22. "¿Sincero? ¡Me importa un comino!"

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Selena Hadrick.

No estoy acostumbrada a ver la sangre.

Desde que tengo memoria, no recuerdo ningún momento en el que haya visto sangre excepto, claro, el día en que fui secuestrada. Los golpes que en ese día impactaron en mi rostro fueron tan fuertes, que pude conocer la sangre.

El liquido rojizo que se riega bajo el cuerpo de Darien me hace tener escalofríos y por un momento soy incapaz de apartar mi mirada. Parpadeo varias veces, intentando volver a la tierra.

Darien... acaba de tomar una bala por mi.

Mi ceño se frunce y mi mente no puede procesarlo. Lo observo tendido en el suelo, cubierto de sangre y con los ojos cerrados. Esta tan pálido que parece un muerto. Mi respiración se vuelve agitada al pensar en la posibilidad de que este muerto. Estoy feliz. Tan solo pensar en la posibilidad de que haya desaparecido de este mundo me devuelve toda la esperanza que perdí cuando llegue a este infierno.

Si no esta aquí, yo podre ser libre. Una sonrisa se coloca en mis labios y es cuando recuerdo que estoy en medio de una bala-cera. Giro sobre mis tobillos y rápidamente corro a uno de los extremos de el salón. 

Los hombres de Darien siguen disparando, cubriéndose con mesas y sillas para esquivar las balas. Varios cuerpos yacen tirados en el suelo, incluso de niños y siento una ligera punzada en el corazón. ¡Que Dios los reciba y perdone! 

La tristeza me invade totalmente, esta es realmente una buena oportunidad para escapar. En primer lugar Darien esta moribundo o muerto, sus hombres están ocupados matándose con el otro grupo y como todo es un desorden, con certeza se que la policía llegara. Sin embargo, tendré que dejarla ir y no es por Darien.

Estando el muerto o vivo me importa poco, después de todo, ¿quien rayos le pidió que tomara una bala por mi? No se lo pedí, así que, no tengo porque agradecerlo. Aunque de repente se volviera sincero y empezara a tratarme bien, no lo perdonaría. Nunca. En mi vida estaría feliz con la persona que me causo un daño tan grande como arruinarme la misma vida, porque no hay remedio para lo que el hizo. 

Es por eso que me importa poco lo que le pase. Simplemente me quedo por Elián, ese pequeño que me devolvió la alegría y me hizo olvidar por unos segundos las injusticias en mi vida. Por esa persona que quiero como a mi propio hijo, daría mi vida entera y incluso vendería mi alma al mismísimo diablo.

El repentino silencio me hace alzar mi vista a donde se encontraba la lluvia de balas. Solo hay tres hombre vivos y todos son del grupo de mi captor, los demás están muertos. Uno de los hombres se acerca rápidamente a su amo a revisar su pulso y cuando termina sonríe, informando a los otros dos acercándose: 

—Sigue con vida, pero su pulso es demasiado débil. ¡Rápido, llamen a el doctor Garnet, díganle que vaya hacia la mansión en seguida!

La decepción es tan grande que apenas y puedo permanecer tranquila ante la noticia. Las ganas de llorar son tantas que, una pequeña lagrima logra escapar y rueda por mi mejilla. ¡Cuanto deseaba que estuviera muerto! ¡Porque Señor,no te lo has llevado! ¿¡Ni siquiera tu lo quieres!?

Muerdo mi labio inferior, tragándome un sollozo, para luego salir de mi escondite debajo de una mesa con mantel blanco. Limpio la lagrima en mi mejilla y me dirijo hacia los hombres, que cuando me miran sana y salva, lo único que percibo de ellos es alivio.

—¿Esta herida, señorita?—me pregunta uno de ellos. 

Yo giro mi cabeza ligeramente hacia los lados a modo de respuesta. Dirijo mi vista hacia el cuerpo y lo miro, inexpresiva. 

—¿Que esperan? Llévenlo al auto de inmediato—digo poniendo una cara de desagrado.

Los hombres asienten y lo levantan del piso, para llevarlo de inmediato al auto...

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Hace cuatro horas que regresamos a la mansión. Darien esta estable, solo recibió una bala que estuvo a pocos centímetros de atravesar su corazón. El doctor Garnet hizo todo el procedimiento y extrajo la bala de su pecho, se fue aproximadamente hace una hora. Durante esas cuatro horas estuve esperando que el doctor digiera que no tenia salvación, mientras la amada colección que tiene el idiota, estuvo llorando. 

Literalmente, creo que hicieron un lago entero de lagrimas. Me duelen los oídos de escuchar sus sollozos y angustias, ¿es que no pueden llorar en silencio o callarse? Camino por los pasillos con los que ya estoy mas que familiarizada y me dirijo a la habitación de Elián. El sol a empezado a salir pero puedo decir queElián todavía esta durmiendo.

Abro la puerta de la manera mas silenciosa y me deshago de los zapatos. Camino en dirección a la cama, atravesando la pequeña sala y cuando llego no lo miro. No esta. El pánico me invade y mil posibilidades se cruzan por mi cabeza. ¿Podría haberle pasado algo?

—¡Mama, volviste!—escucho su dulce voz y me giro encontrándome con sus hermosos ojos. 

Corre y se refugia en mis brazos,—¿porque estas despierto?—pregunto en un susurro.

—Es que estaba un poco preocupado—explica, provocando que sonría.

—Eso ya no es necesario, cariño. Estoy aquí, contigo, así que ahora si podemos ir a dormir—aseguro mientras lo cargo en mis brazos y lo coloco en su cama, para luego acostarme yo a su lado. 

Solo por ti soy capaz de dar mi vida, Elián.

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El cap de hoy, chicos! Y como siempre, espero sea de su agrado y comenten.

También decirles que he pensado en subir otra historia del mismo genero cuando terminara un pecado inocente, ¿que les parece? ¿Le darían una oportunidad a otra de mis historias? Por favor díganme sus opiniones, comenten. 

Sino comentan les saldrá un pelo en la comida. ^w^ 

Clai♠



An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora