9. Infierno🔞

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Selena Hadrick.

No puedo dormir. No puedo cerrar mis ojos sin revivir la escenas de hace dos días. Fue horrible y asqueroso.

Fue repugnante.

Me remuevo incomoda en la cama. El no poder dormir me ha dejado sin energías y sin hambre. Creo que estaría mucho mejor muerta que viva, pero el suicidio no es una opción para mi. Va en contra del mandato de mi creador.

—Señorita, debería comer—la voz suave de Raquel me reprende.

No respondo. No quiero discutir con nadie. Escucho el suspiro de Raquel y luego sus pasos alejarse junto con el sonido de la puerta cerrándose. Me pregunto como rayos termino Raquel trabajando en este lugar, pero luego me digo que no debería importarme y lo olvido.

Nunca conoces a alguien totalmente hasta que ves su lado oscuro.

La frase que muchas veces escuche, ahora la entiendo. Los Morris. ¿Quien habría pensado que hacían este tipo de cosas? A los ojos de todos son amables, bondadosos, caritativos y de confianza. Todos están ciegos, al igual que lo estaba yo. Debo admitirlo, pensaba que eran personas de admiración, pensaba que eran muy amables al buscarles hogar a los niños y niñas del orfanato. Pero, ¿quien iba a pensar que en realidad los vendía y los trataba como cosas para satisfacer sus deseos carnales?

A fin de cuentas es un hombre vil, adinerado, poderoso que maneja lo que sea a su gusto y antojo.

Escucho la puerta abrirse nuevamente y asumo que es Raquel. Los pasos se acercan a mi pero no volteo, seguramente me viene a pedir que coma un poco de comida. Se sienta al borde de la cama y acaricia mi pelo. Mi ceño se frunce, ¿que le pasa a Raquel?

—¿No estas de humor cariño?—una voz masculina y sarcástica suena.

Me cuerpo se tensa y me ponga alerta. Volteo a verle para enfrentarlo. El enfermo me mira, sonriente mientras utiliza sus dedos para trazar mis hombros.

—¿Me extrañaste?—me sorprende la sinceridad en sus palabras. 

¿Esta loco? ¿Quien lo va a extrañar?,—no.

—Entonces tendré que hacerte extrañar—dice riéndose y se a lo que se refiere.

Se lo que quiere hacer. Niego repetidas veces e intento huir de la cama gigante pero el me toma de la caderas y me atrae hacia este hombre con problemas mentales.

—¡Suéltame, enfermo!—mascullo luchando por salir de sus manos. 

Me ignora totalmente y me levanta para acostarme boca arriba sobre la almohada. Toma mis manos con fuerza por sobre mi cabeza mientras se cierne sobre mi. Muevo mis pies intentando quitarlo de encima, pero actúa rápido y pone sus rodillas con fuerza en mis caderas, limitando mis movimientos. Sin poder moverme empieza a retirar el camisón negro de encaje, dejándome con mi ropa interior.

Estampa sus labios sobre los míos, atreviéndose a explorar mas. Lagrimas caen de mis ojos cuales pequeñas perlas. Deja de besarme y besa mis lagrimas con ternura. Baja a mi cuello, besándome, marcándome.    

—¡Por favor! ¡Detente!—imploro con voz rota.

Pasa sus manos por debajo de mi cuerpo para desabrochar mi sostén y tirarlo lejos de mi vista. Besa mi clavícula para luego bajar a mis senos. Los masajea, besa y muerde, mientras yo lo miro con miedo y terror.

—¡Suéltame!—chillo con fuerza.

Empieza a quitarse su ropa y cuando esta totalmente desnudo, cierro mis ojos con fuerza. Desciende a mi vientre dejando un camino de besos y me retuerzo con asco. Se deshace de la ultima prenda en mi cuerpo e introduce su mano en mi feminidad. La bilis sube por mi garganta y creo que voy a vomitar.

—Eres mi diosa—dice en un jadeo.

Acaricia mis piernas y me besa nuevamente. La impotencia es horrible y quiero morir. Se abre paso entre mis piernas y un grito desgarrador deja mis labios. ¡Duele!

—¡Para!¡Detente, duele mucho!—sollozo con fuerza.

Empieza a embestirme lentamente, masajeando mis senos y es una tortura. Ya no podre ser monja. Ya no soy un ser puro porque este hombre se llevo mi inocencia. Me retuerzo y sacudo intentando soltarme de su agarre pero lo único que consigo es una fuerte abofeteada acompañada con maldiciones. 

—Eres perfecta, cariño—su voz es entrecorta y asquerosamente lasciva.

De repente detiene sus embestidas y suelta el agarre de su mano derecha sobre mis muñecas. Y por un momento, con la ingenuidad de compañera pienso que eso es todo, que ya termino, que me va a dejar ir. Pero la realidad me golpea cuando me da la vuelta y me coloca boca abajo. Toma mis rodillas y las acomoda a sus costados. Intento levantarme y escapar pero el enfermo me penetra nuevamente sin previo aviso, haciendo que suelte un alarido y caiga sin fuerzas sobre la cama.

Sus embestidas empiezan a acelerar y no para de decirme tonterías al oído, mientras lo único que puedo hacer es quejarme del dolor y llorar. Me toma con fuerza de las y siento como se detiene y algo dentro de mi corre por dentro. El asco me llena y no lo soporto. Corro a una esquina de la cama y vomito nada mas que pura flema. 

¿Que voy a poder vomitar cuando nada he comido?

Sintiéndome la peor persona del mundo me acuesto al borde de la cama. Algo se hunde a mi lado, el enfermo me acaricia el cabello, mientras me desahogo en lagrimas hasta que por fin me quedo dormida.

*******

Pobre Selena ;(

¿Creen que se recupere de algo así?

Eso lo sabrán hasta el lunes, nos leeremos pronto amorzhes.

Clai♠

An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora