Capítulo 13 ( Segunda parte)

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Al llegar a aquella cafetería recordé inmediatamente haber estado aquí antes. Por supuesto, fue aquí donde nos conocimos; solo que esta vez él quiso escoger un lugar adentro del local.

Yo me senté en el extremo del sofá opuesto al lugar junto a la ventana, ya que no quería que él se sentara junto a mí. El lugar frente a mí estaba disponible, y por nada del mundo pienso hacerme a un lado para cederle el lugar.

- Iré a comprar el café. ¿Deseas algo en especial?

- Un franpuccino con cualquier tipo de postre que haya disponible. Si tienen muffins o Beagle... -Tomé mi billetera para entregarle el dinero, pero él ya se había ido.

Yo no soy de esas chicas que esperan que les paguen sus alimentos y bebidas al salir. Tengo suficiente dinero como para pagar por lo que deseo, y no me agrada mucho que él se atreva a tomarse la "molestia" de invitarme lo que pienso consumir.

Al volver ya con todo en mano, fingí chequear mi teléfono para ocultar mi disgusto y luego observé a través de la ventana a las personas que pasaban junto con amigos, parejas, parientes, o solos, haciendo sus compras o simplemente paseando. Todos sentados en sus propios pensamientos, con sus propios problemas en mente...

- ¿Estás bien? - Preguntó él al entregarme mi franpuccino con mis muffins de chocolate negro.

- ¿Cuanto fue por esto? ¿Cinco o seis dólares? - Saqué el dinero de mi billetera pero él se negó a aceptarlo.

- Dije que yo te invitaría el café; por lo tanto, lo pago yo. Cuando tú me invites algo a mí, [si lo deseas] pagarás tú.

- No me agrada mucho que me inviten. Es más, no estoy acostumbrada a eso...

- Entonces la próxima vez tendrás que ser más rápido que yo. - Sonrió levemente fingiendo total inocencia, pero con gran astucia. De esta forma él piensa lograr tener asegurada una segunda salida conmigo.

Hábil, muy hábil.

- Lo seré. Dalo por hecho. - Acepté su estrategia sin insistir más por pagar este insignificante franpuccino, aún que me habría gustado que me comprara el más grande...

- Suelo venir muy seguido a este lugar. - Comentó distraído por ver a la gente pasar a través de la ventana, igual que yo.- Es mi lugar favorito. No por el servicio, sino por su ubicación. De alguna forma me inspira mucho ver a las personas pasar y los edificios que rodean esta esquina. No me perturban el ruido ni los sonidos de ciudad. Es más, me ayudan a crear historias...

- ¿Historias? - Pregunté curiosa. Con tan solo un par de palabras, ha logrado ganarse mi total atención.

- Sí. Por ejemplo: ¿Vez aquel hombre que está parado en aquella esquina, observando a su alrededor como si estuviera esperando a alguien? - Señaló a lo lejos, y yo tuve que acercarme un poco más a la ventana para lograr ver con claridad a quien se estaba refiriendo. Su vista, sin lugar a dudas, es impresionante, porque aún con lentes a mí me cuenta distinguirlo bien.

- Sí...

- Quizás simplemente desee tomar un taxi para dirigirse a su hogar o a su trabajo, pero mi imaginación lo plasma sobre una hoja de papel como un pobre hombre con un sueño el cual desea fervientemente alcanzar. Todas las mañanas se despierta a las cinco en punto para poder salir a las siete y llegar a su trabajo puntualmente para obtener el visto bueno por parte de su jefe. Quizás algunos lo consideren una persona ejemplar y exitosa, pero en su interior está completamente vacío. Él no lo sabe, pero algo le falta. ¿Se te puede ocurrir qué podría ser? - Me preguntó. Y yo me había adentrado tanto, que me fue muy fácil seguirle el hilo a su historia...

- Quizás... alguien con quien disfrutar de sus recompensas y a quien expresar o comentar sus logros. Viéndolo a simple vista, no luce como un hombre casado ni comprometido. Alguien con su porte y apariencia no está tan tranquilo a estas horas de la tarde andando por la ciudad; y al ser tan mayor también dudo que aún tenga esperanzas de encontrar a esa otra mitad que necesita. - Inventé cada detalle, pero resultó ser bastante interesante dejar volar la imaginación por un momento. Podríamos estar completamente equivocados, pero eso no importa.

- Es divertido. ¿No lo crees? Una nueva obra de arte ha sido creada. Titulada: Éxito efímero. Posee una meta que parece ser la clave de la verdadera felicidad; pero no perdurará, porque la clave del éxito no está en tener un gran puesto en una enorme empresa ni ganar mucho dinero a diario. La clave del éxito es saber qué es lo que realmente quieres en la vida, y luchar hasta obtenerlo. - Expresó como si las palabras simplemente fluyeran con naturalidad. Él en realidad expresaba lo que pensaba, y no con la intención de impresionarme porque no cualquiera es capaz de decir algo así.

Yo me quedé observándolo a él durante un instante, y realmente parecía estar creando en su mente un enorme cuadro donde el rostro de un desconocido, a pesar de ser totalmente inexpresivo, tiene el poder de causar una inefable variedad de sentimientos, emociones, y despertar en nosotros nuestra capacidad de crear e imaginar grandes historias. Mi corazón late con fuerza, y gracias a él creo que hasta yo deseo volver a dibujar. Pero creo que mi pasión y deseo jamás llegarán a ser tan grandes, como el que debe de estar sintiendo él ahora mismo frente a mí.

- Realmente adoras dibujar. - Lo saqué de sus pensamientos, y al mirarme a los ojos descubrí que el día de hoy estoy habían cambiado. Pasaron de ser un gris brillante y cristalino, a tener un tono verdoso claro como si fueran piedras preciosas.

Impresionante.

- Lo que siento por la pintura y el arte, es un sentimiento demasiado difícil de describir. Como hombre, no me es tan fácil como crees expresar mis propios sentimientos. Pero si tuviera que utilizar unas palabras para expresar el estado en el que me encuentro cada vez que estoy frente a un lienzo en blanco, reclamando tener una forma y color, sería: éxtasis, y paz.

Creo que él me recuerda mucho a mí. Yo siento ese mismo placer cada vez que aprendo algo nuevo, útil e interesante. Me complace sentir el placer de saber que soy capaz de comprender el mundo un poco más, o... por lo menos... antes lo hacía con ese fin. Últimamente no me he estado sintiendo de esa manera, a pesar de que he llegado a descubrir muchas cosas a las que fui completamente ignorante durante toda mi vida. ¿Por qué?

-Estoy ansiosa de ver tu nueva obra de arte, J. ¿Puedo llamarte así? ¿Puedo llamarte "Jey"? Creo que Jude a veces es un tanto problemático de pronunciar debido a mi fonética. - Dije, a lo que él sonrió ampliamente encantado.

- Llámame como más te guste.

- Tú dime Coco. Todos en mi familia me dicen así. O, si no te gusta, dime Ce.

- Está bien. Como a ti te guste, C. Y da por hecho de que cuando termine mi nuevo retrato, tú serás la primera en verlo. ¿Okey?- Me guiñó un ojo, y sonreí divertida por eso.

- Gracias.

Después de eso me sentí un poco extraña durante un momento. Nunca antes le había otorgado a alguien un apodo. Lucy se presentó como tal, y el que la llame Lu no significa nada porque su hermano la llama así. ¡Ni siquiera se me ha ocurrido un apodo para Luka! Por lo que he llegado a la conclusión de que Jey realmente es muy hábil. Ha logrado NO solamente obligarme a ser su amiga, sino también a cambiar de opinión respecto a él y sentir aprecio por su persona. Es un buen chico.

Luego de una hora, me llevó a casa en su auto. Para no levantar sospechas de parte de mi hermano, me dejó un poco antes de llegar a la gran entrada principal para que nadie pudiera verme con él en su auto y se despidió de mí. No me aseguró cuando nos volveríamos a ver, pero estoy segura de que en su interior espera que no vaya a pasar demasiado tiempo. Nunca para de decir cuánto le impresiona mi personalidad, y cuanto le complace estar con alguien como yo, por lo que seguramente adora pasar tiempo conmigo. No es tonto y es bastante consciente de lo que es realmente bueno. ¿Cómo juzgar mal a este chico? Seguramente anhela que el fin de semana llegue para poder salir a correr conmigo...

Arte etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora