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—¡Ya basta!

—¿Me acabas de gritar?

—Yoongi, ¿qué ocurre contigo?

—¿Qué ocurre contigo?

Suspiró— Escucha, ¿cuál es el problema de que hable con Tae? es un chico muy lindo.

—Te contagiara su idiotez, no espera, tú a él.

—¡Ashh! Esta bien, de todos modos tenia planeado salir con Sanha hoy por la noche, asi que...

—¿El cachorro de la tienda? —últimamente sale mucho en su compañía.

—Es muy cute, ¿no crees? —sonreía como si fuera que aprecio la imagen de perro pequeño que se porta el rubio.

—¿Te gusta lo cute? —indague sin siquiera poder contenerme, esta asintió dudosa.

—¿A quién no? —no sonreía, pero sus ojos me revivieron a viejos tiempos y nuevamente su sonrisa volvió a reaparecer en mi mente.

Eunbi... mi dulce, pequeña y tierna Eunbie.

—Oppa, —tomó mi brazo para acercarse y ver mejor mi rostro— ¿estás bien? —no me dio tiempo a responder— Ven. —me obligó a seguirla hasta una banca— Te ves cansado, inlcuso tu piel se volvió más palida de lo normal. —un ligero mohin abordo sus labios.

—Estoy bien. —toque mi cabeza, realmente frustrado. El cansancio fisico nose asemeja al mental que esta niña me causa día con día.

—Siempre tan mentiroso. Cuando no te sientes bien sólo dilo, ¿por qué ni siquiera te esmeras en mentir decentemente? —mufo en cuanto su celular sonó y solto mi brazo para buscarlo del bolsillo de su tapado— Sanha bebé... claro... oye~. —comenzo a reir— Muy bien, cuenta con ello... si, adiós.

—¿Entonces te gusta? —honestamente, no sé ni porque se lo pregunto. Es mas que obvio.

—¿Ah? —sus ojos reflejan inocencia— ¿Hablas de Sanha bebé? Soy su nonna, oppa, él es como mi hermanito menor. —sonrío— Pues si, reconozco que me gustan los menores. —frunci el ceño— Ellos son más puros, no cargan con una libido fuerte y son más honestos que muchos hombres de mi edad o mayores.

—Hablas como si tuvieras la experiencia.

—¿Tú crees? Sera porque todos mis novios fueron un desastre, siempre creí que un hombre mayor seria el ideal para mí, pero con el paso del tiempo descubri que no simpatizo mucho con ellos. —creo que hervi de rabia en cuanto la escuche reir— Es un pequeño chiste~.

—Tsk. —volteé la mirada indiferente— No eres para nada divertida.

—¿Por qué estás molesto? ¿no tienes miedo a envejecer?

—Soy mayor es cierto, pero no soy tan superficial.

—Mhm~ ya veo. Pero aparentas mucha más edad. ¿Eso no te molesta? No creo que sea muy atractivo... —la miré de mala manera, por lo que estallo en carcajadas.

En unos pocos meses, esta niña se volvió mi propia rutina diaria, hablar con ella, ir al café en donde ella trabaja, oir su timbre entonar en medio de la melodía del piano, era agradable.

—Solo vete y ya.

—Tch, tch, tch. —sonrío— Oppa, ¿por qué no eres sincero de una vez?

—¿Con respecto a?

—Estas celoso. —sonrió.

—Claro que no.

—¿Estás seguro? —la incentive a que intentará acercarse, asi lo hizo.

¡No soy ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora