063

101 15 8
                                    

—¿Sabes dónde esta Yerin? —la chica negó— Disculpa, ¿viste a Yerin?

—Lo siento. —su compañera de clases avanzó dejando a un Taehyung verdaderamente preocupado.

Cabizbajo y pensativo, no pudo sacarse durante toda la noche la imágen de su amiga triste.

Inclusive esta mañana que chocó con ella al ingresar al instituto, se acercó para saludar pero fue bastante cortante con él, en las primeras clases la miró sin disimular, realmente deseaba que volteara pero no hubo caso, hasta armo un avioncito que arrojó hacia su pupitre cuando el profesor no estaba prestando atención, ella lo vió e incluso lo leyó pero simplemente lo guardó debajo de este sin siquiera voltear. No le fue muy difícil sentir la mirada fulminante de Sinb durante toda lo que restaba de la asignatura y apenas la clase dio por terminada, fue ella quien tomando la mano de la pelinegra no dudo en sacarla rápidamente del aula y pribarlo asi de su presencia.

—Tae... —sintio una mano posarse sobre su hombro, levantó la mirada encontrandose con una sonrisa que pronto se transformó en una mueca de preocuapacion— ¿Qué ocurre?, ¿Estás bien?

Negó para ser guiado por su amiga, ambos terminaron por sentarse cerca del jardín en donde comenzó a platicar sobre lo que le agobiaba.

—Ya veo...

—¿Qué piensas?, ¿a caso hice algo malo?

—Tae, llevó tiempo queriendo preguntarte esto... —volteo a verlo— ¿Qué sientes por Yerinie unnie?

—¿Eh? Sabes que la aprecio mucho, es una gran amiga.

Negó— Se honesto. ¿Realmente la ves como una simple amiga? Sabes —sonrió— hace mucho que no veo tu sonrisa y esta preocupación tan latente por alguien más que no sea Jungkook, tú hermano o tus hyung's.

Aquella afirmación dejó pensando al contrario, era cierto, porque la menor se hizo apreciar mucho en tan poco tiempo, pero solo era afecto. Solo eso podia ser.

Volteó nuevamente a ver a su bella amiga de tantos años.

Después de todo, la única que había cautivado a su desdichado corazón era Yuna, su Yuna.

¿Verdad?

••••

—¡A la derecha!

—¡Yoongi!

—¡Tú puedes!

El mencionado tomó el balón para correr por la izquierda y zizaguear entre aquellos pilares más altos que él, se adelantó directamente hacia el aro, a un paso de este la imágen de aquella tierna niña con sus ojos cerrados y su rostro recostado sobre el pupitre regresaban a su mente.

—¡Yoongi! ¿qué demonios haces? —dicho grito logro regresarlo en sí, logró esquivar al que estaba a punto de taclearlo para apoderarse del balón a su derecha, y picando nuevamente el balón, pasándolo a su compañero.

Al posicionarse nuevamente para seguirles el ritmo, la sonrisa de aquella pequeña volvía a reaparecer, era ella nuevamente en su mente.

"¿Por qué carajos?" se cuestionaba.

Yoongi se apoderó del balón una vez más y sin perder más tiempo se adelantó nuevamente, se posicionó frente a la cesta y pego el salto, encestando sin problema, los gritos inundaron el campo de baloncesto, sus compañeros celebrando la victoria del partido a un solo grito y abrazo grupal. Pero en el campo visual del pelinegro se distinguió aquella cabellera castaña.

¿Era ella?, ¿realmente habia ido a verlo?

—Yoongi, —sintio el peso de su colega encima de él— vamos a las regaderas ¡hermano! —reia para avanzar junto a los demás.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora