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"Sinb, valentía."



—¿Estamos listas? —preguntó Yerin con una sonrisa amplia entre sus labios.

—No quiero ir. —por su parte, Sinb se quejaba para recostar su cuerpo sobre el colchón de su cama, claramente agotada.

—¡Yah! —la azabache no dudo en acercarse hacia su mejor amiga— ¡levántate! —comenzó a tironear de su brazo.

—¡No quiero! —se negó rotundamente, para terminar forcejeando a la par, sonreí al verlas.

—¡Yah! ¡Jung Ye Rin!

—¡Hwang Eun Bi suficiente!

Pero dicha sonrisa, poco a poco comenzaba a disminuir.

¡Jung Eun Bi!

¡Choi Yu Na! andando~.

Vamos, vuelvan en si las dos. Sowonie no dudo en reprendernos para comenzar a reír a la par.

—Bien, pero ¡ya suéltame!

—¡Yeee! —la pelinegra comenzó a ejercer, animadamente, unos cuantos saltitos para dirigirse hacia el ropero de su amiga.

—Yuna, ¿te sientes bien? —el timbre cercano de Sinb me despertó del trance.

—¿Eh? lo siento... —sonreí avergonzada. Pero su semblante se torno aún mucho más serio.

Mientras tanto, Yerin se mantenía en su labor de encontrar la prenda perfecta para la ocasión.

—¿Por qué te fuerzas? —ladeó la cabeza, confundida— Sonreír sinceramente no debería costar nada, al menos... no te obligues.

—¡Yahh! —el agudo grito de la más pálida nos interrumpió— ¡este es! —la mirada de Sinb se dirigió hacia las manos de su amiga para observar dicha prenda.

—¡Oye! —fruncio el ceño al instante— ¡No usare eso! —y entonces ambas volverían a discutir.

Realmente me recuerdan tanto a... nosotras.

¡Vamos chicas! —sonreía para abrazarnos.

Mis buenas amigas.

La nostalgia me invadió repentinamente, como cual torbellino desenfrenado.

"Sonreír sinceramente."

Volví mis ojos sobre ambas, pero mí atención se enfoco de lleno sobre nuestra reciente rubia, quien discutía fervorosamente mientras su rostro refleja lo mamona que puede ser a veces.

—¡Lo usaran y se acabo!

—Ashh... —negaba— no puedo creer que siempre quieras salirte con la...

—Yujuuu~. —por supuesto que está la ignoró para encaminarse hacia mí— Ten, este es el tuyo. —con una tierna sonrisa extendió el conjunto diminuto y a juego de color negro.

No pude evitar sonreír con preocupación.

••••

—Hasta mañana chicas. —las bellas mujeres abrazaron y besaron a Sowonie para luego voltear a saludarme y asi retirarse de la oficina.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora