EXTRA #1

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Darien Morris.
15 años de edad.

— ¿¡Acaso no te puedes callar!? — las palabras salen de mis labios sin poder contenerlas y al instante el pequeño monstruo al otro lado de la sala, se calla.

Sus ojos se nublan de lágrimas y un largo suspiro sale de mis labios anticipando la rabieta que esta por hacer. Ya no se que hacer con ella. Alzo mis manos para tapar mi cara y espero a que empiece su rutina diaria.

— Dada, ¿acaso odias estar conmigo? ¿Me odias tanto que quieres que desaparezca? — su tono empieza a quebrarse y es entonces cuando estalla en llanto.

Ay no. Por favor, no.

— Y-Yo sabía qu-que tu me o-odiabas y a-aún así...

Escucho como solloza más fuerte y retiro mis manos de mi rostro. Sus pequeñas manos tapan su rostro lleno de lágrimas rebeldes, mientras su cabello castaño se pega a su rostro mojado. A pesar de tener diez años parece una niña de ocho años, caprichosa y llorona.

Otro suspiro sale de mi boca mientras busco paz interior. Me levanto del comodo sofá y pongo a un lado el libro que intentaba leer sobre álgebra. Me dirijo hasta donde el pequeño monstruo se encuentra y cuando me acerco lo suficiente para tocarla, bofetea mi mano a un lado y sale corriendo.

— ¡Margaret! ¿A donde piensas ir? — mis pies se mueven automáticamente en su dirección, intentando alcanzarla.

— ¡Muy lejos de ti! — grita, acelerando el paso.

Gira a la izquierda y cuando giro en la misma dirección no hay rastros de ella. ¡Rayos! Se escapo de nuevo. Ahora que dirá su madre. Un escalofrió desciende por mi espalda y siento mi sangre ponerse helada. Sera mejor que encuentre a esa mocosa o la Sra. Kate no me dejará de sermonear.

Apresuro mi paso y recorro toda la casa en busca del pequeño monstruo, sin resultado alguno. Ya busque en todos los lugares que se suele esconder y no he visto ni un solo cabello de su cabeza. ¿Dónde se metió esa mocosa?

— ¡Margaret! ¡Margaret! ¿Dónde estas? — ya ha pasado alrededor de una hora y no he sido capaz de encontrarla.

Si no me apresuró su madre vendra a recogerla dentro de una hora. Busque alrededor de los árboles del jardín hasta que escucho debiles y pequeños sollozos. Sin hacer ruido alguno camino lentamente en la dirección de los sollozos hasta que la miro.

Esta sentada de espaldas a la orilla del pequeño río que atraviesa la propiedad. Su cabello castaño brilla en color miel con los rayos del sol y su vestido esta tan sucio que su color original desapareció para convertirse en un color café oscuro. Sigue sollozando mientras balbucea cosas por lo bajo. Me recuerda a la primera vez que la conocí, hace dos años. Cuando nuestros padres decidieron unir nuestras vidas en un matrimonio conveniente para ellos. Recuerdo ese día a la perfección, estaba tan enfadado por que tomaran las decisiones en mi vida que hice una rabieta y huí en cuanto tuve la oportunidad.

La cólera tenía tan nublada mi vista que ni siquiera me di cuenta cuando llegue a este mismo lugar y me sente en el mismo lado en que se encuentra Margaret en este momento. Y mientras intentaba calmarme, una niña pequeña aparecio de la nada, con su cabello recogido en una coleta al lado de su cabeza y un vestido verde claro que hacía un contraste increíble con sus ojos de color verde oscuro.

Se acerco a mi con una brillante sonrisa y en cuanto estuvo lo suficiente cerca se abalanzó sobre mi en un abrazo. "Ya no llores, ya no llores. Si dejas de llorar la alegría llegará" , fue lo que me dijo mientras acariciaba mi cabeza lentamente. En ese momento unas incontrolables ganas de llorar me inundaron y deje que todo fluyera. El odio por mis padres, el odio por todos los sirvientes y mi indescriptible sentimiento de no ser libre. Ese día lloré durante tanto tiempo que mis ojos se hincharon durante un tiempo y aún así ella estuvo ahí, junto a mi hasta que deje de llorar.

Ella estuvo para mi siempre que lo necesitará. Ahora es mi turno.

Me acerco hacia ella con paso lento y cuando estoy lo suficientemente cerca me siento junto a ella. Su rostro se gira hacía mi dirección mientras frunce el ceño.

— ¿Qué haces aquí? — su voz suave y cortante me cuestionan con desprecio.

Mis ojos enfrentan los suyos cristalizados en lágrimas y sin poder contenerme la atraigo hacía mi en un abrazo. Su pequeño cuerpo se queda inmovil mientras su dulce aroma me inunda.

— Margaret, ¿te casarias conmigo?

Siento como su cuerpo se estremece en el instante en que escucha mis palabras.

— ¿Porqué? — cuestiona tímida.

— ¿Porqué que?

— ¿Porqué te quieres casar conmigo? Pense que me odiabas — susurra casi para si misma.

Presiono mis brazos un poco más alrededor de su cuerpo, — Por que, te necesito. Necesito que estés junto a mi en las buenas y en las malas. Necesito que me ayudes con mis problemas y más importante, necesito tu amor.

Margaret rompe el abrazo y alza su mirada hacía la mía, sus ojos brillan llenos de esperanza y emoción.

— ¿Lo dices en serio? — una sonrisa ladina se posa en mis labios mientras asiento.

Margaret sonrie de la misma manera que la primera vez que nos conocimos antes de abrazarme de vuelta.

— ¡Claro que me casaré contigo, Dada!

La emoción invade cada parte de mi cuerpo al saber que este monstruo siempre estará conmigo. Mi pequeño monstruo.

*******

Holis!!!

Y aquí esta, damas y caballeros. El primer extra de An Innocent Sin, espero les encante y les ayude a entender algunas cosas de la historia como quien es Margaret.

Siento que me esforcé mucho en esto así que asegúrense de comentar!

Los quiere,

Clai

An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora