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Estos dos últimos días transcurrieron de un modo extraño, por un lado Jungkook fue suspendido y por el otro...

—¿Qué le ocurre a hyung? —preguntó Tae, a lo que Jimin solamente pudo negar con un semblante de tristeza.

... Hoseok se encuentra sumamente extraño. Últimamente merodea por los alrededores mucho más aislado que de costumbre, y no es nada típico de él.

La campana sonó, y la hora de receso dio por finalizada.

—¿Vamos Yuju? —volvi a verlo, Tae sonreía al verme. Devolví el gesto, pero mis ojos se enfocaron solo en él. Jimin.

El mayor se alejó con prontitud de nuestro lado, apartando su mirada.

—¿Estás bien? —asentí para poder seguirlo, pero mi cabeza sigue marchando.

Jimin y Hoseok me preocupan, e inclusive Jungkook lo hace.

—Todavia me pregunto que pasó con Kookie. —susurro un telepata y pensativo Taehyung para ingresar al salón. Sino lo conociera diría que es brujo, en fin, solo tengo algo en claro.

Esta tarde hablaré con Jin oppa.

Me sente sobre mi banco cuando aprecie la contagiosa y escandalosa risa de Yerin junto a su compañera de banco, adelante de ella.

Sinb por su parte se encontraba sumamente ida, en su rostro apreció el reflejo del cansancio y la evidente preocupación.

Tae observó el asiento de su costado, vacío. La ausencia de Kook era notoria para todos.

—Tae Tae, —este elevo su mirada rediriguendola a su banco— buenos días. —una sonriente Yerin le dedicó una de sus mejores sonrisas, formando también una en el contrario.

No pude evitar sonreír ante aquella dulce escena escolar.

••••••

—Unnie, hoy te ves radiante. —sonrió la pequeña Yuqi, por lo cual me apodere de sus mejillas.

Ambas comenzamos a jugar y reímos compinches a la par.

—Ahg, ¿ya no me invitan? Eso es algo triste. —una Jihyo se acercaba a nosotras desde atrás, esta finjia indignación al vernos.

Ambas nos dedicamos una cómplice mirada para a cortar la distancia y abrazarla a más no poder. Indudablemente, muchas más risas inundaron el ambiente hasta ingresar a nuestra oficina.

La puerta no tardo en abrirse detrás  nuestro, permitiendonos ver el conocido, delicado y temido rostro de Irene, y a su lado un semblante amigo, Jin.

Mi sonrisa no se despegó de mis labios, ni siquiera por la mala actitud de Irene. No dejaria que nada ni nadie arrebatara esta alegría que me embriaga.

—Dejemos de jugar y empecemos a trabajar. —sentencio con su típica mirada seria para acercarse, tomar los archivos del escritorio y respectivamente salir del salón. Detrás suyo tuvo que salir Jihyo, brindándonos una sonrisa.

Yuqi suspiró asustada para correr hacia el equipo de sonido, alejándose de nosotros, y valla que la entiendo ya que últimamente se encuentra bajo mucha presión.

—Yuqi se está esforzando, lo hará bien. —comento Jin para animarme. Asentí sonriente ante el par de ojos que me observan con intriga— ¿A qué se debe está actitud tan positivista? —rei ante el comentario.

—Estoy feliz y decidí que nadie me arrebatará está alegria~.

—Ver a Yuju te hizo bien.

—Estoy pensando pasar por ella así merendamos juntas, ¿qué piensas?

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora