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"Yoongi, resignación."





Bajé a desayunar, observé que todos ya se encontraban sentados en la mesa.

—Buenos días Yoongi. —sonrió Hoseok.

—Pensé que tal vez... seria Kookie. —comentó entristecido Seok, extendiendo el último platillo del desayuno.

—Buenos días hyung. —saludo Jimin desanimado.

—Mhm. —respondí somnoliento, para sentarme en la mesa junto a ellos— ¿Aún no baja? —cuestione tomando mis palillos, ellos negaron.

—¿Debería intentar? —preguntó preocupado Jimin.

—Me parece una buena idea. —Seok sonrió, intentando vanamente animarlo.

—¡Fighting pequeño! —exclamó Hoseok, sonriente. Entonces Jimin se levantó de la silla, para salir del comedor.

—¿Por cuánto tiempo más se comportará de este modo? —cuestionó entristecido hyung.

—Deberíamos darle su espacio. —suspiró Hoseok. Por mi parte, solo comí en silencio mi ración.

—Deberías comer más verdura Yoongi. —reprendió Seok, poniendo más vegetales en el maldito plato.

—Oh, ese es nuestro hyung. —sonrió Hoseok metiendo una bocanada de pescado en su boca.

—Tú igual. —reprochó, para llenar su boca de dichos vegetales, mientras este se ahogaba, ocasionando un ambiente más animado entre ambos.

Son las doce pm, es algo tarde, debí levantarme más temprano, mierda.

—Tranquilo, —sonrió— hoy tu horario es por la tarde, llegarás a tiempo. —Seok tomó asiento nuevamente para comer.

—Oh~ hyung eres increíble, incluso sabés su horario.

—También conozco el tuyo, asi que apresurate y come. Tienes que ir al club de danza con Jimin y Kookie. —aseguro llevando un bocado a su propia boca.

—Oh cierto, lo había olvidado. —Hoseok soltó una entorpecida risa y acató a la orden.

—¿Él también irá? —cuestione alzando una ceja.

Hace un par de años que lo dejó, para ser preciso, tres años.

Ambos guardaron silencio. Genial, la cague.

—Lo suponía. —mastique la comida sin más.

—Yoongi, él puede ir esta vez. —trato de sonreír, animando y creando falsas ilusiones en hyung.

—Eso es cierto, no hay que perder las esperanzas, ¿verdad Hope?

—¡Claro! —exclamo con gran énfasis, cuando me encontraba a punto de refutar, fui interrumpido.

—Perdón hyungs. —cabizbajo, Jimin ingreso al comedor.

—¿Dijo que no? —indago Hoseok.

—¿Al menos vendrá a desayunar? —frunció el ceño el mayor. Jimin negó cabizbajo.

—Lo siento. —susurro apenado.

—No es tú culpa. —le animó Hoseok.

—Ese niño... —el timbre de Seok sonaba dolido, preocupado.

—Puedo llevarle su comida, quizás... —decidí interrumpirle.

—Ven a comer a Jimin.

—Pero...

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora