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"Yerin, alegría."


—¿Mejor? —asintió apenada.

—Lamento molestarte... con mis tontos problemas. —negué para abrazarle.

—Primero, no son para nada tontos, y segundo, no me molestas en lo absoluto Yuna.

—Unnie... —sobo su nariz— dime, ¿qué te ocurrió a ti?

Pero me negué a responder con honestidad.

—Yewon. —suspiré resignada para poder contarle desde un principio. Sus ojos me observaron con ternura cuando calle— ¿Estás bien con eso? —me encogí de hombros.

—No lo sé. No estoy segura.

—¿Qué te enoja realmente? —le mire confusa— Unnie, dejá de engañarte, ¿él te gusta, realmente?

—Yo, no es como si... —Yuju alzó una ceja, burlándose de mis dudas, entonces me rendi para sonreír.

—Volviste hace dos años y le conociste antes de que él se diera cuenta.

—"Casi" dos años. —aclaré.

—Aun así, —rió levemente— contesta. Nunca has hablado con él, claro, hasta hace poco.

—Creo, no lo se...

—Unnie, yo creo que... —su celular le interrumpió, con una disculpa en sus ojos atendió— ¿Ah? —le miré con atención por su tono de voz— Si, está bien. —volvio a verme— Ya salgo...




—¿Dónde rayos se metió? —susurre, verdaderamente angustiado.

Me encontré a mí mismo, buscandole por todos los lugares posibles, en medio de una incógnita; hasta que choque con alguien.

—Lo siento... oh Sinb. —sonreí inconscientemente al ver a la pelirosada.

—Hola, Hoseok. —y hasta aquí llego mí sonrisa.

—Ashh, deja de llamarme así.

—¿Y cómo deberia?

—Jhope. —observe la mueca de desagrado en su rostro para replicar confundido— ¿Qué?

—No me agrada.

—¿Por qué? ¡Es lindo! —negó sin una pizca de remordimiento— ¿Y cómo me llamaras?

—Hoseok. —se inclino de hombros restandole importancia.

—Ashh, me rindo, contigo no se puede. —reímos juntos, al compás— Me alegra que rías.

—¿Mhm?

—Lamento lo de mi primo.

—Tsk, ¿debías recordarme que eres familia de ese ratón?

Reí— Yuju me dijo que no se llevan muy bien.

—No pensé que estaríamos en el mismo curso. —destilaba molestia.

—Solo pasaron un par de horas, dale tiempo para adaptarse.

—¿Yo? no es como si fuera a ser su amiga. —le note indignada, y aquello me causaba mayor ternura.

—Por favor, Eunbi. —alzó una ceja ante mí suplica— Acércate a él, intenta ser su amiga, realmente necesita amigos.

—Pues con esa actitud no conseguirá ninguno, es más, ni siquiera logró entender como Tae es su amigo.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora