—¿Por qué cargas eso? —susurro entre mis brazos.
—No importa.
—Si, si importa. Jungkook...
—Olvídalo, Sinb. —negó, pero la aleje lentamente de mi, aunque honestamente no quería separarme de ella.
Tal vez sea porque mi estado de necesidad es demasiado y mi egoísmo es absoluto, pero...
—Debes volver a tu casa.
... no queria someterla a esto.
—No lo haré sin ti. —aseguro mientras limpiaba los rastros de sus lágrimas.
—¿Por qué lloras? —le mire con fijeza— ¿es por mi?
—Hay cicatrices que no se ven, lo se muy bien. Se llaman recuerdos.
—Estoy bien... —comente luego de un rato largo de silencio.
El viento soplo, comenzó hacer frío, y observé que se encontraba bastante desabrigada, se resfriaría sin duda si seguía aqui conmigo.
—Deberías... —tomó mi mano nuevamente, y una vez más, ella es quien guía, y yo quien la sigue en silencio.
Terminamos frente a un edificio, una edilicia abandonada, de hecho, por los carteles de aviso, pronto entraría en demolición, y estos advertían del ingreso prohibido.
Sentí el vaivén de su mano, tironeando de mi, pero la detuve, obligandole a voltear para verme. Note una pizca de diversión e ironía en sus ojos, algo así como: “¿al joven y rebelde Jeon Jung Kook le asusta?” La burla tangible posa sobre sus labios.
Pero antes siquiera de que una palabra saliera de si boca, me adelante unos cuantos pasos para abrir la puerta y esperar a que pasará primero. Con una sonrisa, así lo hizo.
Me guió hacia las escaleras, como punto final la planta alta, el edificio apenas contaba con cinco pisos. Y una vez arriba, fue ella quien abrió la puerta de la azotea.
El viento era mucho más frió que hace unos instantes atrás, su cabello se removía alocadamente por este, merodeando por todo su rostro, pero a pesar de ello, sonreía bastante pérdida valla a saber en qué.
No entendí la idea o en que consistía este “proyecto” suyo.
—A veces... —escucharía su voz luego de media hora de silencio, y admito que fue todo un descubrimiento para mi.
Honestamente, me cuesta entender a esta exótica criatura.
—Decir estoy bien, son solo nueve letras, dos palabras y una gran farza. —guardé silencio, ya que comprendí por donde vendría— Jungkook...
—No tienes idea. —le impedí continuar, pero no le importo.
—Es muy sencillo ignorarlo todo, pero lo verdaderamente difícil es llegar a olvidar.
El amor es así, siempre. Primero te hacen reír, luego te harán llorar...
—Porque crees que nadie puede entenderlo, saber lo que se siente. Como duele tener a una persona en tu corazón y no poder tenerla entre tus brazos. —sus ojos clavados sobre el cielo, nose despegan— En tan solo un maldito segundo...
Seguramente me odia, ya que esta es mi condena, extrañar a mi dulce y bella Eunbie hasta que muera.
—Lo triste que resulta el mundo sin un ser amado, pero mucho más triste es tenerlos ahi, frente nuestro, cada día, y no poder o no querer estar a su lado. Jungkook, tienes muchas personas que te aman...
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¡No soy ella!
FanfictionDicen que no hay mal que por bien no venga, pero a veces nos rompemos la cabeza pensando cuál será el bien después de haber perdido algo que era muy importante y valioso para nosotros. -¿Qué derecho tienes para compararme? -No te comparo con ella...