28. Los beneficios del alcohol.

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Selena Hadrick.

Paso nuevamente el labial por mis labios, quedando estos de un color rojo oscuro. Adolfo se fue hace unos segundos, debido a que nuestra ausencia se pudiera notar tuvo que retirarse con prisa. Guardo el labial en la pequeña cartera con flores de cristal como decoración.

Levanto mi mirada y me observo en el espejo, asegurándome que no hubiera nada de lo común. Cuando verifico todo, salgo taconeando de la habitación y recuerdo la conversación que tuve con Adolfo.

—¿Estas segura?—pregunta, incrédulo.

—¿Que, te estas echando atrás?—cuestiono alzando una ceja.

—No, claro que no—responde mientras sonríe—, es solo que pensé que te tomaría un poco mas de tiempo pensarlo.

—Puede que no me conozcas pero, nunca avanzo ni doy un paso si no tengo la seguridad y certeza de estar haciendo lo correcto.

Por unos segundos el silencio reina entre nosotros, hasta que el decide romper primero el silencio—de acuerdo. Primero que nada necesito que busques unos documentos en su oficina que son de suma importancia. Con estos documentos tendríamos evidencia de sus actos ilegales y podríamos presentárselos a la policía.

Asiento escuchando todo con atención,—¿Que contienen exactamente esos documentos?

Se levanta de la cama y toma su ropa,—son sus transacciones de dinero con varias personas buscadas y corruptas en varias partes del mundo.

—¿Y que hay de los niños que ha secuestrado?—me levanto de la cama también.

—Claro, regresarían a sus hogares y los que no tuvieran, a un orfanato—asegura sonriente.

Termina de cambiarse y se gira hacia a mi nuevamente.

—En 15 días iré a visitarlos y para ese entonces tendrás que tener esos documentos en tus manos—se sienta de nuevo en la cama y me toma la mano.

—¿Como te pasare la información?

—Si no me equivoco, la morada de Darien tiene un gran jardín, ¿verdad?—no respondo, pero el continua—puedes esconderlo en algún lugar de el, sin embargo asegúrate de darme un indice.

Termino de vestirme y Adolfo camina hacia la puerta,—bueno espero que todo salga bien y, gracias por esta velada.

Escucho la puerta cerrarse y se que se ha ido...

Observo mis pies mientras llego a el salón. Todos siguen bailando y divirtiéndose, al igual que Darien y suspiro en alivio. Me dirijo a nuestra mesa y cuando me siento llamo a un camarero para pedirle un whisky. En pocos segundos vuelve con la bebida helada y refrescante. 

Ya no quema, simplemente me relaja.

Cuando termino mi bebida uso vuelvo a llamar al camarero por otro. Recuerdo a mis amigas en el convento y una risa estúpida aparece en mis labios. Y pensar que era una monja, una santa pero ahora... 

El camarero llega y de un solo trago me bebo el liquido. ¡Cuan inocente y buena era hace unos pocos días! Y ahora... Ahora busco maneras de matar y escapar de mi captor, ahora odio y soy una perra. ¡No! ¡Creo que soy aun mas fácil que una perra!

La realidad me golpea con fuerza mientras me ahogo en alcohol. ¡Quiero olvidar todo! ¡Quiero mi vida anterior! Me olvido por completo en el lugar en el que estoy y tiro un vaso de vidrio, haciéndose añicos al momento de caer al  suelo. Pero todos siguen bailando, sin haber escuchado el mas mínimo sonido por la fuerte música retumbando en sus oídos. Una gruesa y cálida lagrima se desliza por mi mejilla y me recuerdo a mi misma que no puedo perder la cordura.

¿De que sirve lamentarse? ¿Cuantas veces no he llorado, maldecido, deseado e incluso intentado matarme para que alguien..., alguien me devolviera mi antigua vida?

Duele, duele mucho. El vació en mi interior, el que solo mi pequeño es capaz de llenar con su compañía o el que pensaba haber llenado con ese momentáneo deseo de Adolfo. Ese vació es el que tortura diariamente. Es lo que me carcome por dentro y aun así no hay nada por hacer. Solo me queda esto, esta pequeña esperanza por alejarme de aquel quien dice amarme.

Recuesto mi cabeza sobre la mesa, derrotada y cansada. Miro la parejas distantes y borrosas bailar. Una mano toca mi cabeza y un fuerte olor a alcohol choca con mi nariz. Alzo mi vista, desinteresada y con deseos de dormir lo miro. Es Darien. Un Darien borracho esta frente a mi. Me incorporo y quito su mano de mi cabeza. Darien se ríe y se tambalea de un lado a otro hasta tirarse en la silla frente a mi. Un camarero pasa por su costado con bebidas y toma dos copas de una bebida violeta.

Coloca una frente a mi y la otra el la bebe de un solo trago. 

Observo mi bebida y luego la acerco a mi nariz—se llama lila, bébelo, esta bueno.

Acato sus ordenes y lo tomo al igual que mi captor, de un solo trago. La bebida sabe a uva con limón, con una fuerte esencia a alcohol. Darien vuelve a reírse y pide otras dos bebidas.

—¿No vas a preguntar por que estoy así?—su pregunta no recibe repuesta por lo que decide continuar,—¡Es por ti! ¡Tu me tienes en este estado!

Pasa una mano por su cabello despeinado y me mira con desesperación.

—¿Que me hiciste, S-Selena?¿Q-que rayos me hiciste? ¡No soy capaz de sacarte de mi cabeza! ¡En lo único en lo que pienso es en ti!—grita con otra copa en sus manos.

Lo miro sin importancia y este suelta un sollozo.

—¡Lo único que recibo de ti es esa estúpida expresión, esa expresión tan fría e inexpresiva!—deja la copa en la mesa y se levanta como puede, para luego arrodillarse frente a mi.—Se que hice mal. Se que haberte secuestrado no fue la mejor de mis acciones pero, ¿que esperabas que hiciera? No tuve mas remedio que hacer eso.

Toma mis manos entre las suyas y las besa,—se que fue mi culpa así que, ¿podrías perdonarme? ¿Podrías dejar de verme de esa manera? ¿Podrías amarme?

Sus suplicas me dan asco y suelto sus mano,—si que estas borracho Darien.—digo  con una sonrisa—Deja de hacer el ridículo y levántate del suelo, porque déjame decirte que no tiene sentido alguno que me supliques. Por que siendo en esta vida o no, ¡YO JAMAS TE PERDONARE!

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:V ...

An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora