20. Lo que me conviene.

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Selena Hadrick.

A medida que el automóvil avanza la luz de los faroles en la calle nos iluminan de manera efímera y rápida. Por el rabillo del ojo observo y confirmo mis sospechas, Darien me mira de manera fija e intensa. Pretendo no darme cuenta y continuo mirando a través del vidrio, fingiendo ver con interés las casas coloridas que literalmente gritaban: "dinero".

Vamos en camino a la cena que, según lo que el enfermo me dijo, se celebra gracias a el festival de las lamparas de luces. No se que serán y tampoco quiero saberlo, todo lo que me este hombre haga para satisfacerme realmente no me interesa. Excepto Elián, claro. 

Pasan unos largos y lentos minutos hasta que llegamos. El conductor abre la puerta para Darien, este se baja y extiende la mano esperando a que yo baje. Saco mis pies del auto y me bajo sin tomar su mano, para luego caminar directamente al edificio sin esperarle. Mientras camino por la cera voy admirando la hermosa decoración del lugar, hay linternas de todas las formas y colores en el lugar, incluso hay linternas con forma de flor de loto flotando en una fuente.

Morris esta equivocado al decir que es un festival de "las lamparas de luces", porque es un festival de linternas. Luego de apreciar la decoración del lugar entramos a el edifico. Esferas de luces iluminan los pasillos con una suave luz, hasta que llegamos al hall principal donde un gigante candelabro con forma de araña proporciona luz a el lugar. Hay varias mesas y sillas acompañándolas, las mesas están cubiertas con manteles blancos y sobre estos una linterna con forma de flor de loto.

Cuando entramos al lugar varias personas se giran para mirarnos y algunos se apresuran en acercarse para saludar. En pocos segundos una multitud se acerca a nosotros, sin embargo todos ellos simplemente se dirigen a Darien e ignoran mi existencia. De alguna manera me molesta y me escabullo del tumulto de personas. Un escalofrió recorre la parte baja de mi espalda, siento que alguien me mira y busco a mi alrededor al propietario de esta. Uno de los hombres de Morris me vigila de cerca, tiene la mirada fija en mi.

¿Creen que voy a escapar?

No, todavía no. Aunque no puedo negar que no pensé en hacerlo, suspiro y camino por el lugar. Miro como algunas personas están sentadas en taburetes colocados frente a la barra. Sirven bebidas cada minutos y me pregunto como sabe el alcohol. Relamo mis labios, nunca antes he tomado una bebida alcohólica debido a  las reglas de la iglesia, pero a estas alturas no puedo volver a ser una monja y ya he cometido el pecado de no ser virgen.

No, este no es mi pecado. Es de él.

Inevitablemente los recuerdos de todas las veces en que he estado conél vienen a mi mente, provocandome un dolor profundo y deseo olvidar. Olvidar absolutamente todo. Y he escuchado que el alcohol es capaz de ayudarme con ello. Mis piernas se encaminan a la barra y sin mucho pensarlo me siento en un taburete un poco alejado de las personas. Al instante un joven rubio con ojos grises se acerca a mi, su apariencia me recuerda a la de Elián y creo que ya nos llevamos bien.

—Hola, ¿que puedo servirte?—pregunta el joven con una sonrisa de lado.

—Eh... No lo se.—digo con una sonrisa nerviosa—Es mi primera vez y no se que exactamente tomar—admito y él amplia su sonrisa.

—¿Entonces puedo sugerirte algo?—dice inclinándose sobre la barra para acercarse a mi. Yo asiento y él continua:—Entonces debes probar nuestra nueva bebida, su nombre es La Flama—explica mientras sirve en una copa con forma de "Y" una bebida rojiza.

Tomo la copa entre mis manos, inspeccionando de cerca la bebida,—¿y que contiene?

—Es una mezcla de jugo de limón con fresa y claro, con un pequeño toque de Whisky.

—¿Es bueno?

—¡Claro que lo es!, de lo contrario no te lo recomendaría para nada.

Le echo una ojeada por ultima vez para luego inclinar el cristal y tomar el primer trago. Primero mi garganta arde como si estuviera en llamas pero luego repentinamente se calma dejando un sabor dulce y ácido al final. La sensación es agradable y vuelvo a tomar otro trago, ¡que delicia! ¡Ahora entiendo porque los borrachos no pueden dejar de beber!

Una risa sonora se escucha cuando de un trago, me bebo todo el contenido rojizo,—¡esta bueno, verdad!

—¡Si!—exclamo—¡hazme otro!—pido y en cuestión de segundos mi bebida esta lista. 

Enrollo mis dedos alrededor del cristal y me bebo todo el contenido nuevamente. Observo en dirección a Morris y no puedo agradecer mas que suficiente a Dios por mantenerlo alejado de mi. Vuelvo mi cabeza en dirección a el mesero y cuando lo hago noto que esta cerca de mi cara, muy cerca. 

—¿Porque estas tan cerca?—pregunto mientras me empiezo a sentir mareada.

—¡Porque de lo contrario no te podría escuchar!—exclama y es cuando noto que esta gritando debido a la música. La música que resuena en mis oídos fuertemente impidiéndome pensar con claridad. O eso digo yo.—Ademas, si no estuviera mas cerca no podría hacer esto.

Todo pasa demasiado rápido y lo único que siento son los suaves labios del chico rubio sobre los míos. Por un segundo me quedo perpleja sin saber que hacer, pero termino correspondiendo el beso. Tierno y dulce, muy distinto de los desesperados y agresivos de Darien. De repente recuerdo a Darien y lo peligroso que es, coloco mis manos en el pecho del rubio y lo separo. 

Mi respiración es entrecortada y mi corazón late con prisa,—¿que pasa?—pregunta el chico con el entrecejo fruncido.

Lo miro por un segundo y luego con miedo busco a Darien. Mi corazón da un vuelco cuando lo miro caminar en nuestra dirección y parece estar muy enojado. 

Estoy acabada.

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AVISO:

¡Hola!

Aquí el ultimo cap de la semana, espero lo disfruten y antes de irme debo informarles que esta semana tendré exámenes por lo que no podre publicar en la semana ya que me despojan de toda tecnología :/

Así que tendré que publicarlos hasta el sábado después de la semana de exámenes. ¡Esperen lo con ansias!

Clai♠

An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora