Familia

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Semanas después

Veía varios adornos de distintos colores colgar en cada puerta, cada ventana, cada escritorio. El aire era alegre, festivo. Impregnado de un tono rojo y verde por doquier. Incluso melodías de dominio público se hacían presentes. El sonido de cascabeles, la expectación en el aire. Y todo se debía a una fecha en especial que se acercaba.

Navidad.

Una época hermosa en el año. Un fecha especial para pasarla... en familia.

Familia.

Mi familia.

Pasé una mano por mi cabello. Recosté mi cabeza sobre mis manos, que mis brazos estaban recostados sobre mis piernas. Mientras recordaba la llamada de mi madre a tan solo unos minutos atrás.

 -... ya sabes cómo es tú padre –soltó una risa haciendo que algo en mi interior se moviera al recordar lo melodiosa que era.

- Sí, lo sé –dije mientras sonreía. Durante unos segundos se instaló un silencio-. Lamento no haber llamado antes –me disculpé.

-Tranquilo, lo entiendo. Ser un cantante famoso es como cualquier trabajo. Y sé que tienes que hacer sacrificios para lograr lo mejor. Por lo que estoy muy orgullosa de ti –una mujer maravillosa-. Aunque...

 -¿Qué sucede? –pregunté al notar que su tono de voz había cambiado-. ¿Pasa algo? –insistí-. ¿Necesitan algo? ¿Están todos bien?

 -Es que... es...

 -Mamá –escuché que tomó aire.

 -Es solo que te extrañamos, cariño. Queríamos verte –me sentí mal al escuchar a mi madre pedirme eso-. La última vez que estuvimos juntos fue hace meses, en junio. Ni siquiera en tú cumpleaños pudimos verte y... y...

 -Lo lamento tanto. La gira, el disco, los chicos y...

 -Lo entiendo, tranquilo cielo. Solo, solo que a veces necesito ver a mi pequeño para saber que está bien.

 -Lo estoy, mamá –escuché un suspiro.

 -Entonces ven esta navidad, a casa. Necesitamos verte. Tus hermanas estarán, tú padre quiere verte también. Liam, por favor –un nudo se formó ante esa suplica. Nunca, pero nunca debería de pedir algo así. Yo era su hijo pero actuaba como un extraño-. Haré el pastel que tanto te gusta, las galletas de chispas de chocolate. Incluso serás quien ponga la estrella en el árbol.

 -Mamá... –pude notar cierto nerviosismo. Esperando que dijera lo que no quería escuchar-. Sabes que no tienes que chantajearme para que vaya a verlos. Ustedes son mi familia.

 -¿Eso significa que vendrás a casa en Navidad?

Y ya le había dado una respuesta. Una respuesta que implicaba varias complicaciones, por así decir. Si iba a Wolverhamptom significaba que no estaría en Londres, y ella estaría en Londres. Esa era la primera opción, bueno ni siquiera contaba como opción ya que implicar que yo estaría en otra ciudad, estaría lejos y yo no iba a estar lejos de ella. Para nada.

 Una segunda opción era, lamentablemente, romper mi palabra a mi madre. Lo cual era como romperle el corazón al no llegar en Navidad a casa. Sería dejarle con las galletas de chispas de chocolate en el horno mientras llamaba inventando cualquier tontería disculpándome. Lo cual me hacía sentir como el peor hijo, lo era. Pero era difícil.

La Embarraste Payne, está embarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora