17. Un poco de alegría.

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Selena Hadrick.

¿Como se consuela a un niño que ni siquiera llora? Lo miro con preocupación mientras le ayudo a quitar el lodo pegado sobre su clara piel. No dejo que nadie lo tocara, apenas y me dejo a mi. El pobre no ha pronunciado palabra alguna y su mirada no ha cambiado. 

Paseo de manera suave sobre su piel tersa el paste, retirando todo rastro de suciedad. Realmente no quiero imaginarme por lo que debió pasar este pequeño, es horrible lo que hacen. Lo que Morris hace, porque puede que el responsable de esto no sea él pero aun así continua el negocio. Encuentra gran satisfacción en ver a las personas sufrir, en manipular y administrar la vida y la muerte como si fuera Dios. ¿Como es capaz de hacerle algo así a unos niños pequeños e indefensos? Los vende como si fueran objetos y no parece tener culpa alguna.

Es imperdonable. 

Alzo mi mano a una de las estanterías y tomo el champú con fragancia a coco y vainilla. Presiono un costado del tapón para abrirlo y sacar un poco de la sustancia cremosa. La riego en mis manos para luego colocarlo en el cabello húmedo del pequeño. El baño lleno de vapor de agua hace que mi campo visual se vuelva borroso y tenga un poco de calor. Cuando termino de restregar su cabello tomo la regadora y el agua tibia desciende en forma de lluvia. Esto me recuerda a los niños del orfanato, cuando los íbamos a visitar y los cuidábamos.

Recuerdos nostálgicos vuelven a mi y la tristeza me envuelve. Como los extraño. Coloco nuevamente la regadora en su lugar y esta se cierra automáticamente, para luego tomar una toalla blanca, doblada en uno de los estantes. Saco a el pequeño de la tina y lo envuelvo en la toalla de algodón. Caminamos fuera del baño y pasamos al vestidor. Una sirvienta aparece con una pijama para niño de su edad, un pantalón y una camisa manga larga en un color amarillo suave. 

Tomo otra toalla pero esta es mas pequeña y la uso para secar su pelo rubio.

—¿Puedes vestirte o quieres que te ayude?—cuestiono con una pequeña sonrisa, no quiero que piense que soy como ellos y lo voy a maltratar.

El pequeño no dice nada solo niega ligeramente,—de acuerdo, esta bien, yo te ayudare.

Utilizo la misma toalla para secar sus brazos, pies y piernas. Le ayudo a colocar la ropa interior y de por ultimo la pijama. Busco en mi armario la sección de pijamas y elijo una en color morado para usar, ya cambiada tomo de la mano a el pequeño y nos dirigimos hacia la sala. Pido a una de las sirvientas que traigan café con leche, leche y unas galletas para comer antes de dormir. Me cuesta admitirlo pero acostumbrarse a este tipo de cosas no es tan difícil de hacer, pero si aun hubiera una oportunidad de regresar lo haría sin titubear.

Escucho el sonido de la puerta abrirse y luego observo como una mujer con uniforme coloca las cosas pedidas sobre la mesa. Un dulce aroma llega a mi nariz haciendo a mi estomago rugir, observo a el pequeño remojarse los labios.

—Toma cuantas quieras, ahora lo mio es tuyo—digo con voz suave y apacible.

Dudoso toma una pequeña galletita y la introduce en su boca, sus ojos brillan y rápidamente toma muchas mas para empezar a comérselas. Debido a comer muchas al mismo tiempo empieza a toser, pidiendo por algo de beber. Agarro el vaso con leche y se lo paso para que pueda tragar.

—Tranquilo, nadie se va a llevar la comida, puedes comer lo que quieras solo dime lo que quieres y lo traeré por ti—digo mientras bebo de mi café con leche.

Una de mis costumbre es beber algo caliente o tibio antes de dormir, hace que una sensación de relajación se instale en mi pecho provocandome olvidar toda la crueldad del mundo, la que he experimentado muy bien. Cierro mis ojos permitiéndome disfrutar de los pequeños sorbos que pasan por mi garganta.

—¿Porque es tan amable conmigo?—inesperadamente una voz suave y ruda se escucha y levanto mi vista para ver al causante—¿Acaso espera algo de mi?—el pequeño vuelve a romper todo mutismo anteriormente existente.

Una sonrisa invade mis labios,—claro que no, dime ¿que puedo esperar de un pequeño como tu? Simplemente deseo que estés bien y te quedes a mi lado.

—¿Porque?—inquiere ladeando su cabeza aun con el ceño fruncido.

—Porque ambos somos iguales,—explico—fuimos traídos aquí a la fuerza para hacer cosas que no queremos ni deseamos hacer y mas que todo, ambos estamos solos.

Su mirada ruda desaparece al igual que el ceño fruncido y yo dejo la taza vacía en la mesa. Cruzo la distancia entre nosotros y me arrodillo frente aél. Tomo ligeramente su pequeña mano y la envuelvo con ambas manos.

—No tengas miedo, de ahora en adelante nadie te hará daño, no mientras yo este aquí, así que puedes confiar en mi, ¿entiendes?—digo de manera dulce y observo como sus ojos grisáceos se llenan de lagrimas.

Lo envuelvo en mis brazos y lo dejo llorar durante toda la noche hasta que se queda dormido y lo llevo a la cama para acostarme con él.

De ahora en adelante solo seremos tu y yo pequeño, pienso antes de hundirme en un profundo sueño.

*******

Lo siento chicos, últimamente estoy actualizando demasiado tarde pero eso es debido a mis responsabilidades como estudiante. No les prometo nada pero intentare actualizar mas temprano.

¡Gracias por leer mi libro! Estoy eternamente agradecida por que usen su valioso tiempo para usarlo en las ideas de esta pequeña demente (si hablo de mi misma). Nos leeremos mañana, amorzhes y comenten que les parece el rumbo de la historia y si quieren que cambie algo.

Clai♠

An Innocent Sin [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora