Froté mis manos contra mi rostro, tomé un hondo respiro. Coloqué mis manos sosteniendo mi cabeza mientras mis codos descansaban sobre mis piernas.
-¿Sé encuentra bien? -preguntaron a lo que levanté la mirada. Un chico mayor a mí, por lo que deducía parecía de veinticuatro, tenía algo familiar. Tenía los ojos caramelo y el cabello castaño lacio peinado a un costado. Era pálido y bastante alto. Llevaba un traje deportivo blanco, ocultando lo que parecía un uniforme de quirófano bajo este.
-Sí -dije volviendo a colocar mi cuerpo erguido. Estar sentado así en un hospital deba muchas posibilidades de pensar.
-¿Está seguro? Está pálido y luce... enfermo.
-No he descansado bien... últimamente -me miró un tanto confundido.
-¿Entonces qué hace aquí? ¿Algo pasó con algún familiar o conocido? -se me hacía raro que alguien se detuviera a preguntar ello. Pero daba igual.
-No, es... vengo con... -ambos volteamos al sentir su presencia.
-No quise interrumpir -se disculpó al vernos platicando. Caminaba tan ligeramente que nunca sentía cuando se acercaba. Él negó y yo me puse de pie. Nos observó consecutivamente a ambos.
-No solo... quería constatar de que estuviera bien -habló mientras me señalaba. Ella asintió-. ¿Vienen a ver al Dr. Shore? -lo miré extrañado.
-Sí -respondió Christina a mi costado y él chico mostro una cálida sonrisa.
-Oh -dijo comprendiendo-. Felicidades -noté que las mejillas de Christina ardían. Por mi parte respiré hondo.
-Gracias -respondí un tanto incómodo.
-Ya mismo debe de atenderlos -asentí.
-¿Usted trabaja aquí? -preguntó Christina al chico.
-Soy interno, recién acabe mi turno y me retiraba -asentí nuevamente incómodo.
-Peterson -llamó a quien reconocí por Leyla, la secretaria del Dr. Shore. Volteé buscando si había alguien más allí pero...
-Soy yo -habló Christina. Vaya. Ese era su apellido, negué de no habérselo preguntado antes.
-Bueno, no los entretengo más. Suerte -nos dijo el muchacho. Christina le sonrió y yo asentí. Volteó hacía donde quien había llamado hace unos instantes.
-Adiós Leyla -se despidió él antes de voltear de nuevo y caminar por el pasillo. Desapareció al virar.
Caminamos hacía Leyla quien sostenía una carpeta hasta unos pocos metros de nosotros.
-Veo que conocieron a Erick -nos dijo al momento que estuvimos cerca de ella.
-¿Quién? -pregunté extrañado.
-El muchacho que salió, el hijo del Sr. Shore -entonces por eso se me hacía familiar.
-¿Es su hijo? -preguntó Christina. Leyla asintió antes de voltear y conducirnos al consultorio. Abrió la puerta y nos pidió que pasáramos.
El sitio no había cambiado, aún tenía aquel sentimiento de querer huir al ver la marca de pañales de un letrero en la pared.
-Oh, mira. ¿Cómo han estado? -preguntó el Dr. Shore al vernos allí. Intenté saludar pero me estrujó en un abrazo se separó e hizo lo mismo con ella.
-Son Christina y...
-Liam -completé a Leyla. Ella me sonrió en disculpa por no recordarlo.
-Claro que recuerdo sus rostros, bueno, no sus nombres -nos sonrió. Era extraño -. Tomen asiento -nos invitó. Lo hicimos al tiempo que Leyla dejaba la carpeta y salía dejándonos a los tres. Él, comenzó a revisar lo que había en ella.
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La Embarraste Payne, está embarazada
Fiksi PenggemarÉl, una estrella. Un adolescente que comenzaba a ser hombre. En la cima de su carrera. Con el mundo a sus pies. A veces la vida te tiene sorpresas. Sorpresas que nunca esperas. Para bien, para mal todas son sorpresas. Nadie nace preparado. Ni siqu...