Darien Morris.
Una imagen extrañamente nostalgica se desarrolla frente a mis ojos. Cortinas doradas, banquetes, el aroma de perfumes costosos en el aire. Mis padres hablando animadamente en medio de un grupo de personas, las sirvientas haciendo su trabajo y un sin número de personas recorriendo el salón. Todos se aglomeran frente a mis ojos, pero hay algo que no es como todo lo demás.
Ella. Mis ojos siguen su silueta mientras se abre paso entre la multitud. Su cabeza gira repetidas veces, mirando su alrededor en busca de algo. Los pliegues de su vestido verde jade cautivan varias miradas, sin embargo se muy bien que no es el vestido lo que llama la atención de las personas. Es la persona que lo lleva puesto. Ella y su hermosura. Entonces sus ojos se encuentran con los mios y veo como estos se iluminan automaticamente. Sus pasos se apresuran mientras intenta cruzar el salón pero ella nunca llega.
De repente las personas desaparecen. Al igual que la musica, la luz y los murmullos animados. Una silueta una cabeza más grande que yo aparece. Su traje formal en azul, su cabello canoso peinado hacia atrás y su diente de oro en su sonrisa lasciva, hacen que lo reconozca en cuestión de segundos.
Mi padre. Mi ceño se frunce al verlo acercarse a la persona más importante para mi. Un escalofrio me recorre el cuerpo mientras intento desesperadamente acercarme a ellos.
El silencio prevalece en el lugar a excepción del sonido sordo de mis pasos en vano. La frustación me invade porque, sin importar cuanto luche por llegar a ellos siento que cada vez estoy más lejos. Es como si estuviera viendo una pelicula y al mismo tiempo estuviera tratando de advertirle al protagonista de no caer en una trampa.
La escenas que se reproducen frente a mi pasan en cuestión de segundos. Una pistola, sangre, sonrisas y ovaciones, donde los unicos que no celebran son la Señora Kate y yo.
Un nudo se adueña de mi garganta, inmovilizando mi cuerpo por completo. El tiempo parece congelarse y siento mi corazón detenerse al igual que mi respiración. Una ola de emociones me inunda y ni siquiera soy capaz de describir lo que siento.
De repente estoy junto a ella. Con la respiración entrecortada y un horrible sentimiento de haber vivido esto.
La sangre se escurre entre mis dedos, una mezcla entre cálido y frío. Observo con fijeza mis propias manos. ¿Qué acaba de pasar? ¿Qué fue lo que hice? Mis propias palabras me asustan mientras intento ver a traves de la negrura del lugar. El olor metálico se percibe tan claramente en el aire mientras mi cuerpo entero tiembla. Tal vez por el miedo palpable, por el extraño olor en el aire combinado con sangre o por el cuerpo frente a mi.
Margaret.
Observo su cuerpo frio postrado ante mi. Su cabello usualmente de color castaño, esta negro y mojado mientras la sangre se esparce bajo este. Su piel más palida de lo normal brilla en la oscuridad al mismo tiempo que el silencio cae abruptamente.
Extiendo mis manos en su dirección. Esperando encontrarme con la calidez y suavidad de su piel, pero no soy capaz de sentir más que frialdad y muerte impregnada en ella. Un sollozo resuena por el lugar sumido en el silencio anunciante de la muerte, cuando me doy cuenta que soy yo.
— Margaret.
Mi voz se quiebra en el mismo instante en el que pronuncio su nombre. Y lloró. Con todas mis fuerzas. Lloró y grito hasta quedarme sin voz. Porqué lo se.
La perdí.
Porqué el no volver a ver sus ojos brillantes de esperanza, me destrozará. Porqué el no verla sonreír, me quitara los deseos de vivir. Porqué el no poder tocarla, me atormentará. Porque se... que vivir sin ella será estar en el infierno. Ni siquiera soy capaz de escuchar mis propios sollozos cuando, entre todo ese silencio acumulado a mi alrededor escucho la voz del hombre a quien más desprecie en toda mi vida.
— Tu perra se fue.
Sus palabras se prolongan en mi cabeza mientras volteo lentamente a verlo, intentando negar el hecho con todas mis fuerzas. Unos dedos me toman del pelo con fuerza, provocando que alce mi vista hacia el. Hacia mi padre. Su rostro lleno de satisfacción al verme sufrir hace que lo maldiga y este se agacha lo suficiente sobre mi rostro para mirar con claridad el paso de los años en su piel.
— Es increíble, a veces me pregunto ¿si es que me amas tanto o si eres masoquista? Mi querido Darién, ¿por qué sigues soñando lo mismo?
Un grito ahogado sale de mis labios mientras me siento sobre la cama, tomando mi pecho. Mi respiración agitada, el frío sudor en mi frente y el persistente dolor de cabeza me confirman con rapidez que estaba soñando. Con lo mismo, otra vez. Un suspiro sonoro escapa de mis labios mientras me tomo la cabeza con ambas manos.
La muerte de Margaret. Últimamente es algo con lo que sueño bastante, como si me estuviera culpando por no haberla salvado. Una sonrisa irónica se dibuja en mis labios cuando siento algo mover a mi costado. Un rostro de ángel, su piel pálida y su cabello sumiso y al mismo tiempo salvaje hacen que mi corazón se tranquilice.
Selena. Siento mi cuerpo aliviarse repentinamente y unas necesidades incontrolables por abrazarla me dominan por completo. Tomo las sábanas para arreglárselas sobre su cuerpo desnudo mientras me posicionó detrás de ella, rodeándola con mis brazos. Su suave olor me inunda, al igual que la felicidad.
Es cierto. Yo no estoy solo, porque Selena está conmigo. Y con ese pensamiento cae rendido en la oscuridad nuevamente.
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Hola! Hace tiempo que no me pasaba por aquí así que decidí darles una sorpresa. ^,^
Ya saben que siempre me alegra que se tomen el tiempo de pasar por aquí a leer mi historia y también espero que se pasen por las otras si no es mucha molestia. Aunque son distintas podrían darle una oportunidad, por fa?Bueno, sin más palabrería mía me despido!,
Les quiere y adora,
Clai
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An Innocent Sin [Original]
Mystery / ThrillerPerturbado y loco, con un terrible temperamento y sin paciencia. Morris dice amarme pero, yo no lo creo. Todos los días exige lo mismo. Todos los días respondo con lo obvio. Deseoso de afecto me pide darle lo que nunca obtendrá ni en sus sueños. Y...