Perfecto, estaba gordo.
Lancé los pantalones sobre la cama quedando en ropa interior.
-¿En serio? –pregunté frustrado al cielo. Nada en mi armario me quedaba. Era como si hubiera engordado en las últimas semanas. Y me preguntaba cómo.
No había descansado bien, comía rápidamente antes de salir al escenario, mi camiseta siempre acababa empapada de sudor luego de cada concierto y aun así no daba en un par de vaqueros.
Salí a correr en la mañana, siempre lo hago, tomé una ducha de agua caliente luego de descubrir que el calentador estaba apagado. Y ahora estaba lidiando con ropa que no me daba.
Luego de encontrar un par de pantalones deportivos a juego con un conjunto deportivo estaba sentado desayunando. Era raro todo esto, surrealista, no me imaginaba viviendo esto. Era extraño, era como si... no fuera yo. No creía lo que pasaba, no hacía la idea de que... fuera a pasar. Y creo que era lo mejor.
Tenía un par de semanas libres antes de volver a la disquera, lo que era bueno. Así podía lidiar con mis problemas sin mezclarlos con trabajo.
Levanté la mirada de la taza de café que había preparado hacía la puerta y me di cuenta que no era un sueño.
-Hola –musité mirándola parada en bajo el umbral de la puerta. Ella asintió levemente.
-Hola –respondió. Aclaré mi garganta ante quince segundos de silencio.
-Ven, prepararé algo.
Era como estar con una desconocida, realmente era una desconocida. Si hacía cuenta el tiempo que llevábamos de conocernos era de un poco más de mes y medio. Pero, el tiempo que llevábamos de trato no pasaba de tres días, y eso que la mitad de uno había estado con alcohol en mi sangre y ambos desnudos.
No habíamos mantenido ni una conversación de cinco minutos. No hablaba mucho y yo no era bueno en eso de platicar horas y horas como Niall. Era... difícil.
Sabía que tenía que acercarme a ella, debía de hacerlo.
-Parece que va a llover -<<idiota>> Eso me dijo mi subconsciente. Dejó la galleta que iba a comer a unos centímetros de su boca. Volteó a la ventana que daba a la piscina, si tenía una, y observó el cielo que estaba un tanto gris.
-Puede –respondió mientras volteaba y bajaba la mirada. Pasó unos dos minutos antes que volviera a colocar la galleta en su boca. Estoy seguro que espero que dijera algo más, pero no.
Continúe con el café, ella con el suyo y galletas.
-¿Está bien que tomes café? –estaba seguro que el café no es bueno, ni para las personas en su estado, ni para nadie en demasiadas cantidades. Ella levantó la mirada confusa.
Habíamos ido al médico y este no nos había dado indicaciones de su alimentación. Ahora que lo pienso bien casi ni nos dio indicaciones. Solo nos platicó un poco y...
Había sido descuidado.
-El... el Dr. Shore me dio una lista de... –intentó decir a lo que volteé. Me extendía un papel. Lo tomé y me percate de unas cuantas indicaciones.
-Son vitaminas –dije al notar una que otra que había estudiado estando en secundaria. Volteé el papel pero solo enarcaba unas tres vitaminas a un solo lado-. Creo... que... sería bueno evitar una que otra cosa de momento. En la siguiente cita le pediremos más indicaciones –le avisé. Vi como asintió. Estoy seguro que la cafeína no era bueno, pero tampoco tenía más en las gavetas de cocina. Ya que no llevaba más de 48 horas en Londres y...-. Necesito ir de compras. Casi no hay nada en las gavetas -dije. Me levanté de la sala en donde estábamos, y me dispuse ir a la habitación en busca de mi billetera y las llaves de auto.
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La Embarraste Payne, está embarazada
ФанфикÉl, una estrella. Un adolescente que comenzaba a ser hombre. En la cima de su carrera. Con el mundo a sus pies. A veces la vida te tiene sorpresas. Sorpresas que nunca esperas. Para bien, para mal todas son sorpresas. Nadie nace preparado. Ni siqu...