Estoy... contigo

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Una parte en mí, estaba decepcionado. No podía creer que habían dicho que estarían dispuestos a... ellos...

Golpeé el vaso con agua que estaba bebiendo contra el lavabo. Había salido a correr desde temprano.  Intenté despejarme pero fue imposible, al igual que toda la noche anterior. O mejor dicho madrugada. No pude dormir, pero tampoco fue mucho lo que podía haber dormido. Cuando recosté mi cabeza sobre la almohada tratando de dormir eran 4 a.m. y hasta dar vueltas. El sol salió.

Por lo que decidí salir a correr.

Sentí un fuerte dolor de cabeza y precisamente no era por no dormir. Era... esa sensación cuando las personas en quienes confías te abandonan. Como cuando tú eres capaz de hacer todo por ellos y ellos... no están. Hasta ahora podía ver las caras de Louis, de Zayn, Niall y... Harry. Las palabras de Paul: estarás solo.

No tenía a nadie yo... no podía creer que le habían dicho a Harry que sí, que juntos y que...

 -Son unos... –contuve mis palabras. No sabía si el enojo que sentía era por ellos, por dejarme solo con esto. O porque yo fui un irresponsable. Y me di cuenta que era lo segundo.

Porque para que ella acabará embarazada, quien intercedió fui solo yo. Yo fui quien la besó, quien la llevó al taxi, quién la llevó al ascensor, quién abrió la puerta, quien la acostó en la cama, quién la desvistió, quién...

Fui yo.

Ellos no tuvieron nada que ver. Fui yo, quien me metí en este problema. ¿Era un problema? Bueno... un bebé, es...

Un sonido me desconcentró. Una puerta abrirse.

Pasé saliva al saber que esa puerta de seguro era la de la habitación de huéspedes. La habitación en dónde ella estaba.

Traté de pensar en que poder hacer, planeé hacerlo después de dormir, un poco descansado y coherente  pero... como no dormí.

Necesitaba hacer algo, pero no sabía que. Era como un niño pequeño, aunque claro a mis veinte años recién cumplidos se supone que soy todo un hombre, pero me sentía como un niño cinco años que quiere que sus padres lo...

Mis padres.

Oh, debía de decirles, debía de... ¿de pedirles ayuda? Ellos han tenido tres hijos por lo que tenían experiencia con esto. Sabrían que hacer, ¿pero cómo reaccionarían? ¿Decepción? ¿Alegría? Si claro, su hijo menor el primero en darles un nieto. De seguro me querrían matar o...

Escuché como tocaron la puerta de la cocina. Levanté mi mirada extrañado y me tensé.

 -¿Puedo pasar? –estaba seguro que hubiera virado mi cabeza buscando si no le hablaba a alguien más, pero como recordé que solo estaba yo en la cocina. Asentí extrañado a verla lentamente pasar.

Noté como sus manos temblaban y cómo daba cada paso temiendo que el suelo se rompiera.

Sabía que en parte era que se sentía incómoda o quizás algo más ya que no me miraba a los ojos.

 -¿Tienes hambre? –fue lo que pregunté. Logré que levantara su mirada. Sus ojos café oscuro tirando a negro estaban opacos. No tenían brillo.

Intentó hablar para responder pero su estómago lo hizo por ella. Esto hizo que se ruborizará.

 -Siéntate, te prepararé algo –ella observó el desayunador y se colocó en él. Dudo antes de hacerlo.

Tuve suerte de encontrar café instantáneo, una lata de fruta sé que no es lo mejor pero ayer llegaba de gira por lo que mi refrigerador estaba vacío y un paquete de galletas de dulce. No tenía más.

La Embarraste Payne, está embarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora