Solté un hondo respiro.
Debía de hacerlo.
No estaba bien. No era correcto. No y... no.
Froté mi rostro con las manos antes de ponerme de pie. Recogí los platos que había utilizado para desayunar y los deje en el lavavajillas. Caminé queriendo salir de la cocina rumbo a mi habitación. Y de allí, lejos de la casa. Al momento en que pasé frente al vitral que deba a la piscina, mi estómago ardió.
Sabía porque era. Y que no estaba bien, era algo que también sabía.
El momento en que mis ojos visualizaron la caseta de jardinería al extremo de la piscina, los recuerdos me inundaron.
Harry y Christina.
Sentía un nudo en el estómago al pensar en eso, en recordar.
Desde hace como media semana, el domingo pasado, cargaba ese feo ardor en el estómago. Luego de haberlos encontrado en la cocina, en su <<amistosa>> charla. Me sonrieron al momento en que se dieron cuenta, que fue cinco minutos después de un silencio en el que no se dejaba de ver directamente a los ojos, que estaba allí, pero eso no fue lo que me enojo. No, claro que en parte eso no era. Era el hecho que después, como si nada, siguieron platicando. Increíble, ¿no?
Estaba parado a menos de cinco metros de ellos, pero, como si fuese parte de la decoración de la cocina, me ignoraron. Y eso no acaba allí. Toda la tarde la pasaron conversando, riendo y hubo varias, pero varias veces en que Harry se acercó a ella. Si no le susurraba algo al oído, si no le pedía que le acompañara dentro de la casa, si no se sentaba a su lado. O la mejor parte de ello, cuando mientras tenía a Niall masticando cerca de mi oído mientras Perrie contaba chistes, es una chica increíble pero en serio debía de dejar de hacerle caso a Paul con su gran manual de chistes no tan actualizados.
¿Qué paso cuando el CPU le preguntó al toca discos por su vinilo?
Realmente, no era la mejor en ello.
Pero el hecho era que mientras yo estaba sentado en la mesa bajo el parasol, cerca de la entrada de la casa por la cocina, con casi todos los invitados. Ella y Harry caminaban alrededor de la piscina riendo y conversando. Hasta que se detuvieron al lado de la caseta de jardinería. Difícilmente podía verlos, pero que prácticamente haya utilizado mis manos como visores ayudo a que notará que Harry recogía algo del piso, que no sé qué fue, y se lo diera. Después que ella le sonriera y tomara lo que sea que fuere noté que Harry colocó las manos en los bolsillos y le sonrió. Ella le hablaba, sin dejar de ver lo que sea que sea que llevará en la mano, y él le sonría... como sí... como...
No entendía lo que me pasaba. Pero que cada vez que recordaba eso o escuchaba que Harry llamaba, lo hacía al menos una vez al día y lo sabía porque Amber prácticamente gritaba su nombre tan eufóricamente, feliz, al contestarle el teléfono, cuando yo estaba presente, que no era más de la tercera parte del día, no sabía que ocurría en las otras dos, sentía esa fea sensación en la boca del estómago. Y... no estaba bien.
Podía sentir ese ardor en el estómago cada vez que recordaba lo que había pasado, que veía a la piscina, que escuchaba que Harry llamaba, pero, en el instante en que Christina estaba frente a mí. Mis manos sudaban, e instantáneamente sonreía.
En especial, con su...
Hola Liam, ¿qué tal te fue hoy?
Que decía cada vez que llegaba en la noche. No sabía si era simple cortesía o... o yo no sé. Lo único que era seguro, era que me hacía sentir un calor en el centro del pecho y por muy tonto que suene... siempre trataba de decir algo para impresionarla.
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La Embarraste Payne, está embarazada
FanfictionÉl, una estrella. Un adolescente que comenzaba a ser hombre. En la cima de su carrera. Con el mundo a sus pies. A veces la vida te tiene sorpresas. Sorpresas que nunca esperas. Para bien, para mal todas son sorpresas. Nadie nace preparado. Ni siqu...