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Ingresé demasiado contenta al estudio para poder finalizar todas las seciones pendientes, lo único raro a mi parecer, resultó ser la ausencia de oppa dentro de estas.

—¡Unnie~! —sonrió levemente Yuqi.

—Hola pequeña. —correspondi a su sonrisa— ¿Cómo fue tu cita?

—No quiero hablar de eso... —se sonrojo, por lo cual reí.

La puerta se abrió dejando ver a una Jihyo realmente preocupada.

—¿Qué ocurre?

—Jin, oppa... —no pude contenerme, por lo que me levanté con prontitud para correr hacia el despacho de Irene.

En frente de la puerta, ingresé al mismo sin pena alguna, recibiendo una mueca de desagrado por su parte, quien rodo los ojos irritada. Restándole importancia, mis ojos se concentraron en la nuca del castaño, sentado frente a ella, y me acerque ante la figura de su espalda.

—Oppa... —pose la mano sobre su hombro para obligarlo a voltear, aprecie su labio, el cual se encontraba partido y levemente morado.

—So Jung, ¿no sabes tocar? —reprendió con la singular ironía y despreció Irene.

—¿Qué fue lo... —un fuerte nudo se apodero de mi garganta— que te pasó? —mis ojos comenzaron aguar, y mi visión a empeñarse en cuanto el se forozo en esquivarme la mirada— Jin, háblame... por favor... ¡Seok Jin!

••••••

—Dejame decirte una sola cosa. —sonrió— La vida es injusta la mayor parte del tiempo, no vale la pena guardar rencores y callar sentimientos. No prometas nada cuando estás feliz, no respondas si estás enojado y no decidas nada cuando te encuentres triste. —palmeo mi espalda con suavidad— Se fuerte, ¿bien pequeño?

Una sonrisa se apodero de mis labios al pensar en ella.

¿Quién es realmente Kim Ye Won?

—Perdona... —volteé para ver a esa muchacha sobre el suelo, mientras el chico que la chocó desprevenidamente se apresuraba en reverenciar y solo avanzar.

No te metas Jimin. No lo hagas. —me reprendi mentalmente más de una vez.

—¿Jimin? —aprecie el susurro de su voz. Y es que ahi me encontraba yo, estirando la mano para ayudarle a ponerse de pie— Gracias. —sonrió levemente para esquivarme la mirada.

—¿Te encuentras bien? —asintió, y una vez estuve seguro de su condición, me encontraba dispuesto a voltear para irme.

—¡Espera! —senti su mano sobre el borde mi buzo. Volteé a verla, y esta se apeno completamente.

••••••

—Namjoon debemos reagendar la cita del miércoles.

—Si, creo que... —la puerta del estudio se abrió repentinamente, dejando al descubierto el rostro sonrosado y levemente hinchado de una So Jung totalmente, destruida.

—¿Qué esta...? —interrumpi a mi compañero para ponerme de pie y salir detrás de ella.

Observé su delegada espalda encamonarse delante de mi, hasta llegar fuera del estudio.

—Amor, ¿puedes decirme qué ocurre? —me preocupe con tan sólo tener que ver la palidez de su semblante y una mirada fija sobre sus ojos, inexplicable para mi.

La misma mirada, el mismo brillo en sus ojos que aprecie una sola vez. Cuando Eunbi partió.

—¿En serio? —su timbre depende de un hilo, al borde del quiebre— ¿en qué piensas Namjoon? —su voz dolía tan profundo, tan solo oírla podría derribar al hombre más fuerte.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora