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—Tengo algo que contarles. —comentó Nam luego de una amena conversación.

—¿¡A quién embarazaste!? —preguntó con ojos aterrados nuestro inocente Hobi.

Recibiendo como respuesta un claro golpe por parte de Namjoon y muchas risas provenir de nuestra parte, la única en mantenerse completamente al margen fue SoJung.

—Idiota. —refutó el más alto.

—¿Seguro hyung? —cuestionó Jimin con burla.

—¡Que no! —y volvimos a reír por la vergüenza que invadió sus mejillas.

—Ya Nam, —pose mi mano sobre su hombro— dinos que ocurre. —sonreí.

Aprecie la duda en sus ojos por un corto fragmento de segundos, pero finalmente sonrió para tomar la mano de So Jung.

—¿Qué...? —Jimin abrió sus ojos a más no poder, realmente sorprendido.

—¿¡Hablan en serio!? —exclamó Hoseok con evidente entusiasmó.

—Claro que si. Les presentó a Kim So Jung, —sonrió para verla— mi novia.

Los chicos no dudaron en ir con una sonrisa en sus rostros para felicitarlos.

Poco a poco comencé alejar mi mano del hombro de Namjoon. Ellos abrazaron al mayor felicitandolo por la buena noticia.

Mientas tanto, los miserables de mis propios ojos se posaron sobre ella. Una niña completamente sonrojada y apenada, con una sonrisa incómoda y mirada esquiva.

Los más jóvenes tampoco dudaron en saludarla para posteriormente abrazarla de igual modo.

—Hyung, ¿no dirás nada? —volví mis ojos hacia Namjoon, y sonreí ampliamente.

—Felicidades amigo. —toque su hombro, este me devolvió la sonrisa para abrazarme con gratitud.

—Gracias, realmente estoy muy contento. —correspondi al abrazó, y volvi a verla, tan efímera.

—Igual yo... —susurre.

•••••••••

—A esto se le llama montaña rusa. —mencionó.

—Se lo que es.

—Ashh, puedes ser tan desagradable a veces. —sonrió para tomar asiento a mi lado en el juego, por lo que la mire de soslayo.

Aprecie la nuca de Tae frente nuestro, sentado a la par de una Yuna completamente inquieta, y no me resulto para nada extraño. Después de todo, él siempre la quiso y creó fielmente que aún lo sigue haciendo.

Yerin por su parte, se encontraba dos asientos más adelante que ellos, acompañada por un chico de estatura alta y sonrisa gatuna, ambos reían a la par.

—Supongo que tu amiga es muy didáctica.

—¿¡Ahh!? —al caer en cuenta de mis palabras se forzó a ver más haya de lo que las cabezas del juego se lo permitían— ¡Rinnie ni se te ocurra! —elevo el gritó más grave que alguna vez recuerde haber oído en esta corta vida.

Eunbie, ella solía gritar de una manera tan sutil, dulce y kawai, todo de ella era simplemente cute... tanto que resultaba casi imposible dejar de sonreír al oírla, porque era verdaderamente adorable.

Sonreí entristecido.

—¡Dejá de gritar! —fue bastante irónico de su parte, ya que su gritó claramente fue mucho mucho más fuerte— ¡Nada de coqueteos! —recriminó con su dedo fijo— ¡Niño que ni se te ocurra! —para cerrar su puño y generar un vaivén en el aire.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora