta me ha confesado que esta enamorado de mi mejor amiga.... Esto va a estar jodido. •~•~• Mientras él me hablaba de lo profundamente enamorado que estaba de Emma, un agudo dolor atravesó mi pecho. En ese momento no...