Selena Hadrick.
Abro mis ojos lentamente, removiendo me en la cama suelto un quejido. Varias punzadas de dolor me atraviesan y por un momento creo que alguien me esta apuñalando. Luego recuerdo lo sucedido con las perras y con mi mirada verifico mi cuerpo. Tengo varios moretones en mis brazos, algunos de color morado, verde y otros amarillos. Soy incapaz de mover mis piernas, es como si ya no fueran parte de mi. Intento moverme nuevamente, pero solo logro que un gemido salga de mi boca y mi cuerpo adolorido empeore. Maldigo por lo bajo y es cuando me doy cuenta que estoy en la habitacion de mi captor. Es la maldita habitacion de Darien.
Una lluvia de preguntas comienza en mi cabeza, sin embargo me siento tan cansada que no me encuentro con fuerzas ni siquiera para pensar y responder mis propias dudas. Suspiro cansada y acomodo mi cabeza sobre la almohada. Respiro con la boca, evitando a respirar o recordar la fragancia que usa el idiota.
Lo ultimo que quiero es tener que verlo incluso en mis pesadillas, eso ya seria mucho.
El recuerdo de esas perras golpeándome hace que tenga unas increíbles ganas de maldecirlas y darles unos cuantos puñetazos para desfigurar su hermosa carita. Antes solo las odiaba por el simple hecho de defender a Darien todo el tiempo, después de todo algunas de ellas habían sido secuestradas, pero el odio que almaceno en mi corazón hacia ellas no están simple.
Escucho en silencio el sonido de el suero cayendo, gota por gota en el cable que lo ayuda a introducir el liquido a mi cuerpo por medio de una jeringa.
¿Que fecha es hoy?
Las alarmas se activan en mi cabeza. No puedo perder demasiado tiempo. Adolfo solo me dio quince días, quince días para conseguir los documentos para destruir a Darien. Necesito tiempo para armar bien el plan, luego ponerlo en practica y durante el proceso evitar que alguien se de cuenta de mi plan o siquiera sospeche de mi. Por que estoy segura, que cuando esos documentos se pierdan Darien se volverá loco y sospechara de todos en esta casa, incluso se que seria capaz de matar a alguien por ello.
La puerta se abre, dejándome ver a un Darien elegante e impecable en un traje de corbata azul marino. Cuando me mira despierta se acerca y en cuestión de segundos atraviesa la habitacion. Me mira sonriente, sus ojos con un brillo muy peculiar y raro, puesto que nunca lo había visto en él. Se sienta a la orilla de la cama y con sus manos acuna mi rostro de manera gentil y suave.
La sensación que siento ahora mismo me resulta muy difícil de expresar. Yo, literalmente no puedo tolerar su tacto. No puedo soportar que me toque con esas manos, esas manos llenas de sangre y miles de pecados. Sacudo ligeramente mi cabeza, dándole a entender la incomodidad que me resulta que me toque. Él parece entender mi mensaje y aparta sus manos, pero su expresión no cambia en lo absoluto.
—Me alegro que estés bien—su voz tiene un ligero tono de emoción y puedo percibir, al mismo tiempo, un poco de tristeza.
—¿Cuantos días llevo inconsciente?—pregunto, evitando responder a su comentario.
—Dos días, hoy es 22 de noviembre—responde mientras baja su mirada hacia sus manos.
¿Dos días? ¿Tanto? ¡Por que rayos estuve tanto tiempo inconsciente! En ese tiempo pude hecho un plan lo suficiente bueno para engañar a todo el mundo. Ahora no tengo mucho tiempo, porque para cuando haya robado el documento deben pasar al menos unos cinco días para que Darien no sospeche de Adolfo de lo contrario no podremos lograr nuestro objetivo y él sospechara de Adolfo.
—¿Selena, que pasa?—Darien interrumpe mis pensamientos y toca mi frente con su palma,—Pero no tienes fiebre.
—Estoy bien, no es necesario que estés aquí, simplemente sigue con lo tuyo.
Una sonrisa triste aparece en sus labios, asiente y se levanta de la cama. Da un paso pero luego se detiene, como si recordara algo. Se da la vuelta y sonriendo mueve sus labios,—solo quería decirte que, de ahora en adelante tu eres la señora de la casa. Ya no hay mas colección, Selena.
Un corto silencio sigue las palabras de Darien que es interrumpido por el sonido de la puerta al cerrarse. ¿Que ya no hay colección?
Mis pestañas se baten y siento que estoy desorientada. ¿Que rayos acaba de decir ese imbécil? ¿Que ya no están las perras que llamaba tan orgullosamente, su colección? Mi corazón late con prisa y mi estomago da un vuelco y no uno bueno.
Es decir que..., ahora soy su única puta. Que ahora soy la única que podrá satisfacer sus indecentes deseos y tendré que desayunar a solas con ese imbécil. Tendré que soportarlo todos los días. Grandes ganas de llorar surgen de mi interior y debo morderme mi mejilla por dentro para evitar que una sola de ellas caiga.
¡Lo sabia! ¡El intenta atormentarme aun mas! ¿Es que no me puede dejar en paz? ¿No puede quedarse quieto mientras lo destruyo? La impotencia me llena nuevamente y me doy cuenta que no he cambiado absolutamente nada desde la primera vez que llegue aquí. Solo finjo, finjo ser cruel y fría, fuerte y desalmada.
No es cierto. No soy para nada así, solo intento sobrevivir en este lugar. Pero no puedo creer que después de varios meses, aun puedo ser afectada de esta manera. La decepción me invade de manera silenciosa y tan familiar que decido no pensar en ello por el momento.
Giro en dirección a la pared y cierro mis ojos, obligándome a dormir. Mañana tendré tiempo para pensar en todo.
*******
¡Reviví!
Hola, chicos. ¿Están bien? Espero que si y que todo les vaya bien. De verdad que lamento no haber publicado, pero seguro y ya están aburridos de mis excusas, ¿no? Por eso solo les diré que hoy mismo publicare un maratón en señal de mi ausencia. Así que disfrútenlos que aquí van.
Gracias por leer mi historia, votar y comentar. Me siento muy afortunada por la oportunidad que me dan, muchas gracias mis amorzhes.
Clai♠
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An Innocent Sin [Original]
Misterio / SuspensoPerturbado y loco, con un terrible temperamento y sin paciencia. Morris dice amarme pero, yo no lo creo. Todos los días exige lo mismo. Todos los días respondo con lo obvio. Deseoso de afecto me pide darle lo que nunca obtendrá ni en sus sueños. Y...