Capítulo 20

978 103 4
                                    

- Si ser bonita, preciosa, espectacularmente llamativa, fuera un pecado, me quemarían en vida como a las brujas. - Sophie no podía dejar de auto adularse mientras se preparaba para salir la mañana del sábado. Marco salió a correr con Jude y yo decidí quedarme para repasar un poco la semana. No es que intente evitar a Jude, pero... preferiría no tener que verlo; y mucho menos si está mi hermano presente.

Sin importar cuán "tolerante" o permisivo se haya vuelto mi querido Marco, yo lo conozco. Y si llegara a enterarse de que me atreví a ir sola a casa de Jey, me colgará, y se acabará la poca pero agradable amistad que tanto él o yo pudimos haber estrechado durante todo este tiempo.

- Arderás en el infierno. - Dije, por lo que ella soltó una tonta risa aguda.

- ¿Sabes? Creo que no necesito conocer a todos y cada uno de los chicos con los que trabajo. Jacques es... ¿Cómo explicarlo? ¡Perfecto! Como si estuviésemos hechos el uno para el otro. - Chilló entusiasmada mientras se paseaba por la habitación probándose uno que otro zapato.

Ella posee muchos más que yo, pero cuando se trata de salir siempre viene y toma los míos sin siquiera pedir prestado. ¿Cuál es la diferencia? Oh, sí. Los míos no poseen colores chillones, brillos y, lo más importante, son míos. Si se estropean, la que se jode seré yo.

Si no supiera que todos los que ella usa no son exclusivamente únicos, le quemaría las manos. Pero he aprendido a ocultar de ella todo a lo que le tengo verdadero afecto personal, incluyendo joyas, atuendos y bolsos.

- Me imagino. - Gruñí, aún sin darle demasiada importancia a sus estupideces.

- Espero que llegue a buscarme antes que Marco. Me volverá a castigar, el muy descarado... Jamás comprendí por qué es que se ha vuelto tan amargado, controlador y... y...

- ¿Qué estás diciendo? - No pude evitar oír sus palabras esta vez.

- Ni siquiera tú puedes negarlo, Co. - Se paró en frente de mí para lanzarme una mirada desafiante.- Tú sabes muy bien que Marco no era así; o, por lo menos, jamás fue tan exagerado. Sí, siempre fue celoso y odiaba que yo no prestara atención a mis estudios como él. Pero... ¿Ye has puesto a pensar en cuán extraños son sus cambios de humor? ¿Cuán exagerado de ha vuelto a lo que concierne los estudios? Parece... amargado.

- No hables de asuntos que desconoces. - Me limité a responderle.

No estoy negando de qué tiene toda la razón. Finalmente Sophie logró unir rompecabezas para darse cuenta de todas las cargas emocionales y mentales que Marco ahora posee, pero no es nada conveniente para mí hacérselo saber.

- ¡Ha! Por supuesto. ¡Si tú eres igual a él! A veces siento que yo soy la única de los tres que realmente es un ser humano con emociones y sentimientos. - Gruñó fastidiada. Estaba intentando ofenderme para quebrar mis firmes convicciones, pero yo no pienso ceder de ninguna manera.- Incluso a veces siento que estoy hablando con el aire...

- El aire no te respondería. - Respondí con lógica, ignorando su cursi metáfora. Y a causa de ello, recibí el impacto de una gran almohada en mi rostro.- ¡Hey!

- Eso es por ser tan estúpida. Te crees muy inteligente por poder aprender rápidamente y estudiar con facilidad, pero no eres más que un aburrido y tonto libro lleno de conocimientos vacíos que nadie quiere leer. - Dijo, y no pude evitar sorprenderme enormemente. ¿Realmente esas palabras salieron de ella?

No supe qué responder. Me había silenciado completamente. ¿Acaso el mundo se ha vuelto loco?

El timbre de casa sonó, y afortunadamente aquel llamado logró discipar por completo las chispas de nuestra conversación. Sophie corrió rápidamente de vuelta a mi vestidor, y desde allí gritó...

Arte etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora