47. ¿En acción?... 2/2

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Selena Hadrick.

Arriba y abajo. Una y otra vez. Sin parar y sin dudar. Los movimientos se han estado repitiendo por más de una hora y estoy agotada, aún asi no puedo hacer nada más que quejarme por la rudeza con la que se me trata.

— Ya casi termino niña, no te desesperes — su voz chillona suena por todo el salón y no puedo evitar arrugar mas el ceño. Dijo lo mismo hace treinta minutos y todavía no suelta esa plancha de cabello.

Todo esto (como siempre) es culpa de Darien. Ay, ¿acaso va a haber un día en el que no sea la misma persona la culpable de todas mis desgracias? Todo por ese ridículo baile.

Cuando Adolfo mencionó el asunto del baile en su carta tipo amenaza. No creí que fuera a hacer algo tan exagerado como un baile en un honor al bebé, "futuro heredero del negocio". Esa fueron las palabras de Darien cuando le pregunte por que rayos hacia de esto algo tan grande. La mujer deja de usar la plancha y llama a una de las sirvientas para pedirle sepa Dios que.

Cierro mis manos en puños intentando contener mi odio. El pobre estará pendejo, si cree que yo permitiré que mi hijo se vuelva alguien como él.

Tomo una bocanada de aire intentando calmarme. Desde que conozco a Darien suelo enojarme con demasiada facilidad. Mis ojos buscan entre los rostros de las personas el de mi sirvienta personal.

— Raquel, ve y trae un poco de té con galletas, tengo hambre — ella asiente y se retira de la habitación en busca de lo pedido.

Observo a la mujer con arrugas marcadas en el rostro, analizar cada uno de los accesorios que pronto estarán en mi cuerpo. Lo hace con tanta lentitud y cuidado que no puedo evitar empezar a mover los pies ligeramente.

— No se mueva señorita o no quedará bien — advierte mientras coloca un poco de labial rojo sobre mis labios.

No obedezco y sigo haciendo lo mismo. La señora suspira de manera cansada y me tira una mirada asesina. La ignoro nuevamente y sigo con lo mismo hasta que suelta el brillo labial y lo tira al suelo.

— ¡Estoy harta! Ya no seguiré con esto si no se queda quieta, tendrá  que disculparme el Señor Morris pero con esta muchacha no se puede. — suelta un suspiro afligido mientras me mira con horror.

Sonrió con satisfacción, para luego ponerme de pie, — Disculpeme Señora Evans, pero no puedo evitar moverme si paso mucho tiempo en una sola posición —.

Ella arruga la cara y me mira con desprecio — ¿Enserio? Entonces dígame, ¿en que posición le gustaría estar para permitirme seguir con mi trabajo?

La miro de pies a cabeza con deseos de molestarla y luego una sonrisa ladina se forma en mis labios. Me dirijo hacia la sala y me siento en el sillón cerca de la ventana. — Justo aquí —.

La señora se acerca a mi y las sirvientas la siguen para retomar su trabajo.

☼☼☼☼☼☼☼

— Me duele todo.

Raquel me mira de manera incrédula a medida caminamos por el pasillo. Una risita sale de mis labios.

— ¿Habla enserio Señora?

Otra risita sale de mis labios, pero esta vez más ruidosa y escandalosa. Durante las horas en las que estuve en la habitación debido a lo del baile, me estuve moviendo de un lado a otro mientas la Sra. Evans me seguía intentando terminar de arreglarme. ¡Fue tan gracioso! Verla como se desesperaba al ver que no podía tratar conmigo. Solo de recordarlo me salen unas lagrimas de la risa.

— Si, si hablo enserio — respondo intentando reprimir la risa.

Raquel me mira mal para luego negar con la cabeza, — Debería de tomarse las cosas más enserio, Señora.

Su comentario me enoja de manera asombrosa que creo que podría tirarle un banco de esos que hay por aquí cerca.

— ¿Así como de enserio como te las tomas tu? — ella frunce el ceño de manera significativa mientras se detiene. Aún con una sonrisa en mis labios me acerco a su oido, para poder susurrarle: — Me refiero a lo de tu y Darien.

Me alejo de ella tan rápido como puedo para observar su reacción. Sus ojos están abiertos como platos y tiene la boca abierta en forma de "o". Mi sonrisa se ensancha más y de alguna manera me siento poderosa.

Tarda unos cuantos minutos en recuperarse y cuando lo hace ya no es capaz de engañar a nadie.

— No en-entiendo a que se refiere Señora — su voz sale temblorosa y baja, como si tuviera miedo al hablar.

Mi sonrisa desaparece y alzo la mano para abofetear la de manera fuerte y agresiva. Su rostro queda hacia el lado derecho debido a la fuerza usada.

— No hay necesidad de ocultarlo de mi, porque para empezar no es como que me interese con quien se meta él. Sin embargo si no deseas que se entere de que descubrí este hecho y luego te mande a matar para simular que nada paso, tendrás que hacer lo que yo te diga de ahora en adelante.

Raquel me observa con terror mientras retrocede varios pasos hasta chocar con la pared.

— Entonces, ¿que harás? ¿Morirás por estorbar o me obedeceras para evitar la muerte? — una sonrisa maliciosa se forma en mis labios.

Observo a Raquel temblar como un ratón asustadizo, para que luego de un par de minutos susurre de manera casi imperceptible un:

Si.

— ¿Si que?

— Te obedecere y evitaré la muerte.

— Bien. Ahora ponte de pie y vamonos. Que ese hombre nos esta esperando.

Raquel se pone de pie y se sacude ligeramente el traje de sirvienta. Saca una mantita y se limpia el rostro para luego devolverlo a su lugar.

Doy un paso para seguir pero algo me detiene. Me giro sobre mis tobillos y miro con desdén a mi sirvienta.

— Otra cosa, no me llamas Señora de nuevo. Ni hoy, ni nunca.

*******

¡Hola mis queridos lectores! Tiempo sin leernos XD
Espero que todos estén bien y felices por leerme, ja es broma. En todo caso como sabrán, ¡nuevo cap! Si hay un error de ortografía estaría muy feliz si me lo dijeran, plis.

Espero les guste y disfruten de el. Deleitense de la maldad de Selena ;)

Otra cosa, los primero cinco en escribir un comentario recibiran mis gracias por ser lectores en el próximo capítulo así que 0j0.

Los quiere,

Clai

An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora