Capítulo 35

878 110 5
                                    

El domingo desperté casi sobre la hora. Literalmente salté de la cama para entrar al baño y darme una duchar rápido; luego, corrí rápidamente a mi vestidor para preparar un pequeño bolso con lo que podría hacerme falta para ir a la playa. Toalla, ropa para cambiarme, protector solar, lentes, perfume, sandalias cómodas, etc. Pensé que no tenía traje de baño, pero afortunadamente encontré una bikini negra que seguramente me obsequió Sophie o mi madre alguna vez y me la puse como interior. Pienso ir con una ropa diferente a casa de Jey, y luego al momento de salir la voy a cambiar por un cómodo y simple vestido de color arena que tampoco sabía que tenía, pero se ve bastante sencillo y fresco. Ideal para la ocasión.

Para ir a cada de Jey me vestí con un skinny jean color negro, camisa azul sencilla y mis zapatos de tacón alto color gris de YDL.

Al bajar al comedor me topé con Marco, quien se encontraba un tanto entretenido con un gran libro de anatomía, pero no lo suficiente como para dejarme pasar sin decir nada...

- ¿A dónde vas tan bien arreglada? ¿Y ese bolso? -Preguntó curioso por lo que no tuve de otra que responder.

- Saldré para pasar el día en casa de Lucy. De paso pienso repasar un poco con ella para estar al día mañana.

- Ah... ¿En ese bolso llevas tus libros?

- Unos cuantos. Te avisaré cuando esté por volver. ¿Okey? -Intentaba cortarle la conversación rápidamente porque ya era mediodía y no quiero hacer esperar a Jey.

- Bien. - Aceptó con una sonrisa y yo me acerqué a él para darle un beso antes de irme.- Cuídate.

- Tú igual. - Revolví su cabello marcadamente solo por el placer de fastidiarlo un poco, y después de eso finalmente salí de casa para buscar mi auto en el garaje.

Mientras iba de camino a casa de Jey mi teléfono no dejó de sonar. Era él, pero yo no podía responder. De todas formas ya estoy a punto de llegar...

Al cabo de cinco minutos más llegué a su casa y le avisé de mi llegada haciendo gruñir el motor de mi auto. Al bajar pude saber que su Jeep se encontraba fuera del garaje de casa, y eso me resultó un poco curioso. ¿Habrá salido a algún lado temprano? Quizás le haya faltado algo para cocinar y salió de compras, quién sabe...

Él salió de casa rápidamente utilizando pantalón de pijama ancho y una camiseta común, como si acabara de salir de la cama, y se acercó a mí rápidamente para tomarme por los brazos.

- Te llamé unas diez veces. -Expresó agitado, pero aún así se inclinó ante mí para besarme.- Hay una alteración en nuestros planes. - Dijo y yo lo miré un tanto confundida.

- ¿No saldremos?

- Sí, saldremos esta tarde los dos; pero creo que vamos a ser más para almorzar. - Habló tan nervioso y agitado que por un momento pensé en que se trataba de algo terrible, pero en realidad su comportamiento se debía a la ansiedad porque quien había llegado a visitarlo era su...

- ¡Cariño! La pasta está lista. ¿Qué más hace falta? - Exclamó una mujer de unos cincuenta o cuarenta y tantos años muy bien vestida y atractiva de cara. No era delgada, pero su conocido atractivo lo compensaba. Se trataba de la madre de Jey.

- Ya voy, madre. -Respondió él un poco más ansioso cada vez.

Al verme allí con él, la mujer se acercó rápidamente hacia nosotros con una mirada seria pero tranquila a la vez. Yo también tuve miedo por un instante, hasta que esa agradable sonrisa tan familiar para mí se dibujó en su rostro. De cerca, al verla me di cuenta de quién le había heredado a Jude sus lindos ojos grises. Definitivamente él era muy parecido a su madre, tanto que me cuesta imaginar qué podría haber heredado de su padre...

Arte etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora