Selena Hadrick.
— Está bien, en un momento bajaré — responde con la mandíbula tensa mientras me mira.
— Si, amo — pasos se escuchan nuevamente y puedo decir que la chica, se ha ido.
El silencio, fiel a nosotros, nos mantiene compañía mientras el idiota de Darien me mira de pies a cabeza de manera lasciva. Una pequeña sonrisa aparece en sus labios cuando un escalofrió provoca un pequeño temblor en mi cuerpo.
— Suéltame, Darien. Tu mejor amigo te espera en la sala principal. — hablo, aparentando que esto, es lo más normal del mundo.
El agarre se suelta y el estúpido empieza a alejarse. Camina hacia la puerta con pasó rápido, sin embargo se detiene a medio camino.
— Luego, terminaremos lo que hemos dejado incompleto aquí — advierte para luego irse por la puerta.
En cuanto se cierra la puerta tomo un jarrón con flores y lo arrojo a la puerta.
¡Maldito imbécil! Ya me extrañaba que no hubiera dicho ni hecho una estupidez.
Coloco mi mano en el pecho mientras intento tranquilizarme, lo que me toma varios minutos ya que mi respiración estaba demasiada agitada. Cuando aparento calmarme me dirijo al armario para cambiar y en cuestión de segundos dos sirvientas (enviadas por Darien) llegan y me ayudan con el vestuario. Cuando terminó de vestirme se me arregla el cabello y maquillaje, para luego dirigirme a la sala principal.
A pesar de estar en contra de volver a ver el maldito, de ninguna manera puedo dejar ir esta oportunidad. Debo hacer que Adolfo sepa la ubicación de los documentos.
Con picor en los ojos y la sonrisa mas falsa de la historia, llego a la sala pero no hay nadie. Entonces una sirvienta entra y aprovecho a preguntarle.
— Él amo esta en la oficina con su invitado — la chica explica con voz suave, apenas audible.
Se retira con la seña de mano que le hago para quedar totalmente sola en la habitación.
¿En su oficina?
Darien Morris.
Cierro la puerta de un portazo y me paso el dorso de la mano por el rostro. Yo...
No pude evitar tocarla. No puedo evitar mi deseo por hacerlo.
Suspiro intentando aliviar la decepción en mi pecho y empiezo a caminar hacia la sala principal. En cuanto llego observo a Adolfo de pie, cerca de la ventana. Con un traje elegante y su cabello castaño, logra que todas las sirvientas en la sala se atrevan a levantar su mirada. Es todo un casanova.
Una inconsciente sonrisa aparece en mis labios, sigue siendo el mismo desde que lo conocí.
— ¿Tanto te gusta mi jardín, Adolfo? — pregunto captando toda su atención.
Una amplia sonrisa invade sus labios cuando me mira, alejándose de la ventana, — Solo apreciaba el hermoso atardecer. — explica mientras se acerca y me abraza — Te extrañe, amigo mío.
— Yo también — confieso devolviendo le, el abrazo. El abrazo se rompe de manera rápida y con una cuantas palmadas en la espalda, ambos tomamos asiento.
Pido a una sirvienta que lleve dos tazas de té hacia la oficina, y cuando llega, ya hemos empezado a hablar.
— La idea tiene muy buena base, pero tendremos que realizar unos pequeños cambios a los planos para que todo pueda salir bien — Adolfo sentencia, alzando la taza de té hacia su boca.
Asiento, considerando todas las opciones sobre la nueva construcción que pronto llevaremos a cabo.
— Me parece muy buena idea, estoy completamente de acuerdo — admito con una sonrisa.
Una pequeña brisa entra por la ventana, esparciendo el dulce olor de las flores y el verano. Adolfo baja su taza y la vuelve a colocar en su lugar.
— ¿Qué tal van las cosas con tu mujer? ¿Ya pudiste persuadir la de permanecer a tu lado? — su pregunta me deja, por un instante, en las nubes.
Desearía que fuera así.
Una risa irónica sale de mis labios, — No hay manera de que eso pase, amigo mío. No creo que ella vaya a perdonarme nunca, ¿sabes? El día que la conocí, pensé que era un ángel. Mi ángel. Mi corazón no se podía calmar y por una razón no podía dejar de verla. En ese momento, creí que tal vez un Dios existía. Pensé que solo ese Dios podría haber creado tanta belleza. Fue como si, por primera vez hubiera abierto los ojos... Ella me iluminó.
— ¿Pero, le has dicho esto a ella? ¿Has expresado tus sentimientos y te has mostrado como verdaderamente eres en realidad? — cuestiona en un hilo de voz, apenas audible.
Suspiro, — Lo he intentado, tantas veces pero ella se niega a escucharme. Se niega a creer en mis palabras y yo, ya no se que hacer.
— Entonces, si ella estuviera aquí ¿que le dirías?
— Le diría, que desde el momento en que la conocí supe que estábamos destinados a esta juntos. Que si ella lo desea soy capaz de entregarle todo lo que poseo. Le diría que es mi primer y único amor. Que cuando me alejo de ella, soy incapaz de respirar y siento que me ahogo. Que ella es capaz de traerme alivio y tranquilidad, solo con su presencia. Y que la amo, con todas mis fuerzas, tanto que no soy capaz de dejarla ir.
Un sollozo sale de mi mis labios y no recuerdo cuando empecé a llorar. Mis manos cubren instantáneamente mi rostro y sin poder parar lloro desconsoladamente.
Te amo Selena, te amo tanto que duele.
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¡Feliz día de SAN VALENTIN mis queridisimos lectores! Esperó que todos estén bien y se encuentren felices con su parejita😁.(Si no tienen no se preocupen que ya somos dos😅).
Mis amorzhes, disfruten del capítulo y comenten lo que piensan sobre la confesión de Darien. ¿Creen que Selena debería darle una oportunidad?
Gracias a todos por su apoyo. Deben saber que estoy muy feliz porque nuestra familia esta creciendo y de seguir siendo así, preparare una sorpresa para ustedes. Eso sería todo mis lectores, pronto nos leeremos.
Besos,
Clai♠
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An Innocent Sin [Original]
Mistero / ThrillerPerturbado y loco, con un terrible temperamento y sin paciencia. Morris dice amarme pero, yo no lo creo. Todos los días exige lo mismo. Todos los días respondo con lo obvio. Deseoso de afecto me pide darle lo que nunca obtendrá ni en sus sueños. Y...