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—¿Estás bien? —el más alto musito un simple "mhm" desganado— Yoongi, te estoy hablando. Tsk... —se dejo caer a su costado— eres tan mal mentiroso.

Este volteó para poder ver su rostro con atención, encontrando sus párpados cerrados y su pequeña espalda apoyada completamente sobre el tronco de aquel árbol.

—Soy demasiado cute para ti verdad.

—Tsk, no seria correcto auto decirlo. —negó con una sonrisa en sus finos labios— Niña tonta.

—Me alegra mucho. —sonrio, acaparando su atención— Me alegra ver a oppa sonreír~.

Dicho aquello, el corazón del mayor comenzó a sentirse completamente fuera de lugar, una sensación indescriptible, una emoción que vibró de tal modo que le indujo al pánico.

—¿Estás preocuapada por algo últimamente? —por lo que decidió simplemente, hacer lo que mejor conoce al respecto de sus propias emociones desconocidas a las cuales no logra manejar como desearía, ignorarlas.

Asintió— Algo asi... oppa, ¿es realmente dificil auto perdonarse? —los ojos del mayor eran completamentes ambiguos para con dicha pregunta— Digo, ¿puedes vivir con aquella grieta por siempre? —fruncio su ceño preocuada al pensar en su nuevo y querido amigo castaño— ya sabes, con aquel interminable dolor y simplemente ignorarlo como si no pasara nada a tu alrededor. Aunque por dentro te estes muriendo, ¿por qué somos asi? Adoptamos patrones nocivos.

—Porque es más sencillo. —luego de una gran pausa de su silencio, de analizar a su pregunta y relacionarla con Jimin e incluso, consigo mismo— Nuestra mente nos engaña porque es mas fácil, es mucho mejor que vivir con una verdad opresora. Entonces tu sola existencia se vuelve más sobrellevadera.

—No lo creo. —el pálido volteo a verla, sus ojos demuestran determinación— No puedo creerlo, si acepto eso, estaría limitandome a creer que estamos destinados a vivir en una simple e inquebrantable agonía. —negó — Entonces no puedo aceptarlo.

Fruncio el ceño— ¿Crees en los finales felices?

—Lo hago, porque se que todos tenemos la capacidad de volvernos a levantar.

—Quizás no todos. —ambos guardaron silencio para verse mutuamente por unos segundos que parecieran volverse irracionales, en donde todo el restose perdia a su alrededor. Claro, hasta que el cobarde decidió escapar de dicha conexión— Quitar la venda para ver la realidad, sólo se trata de eso, una realidad sin algún tipo de anestesia. Y nadie se encuentra preparado para esa cruda verdad.

—El auto engaño puede parecerte un cálido refugio, —negó— pero solo se trata de la verdadera cruda cárcel. Oppa, yo no creó en la mentira del fuerte. ¿Sabes? —relamio sus labios antes de continuar— para mi, mienten aquellos que se creen vulnerables. Porque la mentira es un simple recurso de los temerosos.

No creemos en la magia con tanta facilidad. Pero esta se siente por medio de aquel par de ojos desbordantes de un brillo único e inigualable. Sentimos magia con tan solo apreciar su bello color, entonces, ¿esto es la magia?

—¡Umjie!

—Voy~. —sonrio al ver a su amiga para ponerse en pie— Adiós oppa. —y despidiendose de su pelinegro favorito se alejo del árbol compartido, dejando a este con un corazón alborotado.




—Jungkook... —los ojos de la pelirubia se abrieron al distinguirlo mientras caminaba directamente hacia su misma ubicación, este le brindo una leve y sarcástica sonrisa, la misma que generó cierta corriente eléctrica dentro de ella.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora