El viernes llegó. Obviamente hablé con las chicas de esto.
—¿Estás segura? —una Yerin preocupada se encontraba a mi lado.
—Solo iremos ayudarlo, lo pondremos al corriente, y —sonreí— nos prepararemos para el trabajo práctico. —la más baja sonrío— Ahora, dime algo Rinnie.
—Sip, ¿qué ocurre? —abrió una latita de cola para darle un sorbo.
—¿Te gusta Taehyung? —ni más, ni menos, se ahogó con el gas, escupiendo en gran manera. Me apresure en palmear su espalda sonriendo por su nerviosismo— ¿Estás bien? —asintió.
—Yuju, ¿qué cosas dices? —se forzaba a respirar correctamente.
—¿Qué hay de Jinjin entonces?
—Tsk. —seco su mentón con el pliegue de su mano para sonreir y negar— No responderé nada. —se adelantó rápidamente— ¡Tengo derecho a guardar silencio! —sonreí para negar.
—Eres una cosa... —mi celular me interrumpió, con una sonrisa atendi— Unnie~.
—¿Cuándo planeabas decírmelo? —se le oía un poco molesta.
—Lo siento, no me di cuenta. —sabia muy bien que no me iba escapar de esta conversación, aunque rezaba que se le olvidará.
—Viste su foto, ¿cómo no puedes darte cuenta? —respondió ofendida.
—Él esta mucho más guapo que hace tres años, realmente me sorprendió también.
—Me estás engañando. —la campana sonó— ¡No me cuelgues...!
—Te quiero unnie. ¡Adiós! —corte la llamada agradecida por estar en horas de clase.
La realidad es que no lo reconocí cuando vi su foto por primera vez, pero al volver a Seúl, y ver la foto nuevamente, creo que dude un poco... pero no vi el momento exacto para decírselo a Umji unnie.
Mi mirada chocó con aquel chico de cabello castaño, sentado en el césped con sus auriculares puestos y escribiendo en un libro.
—Jiminie...
—Eres todo lo que tengo Yuju, eres mi amiga, mi oído, mi abrazo más seguro, eres mi todo. —acaricio mi mejilla— Te quiero tanto. —solo para terminar de besar mi frente.******
Tú gran error fue tratar siempre de convencerme con palabras dulces y nunca con hechos reales. Mi gran error, fue siempre, dejarme endulzar con tus lindas palabras y hermosas mejillas.
Ambos nos equivocamos... pero, creo que solo uno sufre verdaderamente por ello.
••••••
Llame al mayor en cuanto lo vi, este volteó a verme para detenerse.
—Nam. —sonrió— ¿Cómo vas con el nuevo grupo?
—Bien, igual no quiero hablar de ello ahora.
—Mhm. —asintió— ¿Entonces?
—Vamos por un café. —golpee levemente su brazo, adelantandome.
Una vez en la mesa cada uno con su café, él fue quien decidió hablar.
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¡No soy ella!
FanfictionDicen que no hay mal que por bien no venga, pero a veces nos rompemos la cabeza pensando cuál será el bien después de haber perdido algo que era muy importante y valioso para nosotros. -¿Qué derecho tienes para compararme? -No te comparo con ella...